Ji Yong supo la verdad.
_______, dejo de luchar.
Los corazones rotos siempre han sido lo más difícil de superar en la juventud. Nadie está destinado hasta que encuentra a su alma gemela. Son pocos los afortunados de tenerla a su lado, pero si es ca...
Desperté por las grandes turbulencias que el avión tenía en estos instantes y mis nervios no podían ser peores. Me enderece en el asiento y espere a que todo se estableciera. Después de unos minutos algo tensos, el avión aterrizó de manera muy violenta sobre el pavimento y mi corazón se me salía del pecho, trague hondo mientras rezaba con temor. Cuando la azafate me dijo que habíamos llegado, no espere y salí corriendo del avión para ir a buscar mi equipaje. Definitivamente, los aviones y los vuelos no era no lo mío.
Ya un poco más tranquila, con mi maleta y mi equipaje de mano, me dirigí hacia el baño para poder lavarme la cara, los dientes y echarme un poco de perfume. Me cambié la ropa, ya que hacía mucho frío. Me coloque un hoodie color negro, que hacían juego con mis jeans negros ajustados rasgados. Usaba unas botas punta fina rojas y una linda bufanda de lana también de color rojo ya que me la había tejido mi abuela para mí cumpleaños número 23. Así que ya tenía su tiempo.
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Un poco más relajada, salí en dirección a la salida a encontrarme con Anie, quién me esperaba seguramente. Nunca había estado en el aeropuerto de New York, era bastante amplio y bonito, me dejaba impresionada. Con esas ventanas grandes, esos salones grandes, las tiendas bien decoradas y preocupación de la limpieza. Tampoco es que fuera maravilloso pero al ser la segunda vez que estaba aquí, me era un poco más fascinante. La primera vez, había venido con cierta persona que ya no representaba nada en mi vida.
—¡______! ¡______,Estoy aquí!—la voz chillona de mi amiga llego a mis oidos y pude ver su figura esbelta a la distancia. ¡No había cambiado nada! Su cabello pelirrojo seguía igual de largo y crespo, sus pecas y piel pálida como siempre, su nariz respingona y su buen vestir, siempre me dejaba con la boca abierta. Llevaba una chaqueta roja, unos mom jeans negros, una polera manga larga cuello tortuga color negra ajustada al cuerpo que hacía resaltar su bella figura y unas botas largas negras. Siempre Lucia preciosa.
—¡Anie!—lance mis cosas al suelo y la abrace fuertemente. No la veía hace algún tiempo atrás y en estos momentos en los cuales he estado muy emocional y algo depresiva, ver alguna cara conocida me era emocionante y me producía felicidad en su totalidad—¡No sabes cuánto te extrañe!
—Y yo a ti—respondio—¡Me alegra tanto que te hayas convencido de venir a New York! Te va a encantar, mi departamento está en un barrio muy residencial y bonito, incluso dicen que Alex Turner vivió en ese edifico cuando estaba con Alexa Chung.
—¿Que? ¿No bromeas? De solo pensarlo, me siento emocionada. ¿Te imaginas encontrarnos con Alexa Chung?
—No creo que siga teniendo ese departamento, _______.
