𝖂𝖆𝖗 𝖔𝖋 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 『II』☾⃟ N. Mikaelson [ᴇsᴘᴀɴ̃ᴏʟ ]

Seventeen

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Wᴀʀ ᴏғ Hᴇᴀʀᴛs

[𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚂𝚎𝚟𝚎𝚗𝚝𝚎𝚎𝚗 - 𝕲𝖗𝖔𝖜𝖓 ]

"caught beaten by the edge
of the weight of the world"

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Después de una larga noche de reencuentro, y de cambiar sus emociones, Klaus y Thea regresaron a la Casa de Huéspedes de Salvatore para descubrir que Katherine había muerto. Mientras Klaus no podía contener su alegría por el hecho, Thea no pudo evitar sentirse un poco culpable. Después de todo lo que la vampira había pasado, sobreviviendo de la manera en que ella lo había hecho por más de 500 años, no merecía salir de la manera en que lo hizo.

Una vez que el grupo dejó de celebrar, se dieron cuenta de que tendrían que volver a despedirse de Thea Lockwood. Mientras que esta vez todos estaban de acuerdo, no dolía menos saber que su mejor amiga se iba de la ciudad otra vez. Sin embargo, esta vez, la loba había prometido mantenerse en contacto después de ser amenazada por una enojada Caroline que había ignorado todas sus postales.

Stefan se había alejado con Klaus, amenazándolo como su hermano lo había hecho antes, aunque esta vez, el híbrido había escuchado en lugar de hacer una broma. Respetó el hecho de que ambos hermanos Salvatore estaban dispuestos a amenazarlo y enfrentarlo, esta vez por el bien de Thea y no de Elena. Le alegraba saber que la loba tenía gente en la que podía confiar fuera de su familia, por si acaso pasaba algo.

Damon casi había exigido que lo hicieran padrino, junto con Caroline, aunque los Salvatore afirmaron que tenía más razón al ser "La sexy mejor amiga de Lockwolf", lo que, como era de esperar, causó una discusión masiva entre Caroline, Rebekah y él, todos ellos peleando sobre quién debería ser el padrino del bebé. El pensamiento había hecho reír a Thea, pero por encima de todo, ella estaba orgullosa y agradecida.

Porque mientras venía hacia aquí, pensó que todos sus amigos la rechazarían y la odiarían sus miedos no estaban más lejos de su realidad. De hecho, sus amigos se veían más felices que nunca después de escuchar sus noticias y verla, y nada calentaba más el corazón de Thea. Aparte del híbrido que se sentaba a su lado, es decir.

Y mientras pasaban por delante de la señal de "Ahora saliendo de Mystic Falls", Thea no sentía la misma tristeza que había sentido la primera vez. Porque, por irónico que fuera, Mystic Falls ya no se sentía como su hogar. Y, mientras giraba ligeramente la cabeza para mirar a su izquierda, una enorme sonrisa apareció en su rostro cuando se dio cuenta de por qué.

Klaus era su casa ahora. El único hogar que ella necesitaría o querría estaba en sus brazos, y se negó a dejarlo ir de nuevo. Él era su vida, su amor, su alma gemela. Él era su Rey, así como ella era su Reina y juntos gobernarían. No importaba lo que Nueva Orleans decidiera lanzar su red, estarían preparados. Siempre y para siempre.