《Capítulo 11》

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Harry Reynolds

Ridículo: Que provoca risa o burla por resultar muy extraño, grotesco, extravagante, etc.

Haría el ridículo solo para verte sonreí sonreír.

Addison y yo, nos dirigimos al salón de arte. Podía notar como sus mejillas aún tenían algo de rubor, por el cumplido que le había dicho y eso la hacía lucir aún más hermosa.

Cuando por fin llegamos, nos miramos el uno al otro.

El salón era un completo desastre, lleno de pintura por el piso y todos los materiales como pinceles, acuarelas, esponjas y acrílicos estaban desordenados en cada pequeña mesa. Comencé a observar cada dibujo, que se encontraban en los atelieres. Una de las muchas pinturas, había captado mi atención, me acerqué a la pintura y no sé por qué razón me recordaba a los dibujos de Nate. Las pinceladas en el dibujo, y la forma en que estaba dibujado el rostro; mencionando que era la única mesa ordenada de todo el salón.

Nate era muy obsesivo con el orden en cuanto a su espacio para pintar, jamás me permitía pasar a su habitación cuando era niño.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Addison.

—Sí, solo que las pinturas me recordaron a mi hermano —murmuré con una leve sonrisa—. Él realmente pintaba muy bien, demasiado bien, a decir verdad.

—Si no te sientes cómodo, puedes irte, no tengo problema de limpiar sola.

—Claro que no me iré. Tardarías siglos en limpiar este desorden.

—¿Seguro? —preguntó.

—Muy seguro, además no te olvides de que me debes una salida. No te librarás tan fácilmente.

Ella me sonrió y comenzó a alzar todas las cosas que estaban desparramadas en las mesas, poniéndolas en una caja de plástico; acomodando los acrílicos por una parte y las acuarelas por otra.

Yo me encargué de traer una cubeta con agua y un poco de aromatizante para limpiar el suelo.

Cuando volví al salón, Addison ya había acomodado y dejado impecables todas las mesas.

—¡Eso sí es rapidez! —exclamé asombrado.

—Supongo —dijo ella encogiéndose de hombros—. ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro —respondí.

—Yo sé que apenas nos conocemos y tal vez esto no es lo más apropiado del mundo, pero, ¿qué le sucedió a tu hermano?

Respiré hondo, listo para contestar su pregunta. No me molestaba para nada que preguntara eso, pero tal vez a mi yo de hace dos años le hubiera molestado demasiado.

—Hace dos años atrás, mi hermano Nate y yo estábamos discutiendo mientras él manejaba, y tuvimos un accidente. Yo estuve tres días en coma; al despertarme, me enteré de que mi hermano había muerto —dije, mientras seguía limpiando el piso—, y todo por mi culpa.

—¿Por qué dices eso? —preguntó Addison cruzando sus brazos sobre su pecho—. Tú no tienes la culpa de ese accidente, la pelea no fue lo que causó el accidente, Harry. La persona que los chocó a ustedes es el único culpable.

—Pero tal vez, si no hubiéramos peleado. Él habría podido esquivar el camión —respondí—. Cómo puedo seguir viviendo cuando las últimas palabras que le dije fueron "Sabes que, púdrete en el maldito infierno, no te necesito, no necesito un hermano que me cuide." —dije entre lágrimas.

Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora