POV: Mikhail
-Woow que gran casa- dijo Victoria observando todo de arriba a abajo.
-Bueno krasavitsa entremos antes de que nos congelemos- dije tomando la mano de Marianne.
Nos adentramos y no se hicieron esperar las expresiones de asombro de las hermanas, caminaron por la estancia sin tocar nada cuando llegaron a la sala con nosotros detrás de ellas, mis hermanos tomaron asiento y las hermanas imitaron su acción.
-Bueno yo tengo que hablar con Marianne de algo importante, se quedan en su casa chicas- dije extendiendo la mano a la rubia para ayudarla a ponerse de pie.
-De que tenemos que hablar- dijo sujetando mi mano y poniéndose de pie me siguió por el pasillo que lleva a mi despacho.
Ingresamos al despacho y cerré la puerta a nuestras espaldas.
-Antes que nada cuéntame de ti- dije sirviendo un vodka seco- ¿gustas algo de tomar?- dije señalando el bar.
-Un vino tinto por favor- dijo regalándome una sonrisa- Que quieres que te cuente- dijo después de darle un sorbo al vino.
-Todo, lo quiero saber todo- dije tomando asiento en la silla que se encontraba atrás de mi escritorio al mismo tiempo que le señalaba la silla frente a la mía.
-Por dónde empezar, vivía con mi madre y mis hermanas en Italia, mi padre nos visitaba cada dos semanas para traernos el dinero de la renta, el tiene una pequeña tienda de autoservicio en el centro de la ciudad, antes de venir a vivir con él su socio lo dejó y se llevó a la mayoría de los clientes, por ese motivo tuvimos que mudarnos ya no tenía los mismos ingresos y ya no podía mantener la renta en Italia, desde que llegamos aquí nos hemos dedicado a ayudarle en la tienda, mi madre consiguió trabajo en una cafetería no muy lejos de la tienda y pues esa es mi vida desde que nos mudamos, no tenemos amigos ya que llegamos en periodo vacacional y pues las personas que visitan la tienda no se paran a hablar más allá de un hola y gracias- dijo suspirando para después darle un sorbo a su vino.
-Tengo una oferta para ti y tus hermanas- dije viéndola a sus hermosos ojos.
-¿De que oferta estás hablando?- dijo viéndome emocionada.
-Trabajen para nosotros o bueno por lo menos tus hermanas, para ti es un poco diferente el asunto, verás mi padre dejó en su testamento una cláusula donde dice que si para finales de este año no consigo casarme y que mi esposa me dé un heredero toda mi fortuna será pasada a mi primo-dije haciendo cara de asco al recordar el testamento.
-Antes que nada, en que trabajan, no dejaré que mis hermanas corran peligro- dijo con cierto temor.
-Te seré sincero, ya que si aceptas el trato que les ofrezco, tendrán que ser leales a nosotros- dije sacando los contratos que tengo en mi escritorio, siempre tengo los contratos a la mano porque en este negocio nunca se sabe cuando van a pedir trabajo.
-Me estas asustando- dijo levantándose de la silla.
-Somo mafiosos, los jefes supremos de la mafia rusa- dije tomando un trago de mi vodka.
-Espera tu estas loco si piensas que voy a dejar a mis hermanas que trabajen para ustedes y no me casaré contigo y mucho menos darte un hijo- dije exaltada.
-Te voy a dar 5 minutos con tus hermanas para que les plantees la situación, si en ese tiempo no aceptan la oferta tendré que hacerlo por las malas- dije enojado
-Tu estas loco de verdad- dijo perdiendo la paciencias.
-Tu tiempo corre, si quieres les digo a mis hermanos que las traigan aquí para que hablen- dije frió.
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La propuesta que no podrán rechazar
Fiksi RemajaEs una novela creada por tres escritoras, esperemos que en un futuro esta novela se convierta en una trilogía. Todas para una y una para todas, era el lema siempre recitado por mis hermanas y por mi, todo antes de que unos dementes nos secuestraran...