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Actualidad.

-¡YA SON LAS 8, HASTA QUE HORA PIENSAR BAJAR KATSUKI!-

-¡SON LAS 5 VIEJA BRUJA!-vuelvo a acostarme, es demasiado temprano.

Me acuerdo de Fiami, le mando su mensaje de buenos días ya que hoy ella tal vez duerma hasta tarde.

Me propuse estar estable en un año, tal vez así podríamos retomar los planes de casarnos.

...

El bullicio de los mocosos que ahora eran mi equipo de trabajo se escuchaba por todos lados, algunos apenas habían salido de la academia otros llevaban como 5 años a lo mucho y por supuesto yo era el más grande del grupo.

-¡eh viejo! ¡acompáñanos a beber!-les mande una mirada fulminante, odiaba que me dijeran viejo.

-¿no tienen cosas mejores que hacer con sus vidas reverendas babas?-guarde las cosas del traje tal vez entrenar antes de ver a Fiami sería una buena opción.

-¿vas a entrenar abuelo?-gruñi.

-no les interesa-

Cuchichearon un poco y luego empezaron a sacar cosas de sus lockers.-te esperamos en el cuarto de hologramas, abuelito-

Aguante una sonrisa-mocosos-siempre encontraban la forma de incluirse en mis cosas.

Pero no, no eran mis amigos ¿vale?.

...

Cuando tome el tren para llegar a Kyoto se me cruzo la idea de preparar algo de comer en casa de Fiami, llame a su celular pero no contestó.

Lo más seguro es que debía estar en alguna reunión.

Suspire mirando el camino, reí pues pronto ya no tendría que estar visitándola.

Vi las llaves en mis manos.

Nuestra casa...

Obviamente tuve que apretar el estómago y endeudarme con el banco pero era una muy buena inversión.

También ayudo a mis padres por que se que aunque no lo dicen, una persona más en la casa... pesa.

Después de horas llegué a el centro de Kyoto, estoy bastante emocionado, pase a alguna tienda de conveniencia para la cena y después tome un taxi hacía el departamento de Fiami.

Al llegar iba saliendo una chica con traje de enfermera, fruncí el ceño, la chica se quedo pasmada al verme... nerviosa.—¿tú quien eres?—

—y-yo...soy una amiga de Fiami-chan—y se fue, traía bastante prisa o quería huir.

Algo en ella me llamo la atención, esa voz me sonaba de algún lado.

—¿katsu?...¡pensé que vendrías más tarde!—se quejo, me acerque y cuidando que no nos estuviera observando algún paparazzi le di un pico a mi pequeña abrazándola por los hombros momentáneamente.

—¿todo bien en el camino?— empece a dejar las cosas en la mesa mientras ella veía curiosa el contenido de las bolsas.

—aburrido—le observe tratando de encontrar algún cambio en su físico o algo que me dijera el por que de una visita de una enfermera.—¿tú estas bien? Vi a la enfermera—

Ella bajo los ojos a su lado izquierdo y luego volvió a verme.—todo perfecto—golpee su frente.—¡¿por qué hiciste eso bakatsuki?!—

Sonreí.—por que puedo bakami—empece a sacar las cosas.—¡debes de estar en guardia siempre! boooba—

—¿y para que es esto?—sonreí egocéntrico.

—cocinaremos...—ella seguía curioseando—papas fritas—sus ojos me miraron con miedo.

—¡NO!—

—¡OH SÍ!—

...

Tratabamos de darle la vuelta a una papa frita pero Fiami era demasiado miedosa como para hacer un movimiento cerca del aceite.—¡no esas marica por dios!—

—¡No quiero quemarme!—suspire y rogué paciencia.

—solo hay que darle vuelta—ambos teníamos agarrando la espátula aunque no podía maniobrar bien gracias a que Fiami tenía miedo.

Me volteo a ver.—¿y si las preparas tú solito?—le mire serio.

—tienes que aprender a enfrentar tus miedos—en eso hicimos un mal movimiento y el aceite nos brinco en los brazos, lo que ocasiono que la espátula con aceite cayera en la estufa y momentáneamente diera un flamazo.

Los dos nos alejamos del peligro hasta el otro extremo de la cocina.—casi muero—dijo Fiami.

—exagerada— nos vimos mutuamente y su sonrisa me contagio a mi, pronto nos veíamos carcajeando de que estuvimos a nada de ser carbón.

Durante su alegría la observe y sentí como me enamoraba de nuevo, se veía como aquella joven en un receso antes de las clases en la U.A.

La amo.

...

Ambos disfrutábamos de la cena, ella me contaba sobre la vida de los demás, los hijos del pelos verdes o del mitad-mitad, solo la escuchaba pues su voz me gustaba demasiado.

—¿qué harías si un día me voy?—su pregunta me tomo por sorpresa.

—iría a buscarte—

Ella observaba un cuadro.—¿y si te pido que me esperes? ¿que no vayas en mi búsqueda?—

—si es lo que quieres, lo haría—alce los hombros, aunque por dentro algo hizo que mi estómago no pudiera comer más.

—¿y cuánto me esperarías?—al vernos a los ojos, todo lo que me preguntaba parecía importarle.

—toda la vida—volví la mirada a mi plato.—¿tienes algún plan o algo?—

—tal vez sería bueno...viajar, quiera preguntarte y ver si estabas de acuerdo, aunque no está nada decidido aún—

—yo no soy quien para decirte que hacer o no, solo avisa y ya está—

—vale...—

𝙖𝙣𝙨𝙬𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙚 𝙥𝙝𝙤𝙣𝙚 ⇝💥Bakugo Katsuki 💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora