Capítulo 4: Un Ladrón En Casa

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En mi descanso vi las noticias del día como siempre. Me preocupé un poco al ver una que decía "ladrones de apartamentos ¿Cómo saben cuando no estás en casa?"

- Hola, Kary - saludó Roger.

- Hola, Roger ¿Qué tal todo?

- Todo bien ¿disfrutando del descanso?

- En lo que se puede...

- ¿Viste la noticia?

- Sí... Estoy un poco preocupada, ya que los robos han sido en el edificio en donde vivo.

- Descuida. Seguro que no pasarán por tu departamento. Además, tu hermano está ahí ¿no? Si él está ahí no creo que vayan a entrar en departamento con gente dentro.

- Sí... Gente. - pensé en Niko - lo único que hace es comer helado y ver películas y series...

El descanso acabó y tuvimos que volver al trabajo. Roger trabajaba en una oficina diferente a la mía, así que no nos veíamos tan a menudo.

Durante un largo tiempo estuve esperando algún mensaje de cualquier tipo de Niko; pero no pasaba nada.

En mi mente se presentaban distintos escenarios de lo que podría estar haciendo. Ver tv y comer helado, ser un perro demonio porque se acabó el helado, abriendo una puerta al inframundo en todo el departamento... Todo era posible. También el que dejara entrar a los ladrones como si nada.

- Es una opción... - tomé mi teléfono y le envié un mensaje.

"Kary: No dejes entrar a nadie al departamento"

"Niko: Ok ^_^"

Al terminar mi turno, me fui directamente al departamento. Estaba cansada y quería ir al baño. Esperé el ascensor hasta llegar a mi piso. Las ganas de ir al baño se hacían mayores cada minuto, y no podía encontrar mis llaves. Así que tuve que golpear la puerta.

- ¿Quién?

- Soy yo, abre la puerta.

- Lo siento, pero Kary me dijo que no dejara entrar a nadie...

- Yo soy Kary. Abre la puerta que quiero ir al baño.

- La verdadera Kary tiene llaves para entrar...

- Que me abras la puerta, Niko... - aguanté la respiración para no orinarme en el pasillo. - el helado de menta se va a derretir si no me abres...

La puerta se abrió de golpe, Niko me dejó en la puerta del baño, me quitó el bolso y corrió a la cocina. Mientras, yo entré al baño lo más rápido que podía. Sentí un alivio maravilloso.

- ¡¡Oye, aquí no hay helado!!

- ¡Lo siento! ¡Te recompensaré!

- Eso fue cruel...

- Ya te dije que lo sentía. Además, era eso o perder la dignidad frente a una cámara de seguridad...

Me sentí más tranquila cuando noté que todo estaba bien y que nadie habia entrado en mi ausencia.

Decidí salir a comprar un poco de helado para Niko. Había estado algo deprimido por la inocente mentira.

Al volver, me di cuenta de inmediato que algo andaba mal. La expresión sin culpa de Niko me parecía bastante sospechosa. Demasiado inocente.

- ¿Qué fue lo que hiciste...? - lo miré fijamente.

- Nada... - desvió la mirada.

- Estás mintiendo.

- No... - volvió a desviar la mirada.

- ¡Ayuda! - ese grito me dejó congelada.

- ¿Qué fue eso?

- ¿Gritos de afuera? - se escucharon unos golpes provenientes de la habitación de Niko.

Me dirigí rápidamente a la habitación, abrí la puerta esperando no encontrarme con el infierno mismo; pero lo que vi me desconcertó bastante. Había un hombre colgado de los pies en el centro de la habitación.

Él hombre me miró con lágrimas en los ojos y me rogó por ayuda. Yo en tanto, cerré la puerta un momento y me volteé hacia Niko.

- ¿Por qué hay un hombre colgado de los pies en tu habitación...? - no sabía cómo reaccionar realmente.

- Oh, entró al departamento y comenzó a guardarse cosas en la mochila.

- Te dije que no dejaras entrar a nadie...

- Sí... Pero eso fue antes de tu mensaje - suspiré completamente resignada.

- ¿Por qué está ahí?

Niko hizo aparecer una especie de libro de bolsillo en su mano, titulado "Manual de demonio novato". Lo abrió en una página específica y la puso frente a mí.

- ¿Pero qué...? - acerqué mis manos al libro; pero él lo apartó un poco.

- No lo toques, está caliente.

- ¿Por qué está caliente?

- Bueno, es normal. De donde vengo siempre hace calor...

- Como sea... - me acerqué para leer.

"Cómo proceder con quienes rompen el sexto mandamiento
....
........
Formas:
- Cortar las manos.
- Cortar dedos.
- Quemarlo vivo.
- Colgarlo de cabeza.
........"

- ¿Lo ves? Lo dice el manual. Aunque creo que que es un castigo muy ligero - dijo con expresión pensativa.

- Yo... Creo que es suficiente con eso...

En realidad no tenía muchas razones para molestarme con Niko esta vez. El tipo había irrumpido en mi hogar para robar mis cosas.

Al final, hice que lo liberara y que lo dejara ir. Después de todo, sería una completa locura llamar a la policía, ya que podían acusarnos de tortura. Pero estoy segura de que ese sujeto no volverá a entrar a otra casa.

Ambos nos pusimos en la terraza y vimos cómo se marchaba el sujeto mientras bebía un poco de vodka de la botella y Niko comía helado de menta. Mientras lo veíamos cruzar la calle hicimos una especie "brindis" con lo que teníamos en la mano.







Nota:
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Mi endemoniada vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora