game store ;; rubegetta

ｄ ｉ ｅ ｃ ｉ ｓ ｉ ｅ ｔ ｅ

-siempre estás aquí, mirando hacia allá, ¿estás bien? -la voz de una chica llama la atención de samuel.

-¿eh? -el pelinegro la mira. sabe que es la otra chica que trabaja en la cafetería, solo que nunca le había atendido, siempre es un mesero quien toma su orden, hasta ahora.

-sé que es imposible dejar de venir al bv, pero me parece curioso que siempre te sientes en la misma mesa y te la pases horas viendo hacia la otra calle-habla la rubia.

-eh, yo... -samuel piensa algo creíble para decirle.

-¿es por el chico rubio de la tienda de videojuegos o no? -se apresura a decir.

-¿cómo sabes? -él la mira sorprendido.

-me lo acabas de confirmar, además siempre te vas de aquí cuando la tienda cierra, ¿no tienes casa o qué?

el tono que usó no le gusta para nada a samuel.

-y te la pasas sonriendo como bobo, mirando hacia allá. no tienes chance con él.

-¿cómo que no?

-yo lo vi primero, querido.

-¿y es tu novio o qué?

-no, pero lo será.

no, samuel no va a dejar que alguien más le gane a su rubio bonito.

-ni siquiera le hablas, nunca he visto que lo hagas-suelta el pelinegro.

-¿tú sí? -ataca la rubia.

-un par de veces sí, algo es algo-responde seguro de sí mismo.

-¿y? ¿por eso ahora lo espías desde aquí? -le sigue la otra.

-sí, ¿y qué? ¿tú podrías ir y hablarle? -el tono de voz del pelinegro cambia.

-¿quieres ver? -pregunta y samuel asiente-. ok, de todas formas el tonto de raúl está perdiendo el tiempo allá atrás y... me da igual.

ella se saca el delantal y lo deja encima de una silla, le da una sonrisa ladina a samuel y luego sale de la cafetería, con dirección a el "by games".

dejando a un pelinegro pensando en cómo esa chica le puede ir a hablar a su futuro marido y él no.

la paz nunca fue una opción, piensa mirando hacia el otro lado de la calle, nuevamente.