𝙖𝙣𝙨𝙬𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙚 𝙥𝙝𝙤𝙣𝙚 ⇝💥Bakugo Katsuki 💥

Dantsu.

Actualidad.

Yo, soy el segundo hijo, casi siempre como segundo hijo puedes pasar un poco desapercibido por que están intentando concentrarse en el hijo mayor, para unos una desventaja y para otros una ventaja, yo soy más de ventajas, me daba cuenta de cosas que normalmente no debería escuchar.

Mis padres no son perfectos, se amaban mucho sí, pero no eran perfectos, los conflictos fuertes eran de habitación hacía adentro, lo mejor, yo poseía dos cosas: el quirk de tipo camaleón como mamá y la curiosidad.

Un día me puse del tono de la pared y escuche una discusión.—¡debes de ir al médico!—

—¡si voy!—

—¡Pues no se nota mucho, ve cuantos moretones!—me acerque a ver por instinto, encontrando a mi padre sentado junto a mí madre.—la vida de solteros, de esposos incluso, ya pasó tenemos hijos y si no te cuidas ¿Qué haremos? ¿Qué haré sin ti?—no entendía...

—¿Qué haces aquí?—murmuró mi hermano mayor, una copia exacta de mi padre, como casi todos.

—estaban discutiendo.—

—entonces no debes estar escuchando esto, vamos a la cama—
...

—nii-san...nii-san...no puedo dormir.—susurré, pero mi hermano no me escucho en cambio apareció mi papá.

—¿Qué pasa pelos lacios?—mordí mi labio, la figura de mi padre era muy imponente.—¿no puedes dormir?—acepté con la cabeza.

Mi padre Katsuki se sentó en el suelo, cerca de mi cama.—¿quieres una galleta horneada de mamá?—cubrí mi boca antes de soltar una carcajada.

—no por que mamá las quema.—el revolvió mi cabello.

—pequeño mocoso, de mi esposa no vas a hablar mal—me jaló y me cargo para llevarme a la cocina, iba a prepararme el té de regaliz para que durmiera.

No entendía como mi padre le hacía para ser héroe, esposo y criar niños, pero siempre lo veías dándolo todo.

—¿Qué hacen?—pregunto mi progenitora.

Ah...

Cierto...

Estaba mamá.

Mi madre acomodo mis cabellos y me regalo un beso en la frente, mirando como su esposo estaba en la cocina preparando el té.—¿quieren una galleta?—

—¡No/No!—

...

—¡Dantsu hora de despertar!—miré a mi mamá con los ojos entrecerrados.

Atrás de ella estaban cuatro maletas y lo recordé, iríamos de viaje a las costas de Okinawa.

Salte de la cama y todos esperamos nuestro turno para bañarnos.

Papá ya tenía el coche listo con las maletas y nos puso a cada uno un ridículo sombrero playero como tradición de cada año, mi madre por su parte le ponía a papá ese collar de flores plásticas que odiaba pero que no se quitaba.

Una vez llegando a la playa mi madre nos dividía en equipos de dos y jugábamos como el abuelo nos había enseñado, papá se ponía a mirar de lejos por qué "no quería morir a manos de sus criaturas" dado que todos sacábamos a relucir ese lado de iracunda competencia.

Entonces me llego el balón directo en la cara.

Todos me rodearon con preocupación, mi hermana la de enmedio golpeó al grande por el balonazo que me dio.

Mi padre sacó de su bolsillo un curita y mi madre me lo puso.—¿te duele Dantsu?—asentí, ella me mando sentarme y cuando estuviera repuesto podía regresar.

Papá hizo sonar el silbato y le sacó tarjeta roja a mi hermano.—¡¿Qué?! ¡¿Tarjeta roja?!—grito.

Papá miró a mi hermano.—reglas son reglas.—mi hermano y yo nos sentamos mirando como mi tercer y cuarto hermano jugaban a muerte.

Mi hermano sacó de la bolsa de mamá un par de paletas y me dio una.

Con la promesa de que nos lo comieramos cuanto antes o a los demás se les antojaría.

...

—Hablas con Fiami, siento no contestarte en este momento pero prometo contestar el teléfono más tarde, ¡Ten un buen día!—

—Fiami, quiero hablar sobre los estudios, marcame.—