Addison Miller
La alarma de mi celular comienza a sonar. Me cubro la cabeza con la almohada, mientras que con mi otra mano busco mi celular para apagarla; al no lograr mi objetivo decido abrir los ojos de una vez por todas.
Me siento en la cama y agarro mi celular para desconectar la alarma. Pasó mis manos por mi cara, realmente estaba muy cansada y era demasiado temprano para comenzar el día en mi opinión.
Decido levantarme de la cama e ir directo al baño a darme una ducha de agua fría para espabilarme.
Tenía que estar exactamente en el instituto a las ocho en punto y eran las siete en punto, jamás fui una chica que se demorara en arreglarse, además siempre preparaba mi ropa un día antes.
Entro a la ducha y abro solo la canilla del agua fría. El golpe del chorro que cae sobre mi cuerpo me produce un escalofrío, pero poco a poco me acostumbro a la temperatura. Hoy era el primer día del último año escolar, lo que significaría que pronto comenzaría la universidad y más estrés del que ya tengo se presentaría en mi vida.
Luego de haberme duchado, salgo de la bañera y envuelvo una toalla alrededor de mi cuerpo, mientras que con otra decido secar mi cabello y me dirijo a mi habitación para ponerme el atuendo.
Tampoco he sido de maquillarme de una forma muy extravagante y menos para el instituto. Paso un poco de corrector por debajo de las bolsas de mis ojos, rímel por mis pestañas y bálsamo de coco con un poco de color sobre mis labios. Mi cabello decido dejarlo suelto.
Agarro mi mochila y verifico que este todo lo que necesitaré, cuando veo que todo está en orden, bajo por las escaleras. Paso por la sala y puedo ver que mi padre está en el sillón tomando café, mientras que mi madre lee un libro.
—Buen día, familia. —Saludé moviendo mi mano—. Noah me acompañará rumbo al Instituto.
—¿Así es como nos saludas? —Me regañó mi madre—. Acércate aquí y salúdanos como se debe, con un beso y un abrazo, Addison Deméter Miller.
—De acuerdo, pero no me llames por mi segundo nombre, sabes que lo odio —respondí acercándome a saludar a mi padre y a mi madre como "se debía"—. Nos vemos luego.
—Addison, acuérdate de que hoy tienes la reunión con el grupo de apoyo —Me indicó mi padre levantando levemente la vista de sus papeles de trabajo—, que no se te vaya a olvidar de nuevo como las otras veces.
—¡Dios! —exclamé molesta—. ¿Cuándo van a entender que ese grupo no me ayuda en nada? No voy a andar contándoles mis penas a personas de las que ni recuerdo sus nombres.
—Tienes que abrirte cariño, para que esto funcione, tienes que liberar las malas auras —dijo mi madre.
—Solo dejen de joderme la vida—dije con una leve sonrisa.
Salí de mi casa rumbo a la casa de Noah.
Siempre íbamos juntos, ya que nuestras casas no quedaban lejos e íbamos al mismo instituto.
Procedí a colocarme los auriculares y elegir una canción de mi lista de música. Deslizo mis dedos por la pantalla de mi celular hasta encontrar la canción que quería escuchar. Dark Necessities de Red Hot Chili Peppers comenzó a sonar.
Realmente amaba esa canción, siempre tuve una gran pasión por la música en todos sus aspectos, desde escuchar música, hasta tocar instrumentos; además desde mi punto de vista, su letra era muy profunda y tenía un significado que solo el autor podía comprender al ciento por ciento.
Para muchos seguramente no tendría sentido, pero para mí sí, y eso era porque siempre me fijaba en los pequeños detalles, analizaba y trataba de comprender lo que trataba de transmitir la canción.
ESTÁS LEYENDO
Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|
Teen FictionEn un mundo lleno de maldad en donde los verdaderos monstruos somos los seres humanos, las consecuencias caen tanto en el más culpable como en el más inocente, Addison y Harry saben muy bien eso. Ella es reservada y el mundo se ha ganado su odio. De...