𝖂𝖆𝖗 𝖔𝖋 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 『II』☾⃟ N. Mikaelson [ᴇsᴘᴀɴ̃ᴏʟ ]

Seventy

―♡―

Wᴀʀ ᴏғ Hᴇᴀʀᴛs

[𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚂𝚎𝚟𝚎𝚗𝚝𝚢 - 𝖂𝖆𝖗 𝕺𝖋 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘]

"i can't help but to want you
i know that i'd die without you"

♡♡♡

Klaus estaba de pie en el cuarto de los niños, sosteniendo a los dos gemelos en sus brazos mientras les sonreía con tristeza. ―¿Qué vida mejor podría haberles esperado, si otro hombre fuera su padre? Todos los que me han amado, han vivido para lamentarlo, ―dijo el híbrido en voz baja, con una expresión de angustia en su rostro mientras los dos bebés lo miraban con curiosidad.

―Pero lo que sí sé, mis lobitos, es que haré lo correcto por los dos, ―juró Klaus, justo cuando Elijah entró en la guardería por detrás de él. ―¿Qué quieres, Elijah?, ―comentó el híbrido, con un tono amargo y una expresión fría, aunque no se giró para mirarlo.

―No soy tan tonto como para pedirte perdón, así que lo diré de nuevo: no tuve opción. Protegemos a esta familia a cualquier precio, ―se defendió Elijah con severidad, sin dejar espacio para el desafío haciendo que Klaus se burlara. ―¿Crees que no soy consciente de lo pesada que es esa carga? ―preguntó el hermano menor de los Mikaelson mientras se giraba para enfrentarse al mayor de los originales.

―No, creo que esta vez... esa carga es sencillamente demasiado pesada, ―corrigió Elijah, con un tono cargado de tristeza, resentimiento y culpa que hizo que la expresión de Klaus se suavizara. Sin saber qué decir, Klaus se limitó a mirar tras su hermano mientras Elijah se daba la vuelta para salir de la guardería, sonriendo con fuerza a Thea cuando la morena entró en la guardería tras él con las cejas fruncidas mientras miraba entre los dos hermanos.

―¿Todo bien? ―preguntó Thea a su marido mientras se acercaba a él, cogiendo a Hope de sus brazos mientras Klaus seguía cuidando de Elijah con una expresión distante. ―¿Acaso hay algo que esté bien en nuestro mundo, pequeño lobo?, ―replicó el original con una pequeña sonrisa mientras se volvía a mirar a la adolescente, ganándose un breve asentimiento de Thea mientras empezaba a mecer a Hope en sus brazos.

―Buen punto ―murmuró distraídamente la morena mientras sonreía a su hija, que empezó a jugar con las puntas de su largo cabello oscuro. Klaus observó a las dos con cariño mientras sostenía a Kaiden en sus propios brazos, encontrando una sensación de plenitud y felicidad eufórica en la presencia de sus dos hijos y su esposa. Aunque tenía el corazón destrozado por la pérdida de Marcel, el hueco que le quedaba parecía repararse en la presencia de su pequeña familia.

―Sabes, escuché lo que le decías a los gemelos antes, ―admitió Thea después de un momento de silencio reconfortante, volviendo a mirar a Klaus, que ahora tenía un leve rubor de vergüenza decorando sus mejillas. ―Y sólo quiero que sepas que nunca me he arrepentido ni un segundo del tiempo que he pasado conociéndote y amándote, Nik, ―afirmó la adolescente con firmeza, mirando profundamente a sus ojos azules con nada más que sinceridad y adoración.