《Capítulo 33》

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Addison

El final de las vacaciones arrastraba todo motivo de alegría, descanso y felicidad. Y las clases daban inicio al estrés, y exámenes finales.

Empacaba mis cosas para volver a casa, debido a que mañana comenzaría el último mes de clase.

—¿Crees que Michael es tan inocente como parece? —preguntó Harry en voz baja.

—Ya no sé ni en quien creer —respondí frustrada—. Necesito saber toda la verdad y el único que puede decírmela es él.

—Vaya mierda, ¿verdad?

—La mierda más grande de todas las mierdas —contesté riendo —. ¿Deberíamos bajar para ver que todo esté bien entre Noah y Sav?

—Mmm no, cuando Noah deje de gritar ahí es cuando debemos preocuparnos.

—Tienes razón.

Ambos seguimos empacando nuestras cosas hasta que estuvo todo completamente ordenado. Tendimos la cama y dejamos el lugar impecable.

Lo del accidente decidimos mentir y hacerlo pasar por un robo y, aunque la policía no nos creyó del todo, tomó nuestra declaración y luego se fueron.

Los daños fueron pagados por los padres de Savannah. Quise intervenir y pagar los daños, pero Sav no me lo permitió

—¡Noah voy a matarte! —gritó Savannah, mientras que escuchábamos que Noah comenzaba a gritar.

—¡Deja mi bate Savannah! —gritó Noah— ¡Esta mujer está loca! ¡Eres una loca Savannah!

—¡Y tu un patán!

—Es mejor que bajemos —propuse.

—No quiero morir —mencionó mirándome de arriba a abajo— Ella es como el mismo demonio, Miller. Es un ángel, pero caído.

—Miedoso. —Me burlé riendo—. Yo voy a bajar.

—De acuerdo. —Se quejó—, pero si muero te perseguiré por la eternidad.

—¡Ayuda! —gritó Noah— ¡No quiero morir! ¡No en manos de esta loca!

—¡Retráctate! —Esta vez fue Sav.

Harry y yo bajamos rápidamente por las escaleras.

Savannah intentaba golpear a Noah con el bate que se encontraba quebrado por la mitad, mientras que Noah se defendida con un sartén.

Ahora quien es el ridículo.

—Okey, idiotas. Es mejor que se comporten —indiqué intentado captar su atención—. ¿Por qué están peleando?

—¡Por qué el estúpido de Noah mancho mi vestido intencionalmente con salsa! —exclamó furiosa.

—¡Te dije que fue un accidente! —gritó Noah—. ¡Además tú rompiste mi bate!

—Pueden calmarse —intenté decir para que ambos entraran en razón—. Savannah tu puedes lavar tu vestido y Noah, tu puedes usar cualquiera de tus otros bates.

Ellos se observaron entre sí, y dejaron de discutir.

—Okey. —Entro en razón Savannah dejando de perseguir a Noah —. Lo lamento, no quise romper tu bate.

—Y yo no quise arruinar tu vestido. —Se disculparon.

Había sido mucho más fácil de lo que esperaba.

—Nunca tendré un bate como tú —susurró Noah acariciando su bate.

—¡Es hora de irnos! —exclamó Harry dándole una palmada a Noah en la espalda para luego subir por las escaleras—. Iré por las cosas.

Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora