INTRODUCCIÓN
Los golpes en mi puerta los puedo sentir como si estuvieran haciéndolo en mi oído, reaccionó cuando escucho mi nombre fuerte, me despabilo y pegó un salto de la cama.
Era Jorge.
Suspiro con pesadez sabiendo a qué exactamente venía y que yo había tratado de olvidar, hoy me corrían digo varias veces mientras me apresuraba en colocarme una remera que no esté rota y rápidamente para caminar hacía la puerta del departamento. Inhaló y exhaló escuchando que aún decía mi nombre para finalmente abrir la puerta.
—¡Jorgito amor de mi vida! —intento ablandarlo con una sonrisa viendo su cara de hielo.—No, María, no, no empieces. —me frena en seco haciendo que mi sonrisa se borré automáticamente me pregunta directamente—. ¿Tenés la plata o no?
Ojalá, ojalá lo tuviera... Hoy no le mentiría.
—No, Jorge. —suspiro derrotada.
Toda esta vida me tenía así. El hace una mueca para suspirar y cruzar sus brazos y volver hacerse como una roca.
—Ya te perdone tres meses, no te puedo aguantar más María. —anuncia con dificultad comienzo a negar varias veces haciendo pucheros y a punto de comenzar a levantar mi voz cuando él se niega muchas veces levantando su mano para tomar la palabra nuevamente—. Perdón, Ma, en serio... Pero no puedo, necesito la plata y si no tenes para pagarla necesito que desalojes el departamento para que otro lo alquilé, tengo en lista a algunas personas.
—¡No, no Jorge, te juro que voy a conseguir para el fin de semana! —estallo en ruegos enloqueciendo, totalmente, me aterraba esa idea de irme.
En cambio el ante mi pánico mantiene su mirada seria y su cabeza moviéndose de un lado a otro me dice que no cedería.
—Perdón María. —vuelve a repetir y me quedo sin hablar, estaba vez lo decía en serio, me dedica una mirada de lástima y confirma:—. Para mañana quiero que me des las llaves y que el departamento este vacío, si necesitas ayuda, avísame.
Se me queda mirando mientras yo entró en una película de terror por dentro, inmóvil para afuera, lo veo irse y cierro la puerta para comenzar a sollozar y que las lágrimas se me caigan como si fuera las cataratas del Iguazú, con lo que odiaba llorar. Lloraba por poca cosas, pero está valía, porque significaba que me quedaba sin departamento. Me deslizó sobre la puerta para caer sentada y pensar en todo lo malo que me estaba pasando, sin nada en la mente por hacer y poder quedarme con el departamento.
Así que ahora sí, estaba sin departamento, con una mamá que era un tiro al aire, un papá mogolico que me abandono cuando era chica y que ahora quería acercarse a mí que era lo mismo que nada, agregando que también estaba sin trabajo porque hoy me despidieron por haberme quedado dormida.
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tercer piso | wos
Fanfictionvalentin solo quería conocer más a la chica nueva del tercer piso.