𝙖𝙣𝙨𝙬𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙚 𝙥𝙝𝙤𝙣𝙚 ⇝💥Bakugo Katsuki 💥

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Actualidad.

Gruñí molesto, Kirishima me llevo con la mentira de que las chicas irían al centro comercial y entre ellas estaba Fiami, íbamos en segundo año, la chica seguía rechazando mis declaraciones y yo por mi parte no me rendía.

—¡me voy de aquí!—

—¡espera bakugo!—me detuvo.—somos amigos, los amigos salen a menudo a tontear por ahí—le mire irritado.

—¡podría estar entrenando en vez de tontear aquí!—el pelos rojos sonrío.

—no negaste que soy tú amigo, bakugo—

4 de la mañana.

Suspire cansado, otra vez soñaba con Kirishima.

Empece a tender la cama y a buscar con que vestirme, hoy haríamos una comida en casa de mis padres, invitando a los Hanase.

Debía recoger a Fiami en la estación y limpiar la casa.

Me bañe y empece a limpiar de arriba a abajo, la jefa de la casa aplaudió al ver que su único hijo estaba haciendo labores domésticas —tendré que invitar más seguido a mi nuera—gruñí.

—bruja—ella en cambio me pego un periodicazo en el hombro y se puso a leer la primera plana.

Poco después bajo papá y empezó a cocinar a la par que mi madre barría afuera.

Aveces...cuando sueño con Kirishima, trato de recordar que era lo que le gustaba, saber que había muerto me afecto en un principio ahora solo trataba de vivir con ello.

—¡Ya son las 12! ¡APÚRATE KATSUKI!—

—¡YA VOY!—me vestí rápido y salí a la estación donde llegaría Fiami.

Ella ya se encontraba ahí, siempre llegando antes, su ropa era casual y su rostro siempre me era gratificante verlo.—¡Katsu!—ahora se le daba llamarme por ese apodo, no es que me importará mucho.

—todavía no llegan tus padres—le avise, ella en cambio me abrazo y el sentimiento de cariño combinado con nerviosismo hizo que me pusiera tenso, ella río notandolo, si no me conociera pensaría que no me agrada pero ya sabía perfectamente como "atacarme".

—katsu-katsu—ya casi llegábamos al automóvil.

—qué—estaba más concentrado en ver que no nos fueran a atropellar, debíamos cruzar la calle y llegaríamos al auto.

—te extrañe mucho—sentí que el corazón quería salirse de su lugar con tan solo esas palabras, le dí un rápido beso en la frente y caminamos hacia el auto, aunque yo cuidándola por que no me había dejado de abrazar y caminaba de reversa.

Entramos en el auto y me quede admirandola.

Que bien se sentía estar con ella.

...

Llegamos casi al mismo tiempo que la familia de Fiami, estaban sacando algunas cosas como una parrilla y el estéreo.

—¡mamá! ¡que bueno es verlos a todos!—Fiami era apegada a su madre, se llevaban bien, su padre choco los cinco con ella y conmigo, tuve suerte de tener un suegro que me aceptará desde el primer momento.

Un pellizco en el brazo me advirtió de quien se trataba, el demonio de su hermano el cual casi tenía mi estatura.—pequeño monstruo—murmure con molestia.

Lo tome del cuello mientras revolvía su cabello, como cuando eramos más jóvenes.—¡sueltame anciano!—

—¡aprende a respetar mocoso!—

En eso un peso cayó sobre ambos, Fiami se saludaba con su padre en una ficticia pelea de box, a decir verdad su padre se llevaba bastante rudo con ambos.

Y que la familia Hanase terminara encima mío era una prueba de eso.

...

Estábamos comiendo, la que más hablaba era Fiami sobre viajes de trabajo.—me hubiera gustado disfrutar más de esos viajes—comentó nostálgica.

—hijo no has comido nada—hablo mi suegra, era cierto, el mocoso no había probado bocado.

—no gracias—Fiami iba a tomar la mano de su hermano pero el se alejo antes de que se tocarán.—voy al baño—su madre lo siguió pero al poco tiempo bajo negando.

—todavía no esta acostumbrado a ver a su hermana—comentó.

Suspire y fui a ver al mocoso, no era de mi incumbencia pero alguien debía parar su show.

Espere a que saliera y cuando lo hizo me miro feo, nada del otro mundo.—ya para—ordené.

El soltó una risa y luego me dio un puñetazo limpio en el estómago.—que fácil es para ti decirlo, tú no viste todo lo que sufrieron por tí—tenía bastante fuerza.

—así que ¿yo soy tú problema?—el bufó.

—quitate—

—mira mocoso, yo no se que paso en mi ausencia, pero Fiami y yo tratamos de hacer las cosas bien y ella te quiere—lo deje ir.

—si pero te quiso más a ti, mis padres sufrieron mucho con que se alejará y no entiendo como la aceptan así como así...a mi no me incluyan en su familia feliz—suspire, ese chico sería un hueso duro de roer.

...

Íbamos en el tren, de regreso al departamento de Kyoto.

Tenía que tener buen ojo para notar el ánimo de Fiami.—ya se le pasará al mocoso—comenté.

—si—tomo una revista y empezó a hojearla.

Una de mis nulas habilidades sociales era consolar a alguien, ahora es cuando maldigo eso.

—puedes decirme lo que sea Fiami—ella asintió.

Me preocupaba.

Llegamos y pasamos el tiempo pero cuando toco mi hora de irme, me daba pendiente.

Una vez llegue a casa le marque pero no contesto y supuse que no querría hablar, así que le dí espacio.