𝖂𝖆𝖗 𝖔𝖋 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 『II』☾⃟ N. Mikaelson [ᴇsᴘᴀɴ̃ᴏʟ ]

Twenty Seven

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Wᴀʀ ᴏғ Hᴇᴀʀᴛs

[𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚃𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢 𝚂𝚎𝚟𝚎𝚗 - 𝕹𝖎𝖌𝖍𝖙𝖒𝖆𝖗𝖊]

"I've tasted blood and it is sweet"

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En una guardería poco iluminada que era indetectable por magia, Rebekah se sentó en una silla mientras mecía a su sobrino y sobrina en una cuna mecedora. La rubia original le sonrió a los gemelos dormidos cuando empezó a contarles un cuento de hadas. ⏤Había una vez un majestuoso rey que vivía con su noble hermano y su leal reina en un reino donde se celebraba la música y el arte.⏤

⏤El rey no preveía tener un hijo, pero vivía en una tierra encantada donde todo era posible. Con el tiempo, fue bendecido con un hermoso hijo y una hija, para los que sólo deseaba la paz, ⏤continuó Rebekah, justo cuando Kaiden dejó escapar un gran bostezo antes de que lo arrullara felizmente Rebekah, haciendo sonreír a la rubia.

⏤Aún así, el rey tenía demonios que lo perseguían. Había una bestia despiadada que quería tomar el reino por su cuenta. Armada con una manada de criaturas indómitas, expulsó a las otras criaturas mágicas de la tierra. Y, había una malvada hechicera con piedras encantadas que debilitaba al rey cada luna llena.⏤

⏤Viendo la sombra que sus enemigos proyectaban sobre su hogar, el rey y la reina fueron obligados a enviar a su amado príncipe y princesa lejos, convenciendo a todos los que quedaban de que estaban perdidos para siempre. El rey y la reina, en su dolor, se apartaron del mundo y del otro. El castillo cerró sus puertas y el reino cayó.⏤

Rebekah sonrió cuando los gemelos comenzaron a dormirse, sus ojos se cerraron cuando su respiración se hizo más lenta. ⏤Algunos dicen que la única luz que brilla en el castillo ilumina la sombra del otrora majestuoso rey en la habitación destinada a sus hijos. Pero, mientras las bestias despiadadas tomaban el control del reino del rey caído, poco sabían que él y su hermano no descansarían hasta que sus enemigos fueran derrotados.⏤

⏤Porque creían que un día sanarían su reino y traerían a su precioso príncipe y princesa a casa para que vivieran felices para siempre, ⏤terminó Rebekah cuando miró hacia abajo y encontró a ambos gemelos profundamente dormidos, lo que provocó que una pequeña sonrisa se extendiera por sus labios mientras dejaba de mecer la cuna. Mientras se levantaba de la silla, colocó el caballero de madera tallada de Klaus entre los gemelos antes de apagar las luces y dejarlos dormir.

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Habían pasado cuatro meses desde la infame batalla de Nueva Orleans. Cuatro meses del Barrio Francés siendo patrullado por Francesca Guerrera y su ejército de hombres lobo. Cuatro meses desde que los vampiros que una vez llamaron a la ciudad su hogar fueron cazados y salieron corriendo de la ciudad. Cuatro meses desde que Thea Lockwood accionó su interruptor de humanidad. Cuatro meses de Klaus llorando no sólo la pérdida de su hijo y su hija, que se vieron obligados a abandonar su hogar familiar, sino también la pérdida de su alma gemela que se desprendió de todo y de todos.