《Capítulo 23》

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Addison Miller

Noah, Savannah, Harry y yo estábamos en mi casa preparando todo para el viaje. Savannah ya estaba más tranquila; había podido solucionar el tema del baile. La temática era galaxias y constelaciones. Una temática original, ya que en nuestra escuela jamás se había hecho algo parecido.

Me encontraba empacando mis últimas cosas, íbamos a estar solo cinco días en la casa del lago, así que solo empacaría lo necesario.

—¿Puedo pasar? —preguntó Harry golpeando levemente mi puerta.

—Claro.

—¿Estás lista?

—Creo que sí. Pero sé que en el camino recordaré que me olvidé de algo y tendremos que volver.

—Miller —habló Harry haciendo que toda mi atención se dirija a él—, ¿te gustaría ir al baile conmigo?

Harry sacó una caja que tenía escondida detrás de su espalda. Al observarlo sus ojos desprendieron un brillo sumamente hermoso, aquellos ojos grises que siempre se encontraban en medio de la tempestad, aparentaban encontrar la paz. Una sonrisa se extendió por todo su rostro, él era jodidamente hermoso.

—Vaya —musité asombrada—. Claro que me gustaría. Me encantaría.

—Es para ti.

Harry me extendió una pequeña caja negra con un listón dorado en medio de la tapa.

—No hacía falta, de todas formas...

—Sí, sí hacía falta —contestó acercándose a mí—. Me gustas, Miller. Es más, creo que estoy enamorado.

El silencio se hizo presente en la habitación, ambos nos observamos mutuamente, no hacían falta las palabras entre nosotros para entendernos.

Nunca hicieron falta.

Nuestras miradas irradiaban miles de emociones indescriptibles en milésimas de segundos, era como si estuviéramos conectados de tal manera que a veces podíamos ser uno solo.

Admito que Harry me gustaba y tal vez también estaba enamorada de él.

¿Pero cómo estaría segura de eso?

A veces tenía miedo de que me volvieran a lastimar, y no es que lo esté juzgando, es solo que cuando te lastiman es difícil volver a confiar.

En estos últimos años aprendí que la felicidad no es gratis, hay que ganarla, nada en este mundo viene sin tener un costo. Incluso el amor viene con un precio que pagar, tal vez por esa razón tenía miedo de perder a Harry.

No quería que Harry fuera el precio a pagar para que yo sea feliz, porque sabía que el costo sería más alto de lo que imaginaba.

—Ábrela —ordenó Harry sacándome de mis pensamientos.

Mis ojos se abrieron ante la sorpresa de encontrar una caja musical en forma de calesita.

Adornada con tres corceles blancos por una bola de cristal. La base, de color crema, decorada con pequeñas rosas y demás corceles.

Observé minuciosamente todo el decorado. Encontrándome en su base, con una dedicatoria en la parte de abajo.

"Somos luz y oscuridad Miller, somos el caos perfecto para dar paso a la calma"

—Es hermosa —respondí con un nudo en mi garganta de la emoción—. No tenías porqué hacerlo.

—Sí tenía —contestó sonriendo—. No necesito que me correspondas.

Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora