Patrick me invitó a salir
Candice envió el mensaje a Allen, aprovechando que justo en ese momento él estaba en línea, aunque tardó un par de minutos en responderle:
¿En serio?
Ella sonrió ligeramente frente a la pantalla de su teléfono y siguió digitando:
Sí. Me invitó a su próxima presentación musical en el Royal Opera House
Esta vez, Allen no tardó nada en responder:
Eso no es una cita, Candice...
Candice frunció el ceño, aunque sabía en el fondo que él diría eso.
Podría convertirse en una al final. Solo sigue pendiente 😉
Él no escribió nada más de regreso, así que ella comenzó a guardar el teléfono, pero de pronto emitió una corta vibración y volvió a sacarlo.
Nos vemos, entonces
Allen le envió otro emoticón de guiño y dejó de estar en línea. Candice quedó un poco confundida con ese último mensaje, pero no siguió dándole más importancia.
—¿Con quién te mensajeas tanto? —le preguntó Elsie mientras iba a su lado, caminando a primera hora por el pasillo atestado de alumnos llegando.
—Con nadie —respondió, encogiendo un hombro al tiempo que guardaba el teléfono y sacaba un polvo compacto de aspecto lujoso.
—Ya, ve a decírselo a quien te crea, ¿es tu novio?
Candice resopló, pasándose a toquecitos por la nariz la borla de terciopelo que venía dentro del compacto.
—Claro que no.
—Entonces tu novia.
Candice cerró la tapa y rodó los ojos.
—Solo es Allen.
—¿Allen? —Elsie estaba sorprendida— ¿El primo buenisisisísimo de Livy?
—¿Yo qué? —Sin darse cuenta, habían llegado hasta la parte del pasillo donde estaba el casillero de Livy y ella solo había alcanzado a escuchar su nombre por encima del portazo que dio para cerrar su casillero.
—Nada, que Candice sale con tu primo —dijo Elsie, poniéndose la mano junto a la boca mientras señalaba a Candice de forma poco disimulada.
Los ojos de Livy se abrieron de par en par, mirando a Candice de súbito.
—¿En serio? ¿Es por eso que no nos querías decir nada sobre tu vida sentimental?
Candice volvió a rodar los ojos, cruzándose de brazos.
—No estoy saliendo con Allen, solo somos... usuarios de WhatsApp.
Esta vez, fue Livy la primera en soltar una carcajada. Un par de segundos después, Elsie cayó en cuenta de lo que acababa de escuchar y rompió en una risa tan estridente que los de alrededor se volvieron a mirarlas.
—O sea, qué mala. Ni siquiera te alcanza para decir que son conocidos —añadió Elsie, sosteniéndose el abdomen.
—Es que no tenemos ningún otro tipo de relación.
—¿Y para qué se hablan? —terció Livy, apenas recuperándose.
—No sé, desde el baile ha estado tratando de persuadirme para que salga con él, pero no veo por qué deba hacerlo.
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Nada especial
Novela JuvenilSer la oveja negra de la familia definitivamente tiene que ser más divertido que ser la oveja pelirroja.