s e i s

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fargan tres días después, porque su cola ya está mejor, le avisa a samuel que irá a la dichosa tienda esa, y ahora, ellos dos están en camino hacia allá.

—¿no ya habías venido con willy? —pregunta fargan.

—sí, pero otra vez—contesta samuel.

obviamente, no le va a decir que viene para ver a su futuro marido, a él no.

—¿vienes por un juego o algo? —fargan sigue preguntando.

—eh, creo que sí, hace unos días no traje dinero—miente.

—ah, bueno.

los dos chicos llegan frente a la tienda, fargan ve lo llamativa que está la entrada, mira "by games" como nombre de la tienda y samuel quiere entrar ya.

fargan por fin entra, con samuel detrás de él y justo cuando lo hacen una canción suena derrepente y muy fuerte, haciendo que fargan pegue un pequeño brinco y samuel dé un grito muy agudo.

eso llama la atención del chico que jugaba con los altavoces, poniéndole pausa a la música.

—ay, lo siento, no era mi intención—se disculpa el que está detrás del mostrador.

samuel se desilusiona, no es el chico rubio, no es rubén, es el... ¿alex?

—descuida, discúlpate con mi amigo, que sí le metiste un buen susto—fargan le da unos golpecitos en el hombro a su amigo y se va a buscar sus videojuegos.

samuel camina hasta donde está el chico, quien se ve un poco apenado, no viene por ningún videojuego, es obvio.

—¿tas bien? —pregunta alex.

—sí, no te preocupes, sólo una cosa, ¿quién escucha terror squad? —samuel se recarga en el mostrador.

—no lo sé, es la música de mi amigo, yo sólo quería asustarlo, pero te asusté a ti, ¿me perdonas?

ah, cualquiera puede escuchar terror squad, no hay problema; piensa samuel.

—que no pasa nada, oye, ¿y el rubio que atendía aquí? —se atreve a preguntar samuel.

—eres el que vino hace unos días con el chino bailador, ¿no? —samuel asiente—, ah, te recordé, rubén está...

—alexby, me toca, porque si tu papá se entera que estás haciendo guarradas con la música se va a enojar—el rubio llega derrepente.

haciendo que al azabache le salga una sonrisa.

—a tomar por culo, quédate con tu cochina música—el más bajo de todos sale de ahí, dejando a los otros dos solos.

—¿se te ofrece algo? —pregunta rubén, después de casi un minuto en el que samuel no le quitó la mirada de encima.

—eh, eh, una de esas cosas de minecraft—samuel señala unos llaveros que están a un lado del rubio.

—¿cuál? ¿juegas minecraft? va, es obvio—dice rubén, tomando unos llaveros.

—yo sí.

samuel no sabe ni qué decir.

—tienes algo ahí—dice el pelinegro, señalando la cara de rubén.

—¿dónde? ¿dónde? ¿qué? ahhh—el rubio comienza a sacudirse la cabeza.

y ahí se le va una oportunidad a samuel de decirle "es belleza" a su nuevo crush.

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