𝖂𝖆𝖗 𝖔𝖋 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 『II』☾⃟ N. Mikaelson [ᴇsᴘᴀɴ̃ᴏʟ ]

Twenty

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Wᴀʀ ᴏғ Hᴇᴀʀᴛs

[𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚃𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢 - 𝕰𝖒𝖕𝖎𝖗𝖊𝖘 𝕺𝖓 𝕱𝖎𝖗𝖊 ]

"now we're choking on the fumes,
spread the lie and kill the truth"

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Un mes no le pareció tanto tiempo a Thea, hasta que se dio cuenta de que habían pasado 30 días, 727 horas, 43.200 minutos y 2.592.000 segundos desde la última vez que vio a su mejor amiga. El solo pensarlo la hizo aferrarse a la pared para no ahogarse en un tsunami de tristeza y culpa. Por supuesto, ella y Rebekah se habían enfrentado frecuentemente ya que la rubia había dejado Nueva Orleans porque la original no confiaba en que la loba pudiera mantenerse alejada de los problemas.

Pero la verdad es que no ha habido muchos problemas en Nueva Orleans para que Thea se quede atrapada. El último mes había sido tranquilo, casi demasiado tranquilo, algunos podrían discutir, y aunque Thea sentía la tristeza de perder el día de su amigo más cercana, había encontrado una nueva sensación de libertad ahora que Klaus ya no la mantenía encerrada en el recinto.

De hecho, a Klaus no le importaba mucho lo que ella hacía estos días. Desde la noche en que obligó a Rebekah a salir de la ciudad y las dos almas gemelas confesaron su amor mutuo, el híbrido se encargó de excluirse de todo. Le había entregado su corona a Elijah, entregándole las llaves del reino por el que tanto luchó al principio e ignoró todos los avances que Thea hizo para intentar hablar.

No es que el híbrido se arrepintiera de admitir que seguía enamorado de ella porque era la pura verdad. Pero después de echar a Rebekah de la ciudad, parecía que el original no podía enfrentarse a su alma gemela por pura culpa y odio a sí mismo. Después de todo, Rebekah era la mejor amiga de Thea y él la había alejado de ella, causándole más sufrimiento del que él había querido y se odiaba a sí mismo por ello.

Pensó que ella lo odiaba, y por eso se retiró del cuadro para que ella tampoco pudiera romperle el corazón. Pero lo que no sabía era que él estaba rompiendo lentamente el de ella cuanto más tiempo se mantenía encerrado con sus pinturas y su whisky. Sin embargo, la loba no se preocupó por ello durante mucho tiempo. Ella intentó todo lo que pudo para convencerlo de que saliera de su estado de falta de emociones pero después de que sus intentos fueron inútiles, pasó a disfrutar de su vida, libre del miedo a mirar por encima del hombro por si había peligro.

Durante el último mes, Thea había pasado la mayor parte del tiempo con Davina y Cami mientras las dos mujeres ayudaban a la bruja recién recuperada a hacer frente a todo lo que había pasado con los antepasados. Decir que la loba estaba extasiada cuando se enteró de que Davina había vuelto al mundo de los vivos fue un eufemismo. De hecho, Cami prácticamente tuvo que arrancar a la adolescente Lockwood de la joven bruja cuando la vio por primera vez, por miedo a que enviara a Davina de vuelta por falta de oxígeno.