c u a r e n t a y c u a t r o

1.9K 364 100
                                        

—¿rubius? —alex llega hasta donde está rubén.

—¿mmh? —musita el rubio de mala gana, desde que su amigo no le ha dejado poner su música y sólo pone la de él ha estado más borde que de costumbre.

lemon boy de cavetown se escucha por toda la tienda.

—¿sigues enojado? —pregunta el más pequeño con un tono de inocencia.

Rubén se rehúsa a responder, está más que claro, si ya sabe para qué pregunta.

—vale, no hables sólo escucha, ¿no piensas que deberíamos de tener más días libres o al menos la mitad de algunos días? el que sólo estemos los dos aquí nos va a acabar, un descansito no vendría mal, ¿no crees? —habla alex, logrando generar curiosidad en el rubio—. sí, yo podría ir a lugares a los que no he podido ir por culpa de este trabajo y tú podrías irte a encerrar a tu habitación o quedarte aquí, no sé.

—tu papá es el dueño del lugar, ¿por qué me lo dices a mí?

—para que me apoyes, bobo, además es como estar a mano.

—¿cómo "a mano"?

—yo te ayudé, ahora te toca a ti hacer lo mismo por mí—sonríe el menor.

—¿tú me ayudaste a mí? —pregunta extrañado.

—ugh, sí, te saqué de esa cueva oscura en la que habitabas, mírate ahora, ya agarraste color y no estás como zombie—responde señalando su rostro.

—no lo necesitaba, no tengo que agradecerte nada ni mucho menos ayudarte—espeta poniéndose aún más serio.

—claro que lo necesitabas, sino me crees pregúntale a la gente allá afuera, te veía y no sabía en qué momento aparecería una planta para matar al zombie—se burla.

el rubio sólo se queda mirándole sin causarle ninguna gracia.

—te juro que por las mañanas cuando te veía llegar no sabía si estaba soñando o estaba jugando a the walking dead en realidad virtual—continua alex soltando unas pequeñas risitas.

cuando cae en cuenta de que a su amigo no le causa la mínima gracia detiene todo su show, aunque la verdad es que no se esperaba que se riera o algo por el estilo, ni siquiera sabe si rubén es capaz de reír. anda, eso sí que da miedo; piensa alex.

—vale, a lo que me refería es que mi papá debería de contratar a alguien que nos cambie el turno algunas veces, a mí me beneficiera un montón—dice.

—me da lo mismo, vale, salir de aquí es lo único que quiero—dice rubén.

—eso quiere decir que me apoyas, hoy le diré a mi papá y mañana te digo que tal me va.

Rubén sólo asiente una vez con la cabeza y sigue esperando que el tiempo pase más rápido para irse a su casa, o eso es lo que él cree.

—oye rubius, te toca cerrar hoy—le dice alex después de unos cuantos minutos.

—¿eh? —espeta, mirando a su amigo, ya sin uniforme y con sus demás cosas en brazos—, ¿ya se acabó el... ?

—el trabajo sí, ¿todo bien? ya es hora de cerrar—habla alex.

rubén se pone a pensar cómo todo el día se le pasó demasiado lento y luego sorprendente, el tiempo pasó rapidísimo.

—eh, ajá—contesta aún un poco confundido.

—nos vemos, mañana, rubius, no asusten a nadie en la calle y recuerda que sólo mañana y descansito—avisa alex, caminando hacia la salida de la tienda.

el rubio no alcanza a despedirse, sigue procensando todo, sin terminar de entender.

¿cómo el tiempo pasó tan rápido? ¿cómo que sólo un día y... ? ¿eso significa que... ? no.

rubén saca rápidamente el móvil de uno de los bolsillos de su pantalón y revisa la hora, son a las 18:01, viernes.

abre los ojos aun más sorprendido, ¿es hoy? ¿dónde mierda tiene la cabeza? a este punto no recuerda ni su propio nombre.

escucha que alguien entra por la tienda y levanta la mirada, pensando que es alex, pero no, no se trata de él.

—hola—una sonrisa risueña hace juego con la agradable voz.

lo olvidó, rubén lo olvidó y el mismo se cataloga como un grandísimo estúpido.

game store ;; rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora