Ji Yong supo la verdad.
_______, dejo de luchar.
Los corazones rotos siempre han sido lo más difícil de superar en la juventud. Nadie está destinado hasta que encuentra a su alma gemela. Son pocos los afortunados de tenerla a su lado, pero si es ca...
Acompañe a Anie a comprar un vestido para la reunion del dia viernes la cual la tenía bastante ansiosa. No solo por qué habría gente de alta costura si no que Lite le había advertido que si no se vestía a la talla, haría un show. Lite era de esos hombres tóxicos que no te quisieras topar en los trabajos
Anie se había probado más de siete vestidos en cada tienda que entrabamos. Y no entrabamos a tiendas baratas, si no que tiendas de alta costura las cuales tenían precios bastantes altos para alimentar a un pueblo entero. Sin embargo, me entretenía bastante observar y aprender acerca de las diferentes marcas que hoy mandan en el mundo de la moda.
Después de unas cuantas horas entrando y saliendo de tiendas, hubo un vestido que Anie adoro con la mirada al momento de verlo y sabía que terminaría comprándolo. Así que cuando volvimos a la tienda Versace, la vendedora que nos había atendido antes supo de inmediato cuál vestido nos llevaríamos.
Mientras esperaba a Anie que saliera del probador, observaba los vestidos uno por uno preguntándome cuál podría usar yo para el día viernes. Ya tenía decidido trabajar en la agencia de modas en publicidad y cumplir una de mis cuantas fantasías de hacer un comercial.
Debía estar a la altura aquella noche y mi inexperiencia en moda era impresionante. Aunque la agencia siempre nos enseñó cómo vestir y para cada ocasión, esta vez no sabía que podría usar y si el vestido debía necesariamente ser de alta costura o no.
—Luces hermosa—le dije a Anie una vez que salió con el bello vestido color rojo puesto—Es, maravilloso. Se le ve divino ¿No?—mire a la vendedora quien sonreía asintiendo.
—Es verdad señorita, lo luce espectacular y no es por qué sea la vendedora—le guiño un ojo. Anie dió una voltereta y suspiro.
—¡Me encanta!—grito—¡Me lo llevo!
—Ire a hacer el empaque, con permiso—salio del lugar.
Suspire mirando a mi amiga y no podía creer lo bella que era.
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—Te ves preciosa Anie.
—¿Lo dices en serio?—me miro con sus ojos brillosos. Yo asentí y le di un beso en la mejilla—¡Ay gracias! Tengo muchos nervios.
—L@s dejaras con la boca abierta.
Mire la hora y vi que eran más de las seis de la tarde. No alcanzaría a buscar un vestido.
