La Aventura del Zodiaco [PAUSADA]

41‐Separados pero unidos

Sam:

Sentí toda la determinación antes en mi cuerpo desaparecer. Ryan dio media vuelta, como si no hubiese dicho nada antes.

Sin poder controlarme más, mis piernas soltaron y me caí de rodillas, empezando a llorar en silencio. Al instante, noté como Tyler apretaba sus puños con fuerza. Sin dejarme tiempo de intervenir, saltó hacia el frente y agarró a Ryan por el cuello, antes de pegarlo a la pared del castillo.

Se encontraban a varios metros más lejos de mi, lo que hacía que escuchar lo que decían se me hacía imposible. Aun así, entre lagrimas, vi como Tyler le hablaba con ira a Ryan, el cual lo miraba con una mezcla de interés y diversión.

Me limpié con vergüenza las lágrimas, y intenté ponerme de pie, pero era imposible. Mis piernas seguían fallando y me seguían prohibiendo el ponerme de pie. Vi por el rabio del ojo como Ryan le decía algo a Tyler, con total calma, y como el hombre se daba vuelta con rapidez para mirarme.

No tuve tiempo de pensar en que estaban mirando ni que le había dicho que escuché un enorme y monstruoso rugido atrás mío. Quise darme vuelta, pero como no podía ponerme de pie, no tuve tiempo de hacer nada hasta que sentí un débil dolor en el brazo.

Giré con sorpresa la cabeza hacia atrás. Si un monstruo me había atacado, lo lógico era que me doliera el brazo mucho, algo parecido a tener una espada plantada en él. Pero aún así, el dolor era el leve, como si solo me hubiera cortado mientras pelaba una manzana.

Frente a mi se encontraba una persona. Por culpa del sol atrás suyo, solo veía una silueta oscura. Aun así, su cuerpo me parecía familiar, al igual que su espada, plantada en el suelo.

—¿La loca obsesionada?—pregunté con sorpresa.

Betty se dio vuelta y me miró con ira, como si la hubiera insultado.

—¿¡Que te pasa por darle la espalda a 3 monstruos!?—gritó fuera de sí—¡Pudiste haber muerto!

—¡Sam!—gritó Tyler corriendo hacia mi—Lo siento, me dejé llevar por el enfado —Tyler llegó a mi lado y se paró en medio, entre Betty y yo—¿Y tu quien eres? ¡Aléjate!

Miré una última vez a Ryan, quien nos saludó con una sonrisa enigmática y se metió en el castillo. Volví a mirar a la chica con sorpresa.

—¿No que éramos enemigas?—pregunté aun aturdida.

—¡Ese es el punto!—se quejó —Eres mi rival, no voy a dejar que un insignificante monstruo te mate.

Betty se quedó callada, como si pensara profundamente.

—Además, no me gusta la gente que ataca por atrás. Son unos completos inútiles y débiles —añadió.

—En el fondo, eres buena—observó Tyler con una media sonrisa.

—¡No soy buena!—se quejó Betty pegando en el suelo con el pie—¡Soy mala, como Ryan!

Intercambié una mirada de complicidad con Tyler. Este asintió, dándome de entender que era a mi de explicarle eso.

—¿Sabes? No tienes siempre que ser como los demás—le expliqué —Puede que Ryan te guste, y que él sea malo. Pero el amor verdadero no es imitar al otro, sino que intentar hacer que sea alguien mejor.

Betty me miró con el ceño fruncido, como si hubiese empezado a hablar en un idioma que no entendía.

—La sociedad entera esta compuesta de gente que imita a gente más famosa o "mejor"—siguió Tyler—La gente imita a sus cantantes favoritos o actores favoritos. Y eso es algo malo, en el fondo. De tanto intentar ser alguien mas, terminas dejando de ser tu misma.