15-Último ataque

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Dylan:

Abrí los ojos y me encontré acostado sobre mi espalda, viendo el cielo azul que empezaba a oscurecerse. Cerré los ojos y me quedé unos segundos respirando con calma, escuchando como algunos de mis amigos lloraban y como otros gemian de dolor.

-¡No me duele!-dije sorprendido, sintiendo como mi yo malo me agarraba y ralentizaba mi caída. Empezamos a flotar ambos en el aire, a pocos metros del suelo.

-¡Claramente no te va a doler, imbécil!-susurró con voz temblorosa.

-¿¡Ey que ocurre!?-pregunté preocupado-¿Te hice mucho daño?

-No, no es nada-susurró desviando la mirada, aún sujetando la espada, que estaba visiblemente plantada en mi pecho.

-¿Como es que no me duele?-pregunté bajando la mirada y quedándome completamente sorprendido.

Todas las heridas que me habían echo durante esta pelea habían desaparecido. Levanté mi mano y toque mi mejilla, donde segundos antes había un corte, pero me sorprendí al sentir el dulce tacto de mi mejilla.

-¡Vayamos punto por punto-susurró este mirando a la nada-¿Sabes lo que significa esto?

Negué con la cabeza, mirándolo con el ceño fruncido y esperando a que este me mirara a los ojos, ya que desde hace unos minutos no hace más que desviar su mirada de mí.

-Yo soy tu otra mitad-empezó-yo soy mucho más fuerte y sabio que tu. Cualquier cosa que quieras aprender yo la conozco muy bien y lo controlo mejor que nadie.

Me quedé callado, sin saber que decir. Este tomó una larga respiración y al fin me miró, pero un escalofrío pasó por mi espalda al ver como lágrimas brillaban en sus ojos. Este de un gesto de la mano se los limpió y se obligó a sonreir.

-Me pediste que te enseñara el último ataque, pero me negué a hacerlo, ¿Cierto?-Asentí y frunci el entrecejo-lo hice por dos causas. La primera, la única manera de conseguir controlarlo es aceptarme a mi y a mi espada.

-¿Eso fue lo que hice hace unos minutos...?-susurré.

-Sí, tu no intentaste protegerte más. Simplemente dejaste que te "matara", lo que era clara señal de que tu me aceptas a mí y a este poder. Es algo confuso, no sé como explicarlo bien.-se disculpó rascándose la cabeza con nerviosismo.

-¿Y la segunda razón?-pregunté curioso.

Me senté en el suelo durante unos segundos y me puse de pie, mirando alrededor. La mitad de mis amigos estaban o desmayados, o tendidos en el suelo. La otra mitad aún atacaba, pero desde donde yo estaba sabía que era en vano.

Vi como Noa se deshacía de Edward y Emily, y de como le lanzaba su tigre de vuelta a Sam. Frunci el entrecejo y me puse frente a Noa, pasando cerca de algunos chicos.

-¡Dylan...!-susurró Seijun preocupada.

-¡Último ataque!-susurré con determinación.

-¡Ey, no!-gritó Hiromi haciendo todo su posible por ponerse de pie-¡Dylan, para!-gritó.

Noté como mi collar con forma de arenero y con letra D en él empezaba a brillar, y sonreí con tranquilidad. ¡Menos mal que estaba funcionando!

Agite mi espada y una explosión proveniente de mi collar se escuchó. Respire hondo y vi como este se rompía en mil pedazos, y como la arena que contenía caía sobre mi ropa.

La Aventura del Zodiaco [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora