Harry Reynolds
Hoy comenzaba una nueva etapa para mí, una muy diferente. Era mi último año escolar en una nueva escuela.
Realmente no me sentía nervioso, no me interesaba si le agradaba a la gente o no, total, sería la última vez que vería sus rostros, porque luego de terminar la escuela comenzaría la universidad.
Agarro mi ropa y voy directo al baño para poder cambiarme y arreglarme un poco mi cabello, que estaba demasiado largo y ya era hora de cortármelo.
Opto por ponerme unos jeans de color azul y una remera de color negro, por encima me puse una sudadera negra con el logo de los Red Hot Chili Peppers, una de mis bandas favoritas.
Por último, me puse unas zapatillas de color negro, agarro mi mochila y me dispongo a salir de mi casa para ir a la escuela.
Bajo las escaleras rápidamente, cruzo la cocina y luego la sala para después encontrarme con la puerta que me conduce al garaje. Tomo las llaves de la camioneta para luego subirme en ella y ponerla en marcha.
Oprimo el botón para abrir las puertas del garaje, estas se abren lentamente, y luego de esperar algunos segundos pongo en marcha a la camioneta para poder salir a la calle.
Conecto el bluetooth de mi celular al auto para poder escuchar música, es así como comienza a sonar Like A Stone de Audioslave.
Para algunas personas les podría parecer una canción realmente deprimente, he de admitir que por ahí su melodía y su letra pueden ser un poco triste, pero también se lo puede interpretar como una canción de amor, en donde aquella persona se quedaría esperando el tiempo que sea necesario, en este caso como una piedra, para tener el amor de otra persona.
Sin darme cuenta, noto que estoy a unas pocas cuadras del instituto, y al llegar aparco en el lugar más cercano a la puerta.
Observo que no hay ninguna persona en el estacionamiento, lo cual me parece realmente extraño, pero mis dudas se fueron en el momento en que vi la hora en mi radio y note que las clases habían comenzado hacía más de 20 minutos.
Salgo del auto y empiezo a correr como nunca, no podía creer que en mi primer día de escuela llegase tarde, agarro mi celular y puedo notar que la hora está atrasada.
Al llegar a la puerta del instituto noté a una señora de anteojos que caminaba por el pasillo. Me acerqué a ella rápidamente para preguntarle en donde era mi clase.
—Disculpe si la molesto, soy Harry Reynolds —dije estrechando mi mano—. Soy nuevo y quería preguntarle si tiene alguna ficha o papel en donde diga los horarios.
—Buenos días, Harry. Soy la secretaria Caroline Morgan —contestó correspondiendo el saludo—, acompáñame para que pueda otorgarte la ficha en donde están todos tus horarios, apresúrese si no quiere recibir un castigo el primer día de clase.
—Claro, muchas gracias secretaria Morgan.
Ambos caminamos por los pasillos de la escuela, realmente era un establecimiento muy grande y con muchos pisos comparado con las escuelas a las que había asistido.
Seguimos caminando hasta que nos quedamos enfrente de una puerta, tenía una placa que decía "dirección". La secretaria entra en el cuarto haciéndome una señal de que me quede afuera.
Luego de un par de segundos sale nuevamente con un pequeño papel plastificado en sus manos.
—Aquí están todos los horarios y el nombre de las aulas en la que debes asistir —indica tendiéndome el papel—, si yo fuera usted me apresuraría.
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Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|
Novela JuvenilEn un mundo lleno de maldad en donde los verdaderos monstruos somos los seres humanos, las consecuencias caen tanto en el más culpable como en el más inocente, Addison y Harry saben muy bien eso. Ella es reservada y el mundo se ha ganado su odio. De...