《Capítulo 26》

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Addison Miller

Me encontraba arreglándome para la sorpresa que me tenía preparada Harry.

Decidí ducharme y cambiarme de atuendo, optando por un lindo y hermoso vestido azul marino que se ajustaba a mi cintura, combinado con unas Vans negras y una chaqueta de cuero del mismo color.

La duda si debía maquillarme o no me invadía. Se podría decir que estaba muy nerviosa por mi aspecto, algo muy poco común en mí.

Sé que no debería importarme, y maquillarme por mi misma, pero por alguna estúpida razón, quería que él me viera bonita.

—¿Por qué tan arreglada, Addi? —preguntó Savannah con una sonrisa pícara en su rostro, entrando a la habitación.

—¿Por qué tienes el labial por todas partes? —contraataque.

—Es broma —contestó dirigiéndose rápidamente al espejo para luego sacar una toallita desmaquillante y limpiarse el labial—. Pero en serio, ¿por qué tan arreglada?

Creo que las cosas ya se habían arreglado entre Savannah y Noah, mejor de lo que esperaba.

Nunca pensé que pudiera surgir algo entre ellos dos, son muy buenos ocultando sus sentimientos, de tal manera que tarde tres años en notar que había más que una simple amistad entre estos dos.

Aunque estaba muy feliz de que lograran poder tener una relación estable, lo merecían.

—Harry me dijo que tenía una sorpresa para mí. —Mis mejillas se sonrojaron—. Solo quiero estar presentable.

Soy muy mala mintiendo, y aunque en parte era verdad. La palabra correcta no era estar "presentable"

—Si claro, como no —respondió sarcásticamente—. ¿Por qué no puedes aceptar el hecho de que está enamorándose de ti?

—Vamos Sav, mírame —respondí, señalándome de cabeza a pies—. Soy un desastre, física y emocionalmente. Estoy rota, quebrada. Él merece alguien mucho mejor que yo, alguien que si pueda darle un vida feliz, y no alguien que lo esté metiendo en un maldito juego de muerte.

—No hay nadie mejor que tu Addison. ¿Y sabes por qué? —preguntó retóricamente—. Porque eres única, igual que él. Aunque Harry está medio loco y es muy extraño. Ambos están medio locos y son extraños, pero esa es la cualidad que los une.

Ambas reímos por aquel comentario.

—No lo sé, Sav, tal vez...

—Ya me cansaste. Harry Reynolds está completamente loco por ti —contestó acercándose a mí y tomándome por los hombros bruscamente—. ¡Es capaz de dar la vida por ti, Addison! Se le nota en los ojos. No hay ningún minuto en que él no te observe. Podrá ser un completo idiota, pero ese idiota está enamorado de ti. Y no dudes ni por un puto segundo que él va a juzgarte por tu pasado o por tu presente.

No puedo sorprenderme de su agresividad, siempre es así.

—Wow, que agresiva —musité con sarcasmo.

—Te hubiera golpeado si fuera por mí —contestó riendo—. Tienes suerte que me controlé, ahora ve por tu príncipe.

Me quedé inmóvil en mi lugar mirando fijamente a Savannah.

—¿Él tiene que venir por ti?

—Sí —respondí—. Gracias, Sav.

—No es para tanto, solo son unas simples palabras para alentarte.

—No es solo por eso. Gracias por estar a mi lado, aunque haya sido una mierda de persona contigo y con Noah. No merezco su apoyo, su amor o incluso su amista, nunca seré merecedora de algo tan grande como eso.

Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora