Addison Miller
Subimos las escaleras hasta llegar a la entrada de la escuela, en la puerta nos esperaba Savannah, ella realmente es una chica muy alegre y alocada.
—¿No están emocionados? —preguntó Savannah agitando sus manos mientras daba pequeños saltos—. ¡Este es nuestro último año escolar!
—No es la gran cosa —respondí encogiéndome de hombros—, honestamente no le encuentro sentido a festejar el último año de nuestra etapa escolar.
—No seas tan negativa, Addison —se quejó Noah frunciendo su ceño—. Disfruta, este será nuestro último año, luego empezaremos la universidad y es lo único en lo que no quiero pensar.
—Como presidenta estudiantil, yo me encargaré de preparar absolutamente todo para el baile de graduación —dijo Savannah con orgullo—. Me olvide de contarles, entrará un nuevo estudiante en la escuela, creo que su nombre era Harry Reynolds.
—Wow, es lo más interesante que dijiste en lo poco que llevamos aquí —respondí con sarcasmo—, y como dije antes no deseo entablar ningún tipo de relación con nadie y menos en el último año escolar.
—Eres demasiado negativa, Addison —reprochó Savannah apretándome las mejillas—. Es mejor que entremos.
Los tres entramos al edificio dirigiéndonos al gimnasio, como todos los años, para ver las aulas que nos asignaban a cada uno. Al llegar, los tres caminamos rumbo a una mesa en donde se encontraba la profesora que nos entregaba un pequeño cuadrado de papel a cada uno, en donde otorgaba toda la información de los horarios de nuestras clases y el salón.
—Gracias —respondí cuando me entregó el pequeño papel—, clase de Literatura a las 8:15 ¿Qué les toco a ustedes?
—A mi clase de Historia —dijo Savannah—. ¿Y a ti Noah?
—Clase de Química —respondió Noah resoplando—, mi primer día escolar y mis clases empiezan con la materia que menos me agrada.
—Somos dos —concordó Savannah—. Odio historia, no porque me cueste, sino porque el profesor Kreitzman es muy aburrido y me duermo en sus clases. Tú, Addi, tienes suerte, el profesor Bretherton es el mejor de todos los profesores, sus temas en literatura son muy interesantes y no hay que mencionar lo guapo que es.
—Primero, no me llames Addi sabes que lo detesto —me quejé dando una breve pausa—. Y lo segundo es que jamás me fijaría en el profesor Bretherton, no puedo creer que te guste ese anciano.
—¡No es un anciano! —chilló Savannah—. Tiene 24 años, además no hay edad para el amor.
—Sigue soñando querida —me burlé mientras le mostraba mi dedo corazón —. ¡Los veo luego!
—¡Esto no se quedará así! —exclamó Savannah sarcásticamente.
Camino por los largos pasillos de la escuela hasta llegar a mi salón, entro y noto que había muy pocos alumnos dentro, así que decidí aprovechar para sentarme en mi lugar favorito. El lugar del fondo junto a la pared.
Acomodo mi mochila en la silla del lado derecho mientras me sentaba del lado izquierdo.
Comienza a sonar el timbre y varios alumnos empiezan a entrar a la clase, cada uno se sienta en su respectivo lugar.
Mark, el capitán actual del equipo de fútbol y el bravucón de la escuela, entra al salón y se dirige hasta donde me encuentro yo.
—Sal de ahí, Addison —ordenó con aquel tono de voz que identificaba a Mark, creído y de un gran hijo de perra—. Ahora.
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Nuestros Propios Demonios |EDITANDO|
Novela JuvenilEn un mundo lleno de maldad en donde los verdaderos monstruos somos los seres humanos, las consecuencias caen tanto en el más culpable como en el más inocente, Addison y Harry saben muy bien eso. Ella es reservada y el mundo se ha ganado su odio. De...