t r e i n t a y d o s

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para rubén, hoy alex se encuentra mucho más activo y alegre, el que esté escuchando canciones bastante animadas, como lo es baby i'm yours de breakbot ft. irfane, y bailando de un lado a otro, lo demuestra.

rubén recuerda haber escuchado esa canción antes, pero no sabe dónde ni le interesa. mejor se concentra en seguir configurando el juego de baile, para que no salgan canciones tan feas y así ahorrarse la pena ajena.

el único que ya no da pena ajena es alex, porque estoy acostumbrado a verlo así desde antes, piensa rubén.

sigue haciendo su trabajo y escucha que alguien habla con alex, pero seguramente es otro cliente más y no le toma tanta importancia, hasta que siente que tiene a alguien al lado, y no, no son fantasmas, no los que él cree.

—hola—saluda el chico.

el rubio se tiene que aguantar las ganas de rodar los ojos. aveces se olvida de la existencia del chico hasta que lo vuelve a ver con esa sonrisa de bobo.

—¿necesitas ayuda en algo? —pregunta rubén, lo más amable que puede.

—no, no, bueno sí, pero no—balbucea samuel.

—¿qué? —dice el rubio extrañado.

—que... yo, eh, te traje algo, sí eso—responde nervioso.

en ese momento rubén cae en cuenta de que samuel trae una pequeña caja en sus manos.

—¿qué es eso?

—son pastelillos, de la cafetería de en frente, ¿los has probado?

el más alto se queda pensando por un momento, no, no los ha probado, pero la cuestión para él es ¿por qué se los ha traído? eso significa que lo que le dijo el amigo de samuel y lo que alex sospecha es cierto.

joder, lo que me faltaba, piensa rubén.

—eh... —no sabe que responder.

—toma—samuel le extiende la caja.

—yo n-no... —antes de terminar de hablar él ya tiene la caja en sus manos—. joder.

—espero te gusten.

el rubio mira al contrario y nota que sus mejillas están rojas, para él es algo extraño y un poco ridículo. nadie debería de ponerse así por él, ni regalarle cosas y eso. nadie.

—y-yo me tengo que ir, eh... tu cabello parece paja pero igual se te ve bonito—samuel le regala una última sonrisita, y antes de irse agrega:—, muy bonito, adiós.

rubén se queda procesando todo, ¿qué ha pasado? trata de asumir que no pasó nada y va hacia donde está alex.

—hey, ¿qué pa... ? —le habla alex, pero se calla al instante—, pero si estás rojito. qué mono.

el rubio abre los ojos, ¿cómo que está rojo? ¡ni siquiera se había dado cuenta!

mejor decide ignorar al menor y piensa en ir a dejar la caja de pastelillos a otro lado. no sabe si se los va a comer o qué va a hacer con ellos.

—¿qué es eso? —le pregunta alex.

él lo sabe todo, se lo dijo samuel, pero igual quiere saber qué le va a responder su amigo.

—nada—contesta el mayor.

alex mira a rubén, como un niño tímido, y él lo voltea a ver con una ceja levantada.

—rubius... —le llama y el otro musita una respuesta— ¿me das uno?

—no.

e ignorando nuevamente a alex, rubén va a dejar el "regalo" a otro lado. tampoco le importa cómo su amigo sabe todo.
ah, pero eso no quita que alex en un descuido de rubén le robe un par de pastelillos a él.

mmm, sabe a amor no correspondido, qué rico; piensa alex.

💢; pues aquí seguimos, banda😔✌
si ustedes siguen aquí, yo también

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