𝖂𝖆𝖗 𝖔𝖋 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 『II』☾⃟ N. Mikaelson [ᴇsᴘᴀɴ̃ᴏʟ ]

Sixteen

Maratón 3/3

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Wᴀʀ ᴏғ Hᴇᴀʀᴛs

[𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚂𝚒𝚡𝚝𝚎𝚎𝚗 - 𝕭𝖆𝖈𝖐 𝕳𝖔𝖒𝖊]

"we won't forget where we came
from, the city can't change us"

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Thea no pudo luchar contra la sonrisa que se le dibujó en la cara al entrar en el conocido vestíbulo de la pensión Salvatore, su emoción y alegría por ver a sus amigos y por estar de vuelta en el lugar que una vez llamó hogar burbujeando a la superficie. La morena había estado tranquila y mucho más reservada después de perder a Davina hace un par de días, y, después de recibir una llamada de Damon diciendo que Katherine estaba en su lecho de muerte, Klaus no pudo pensar en una mejor manera de restaurar la luz dentro de los ojos de la Lockwood, que traerla de vuelta a casa

La loba estaba extasiada al principio cuando se lo dijo, corriendo por su habitación como una gallina sin cabeza para empacar todo lo que tenía. Sólo se quedaban un día como mucho, así que no era que necesitara mucho, pero eso no impidió que la loba empacara la mayoría de las cosas que poseía con pura emoción. Pero, cuando se dio cuenta, la adolescente recordó que no había dicho a sus amigos que estaba embarazada... nada menos que del hijo de Klaus.

Habían pasado meses desde que el híbrido había causado un problema a la pandilla de Scooby, pero después de todo para ellos, seguía siendo visto como un enemigo. Y, si la reacción de Tyler era algo a lo que atenerse, estaba segura de que no les iba a gustar que llevara a su hijo. Sin embargo, cuando se acercó al conocido cartel de Mystic Falls con Klaus y Rebekah a su lado, Thea empezó a preocuparse menos al darse cuenta de que ya no le importaban sus opiniones.

Eran sus amigos, sí, y siempre los quiso como si fueran su familia, porque en cierto modo lo eran. Pero la loba había crecido mucho en los últimos meses y ya no dependía de ellos como antes. Ya no se sentiría oprimida por sus descuidados comentarios o juicios de valor porque ya no le importaban. Ella era feliz, y al final, eso es todo lo que realmente importaba.

Aunque ella y Klaus ya no estaban técnicamente juntos, tampoco estaban separados al 100%. Estaban analizando las aguas de su nueva relación, ambos sabiendo que eran las únicas personas en la tierra el uno para el otro, sin importar lo que la vida decidiera lanzar en su camino. Y por primera vez en mucho tiempo, Thea y Klaus eran felices; ambos consiguieron finalmente todo lo que siempre habían querido. Así que la loba estaría condenada si dejaba que alguien intentara arruinárselo.

Así que, con su nueva confianza y el amor de su vida a su lado, Thea no pudo evitar brillar de felicidad al acoger la familiar sensación de hogar que parecía inundarla al entrar en la pensión. Mientras se acercaba a la habitación principal con Klaus y Rebekah pisándole los talones, Thea pudo escuchar el sonido familiar de su mejor amigo que hizo que su sonrisa se ampliara.