Capítulo17: Un Día Sin Demonios

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Ya van casi 6 meses desde que me embriagué y llamé a un demonio por accidente. Y solo un par de semanas desde que metí a Anthony al departamento sin saber que era un demonio.

No es tan malo una vez que te acostumbras; pero varias veces me gustaría poder pasar un día como antes de que Niko y Anthony llegaran.

— Oye Kary. Los chicos del trabajo irán a la otra ciudad y me dijeron que te preguntara si me dejabas ir ellos. — me miró con una sonrisa inocente.

— ¿Por qué tengo que darte permiso? No eres un niño.

— Porque ellos piensan que soy un chico humano de 18 años con un trabajo peligroso y que tiene una hermana mayor muy irresponsable que dejó que trabajara con ellos.

— ¿Eso piensan?

— No. Eso pienso yo cuando los escucho hablar de sus familiares.

— ¿Los caza recompensas hablan de sus familiares en el trabajo?

— No. Eso es lo que dicen los tipos a los que atrapo.

— ¿Qué tanto de lo que dijiste es verdad? — me miró en silencio.

— Qué estaré fuera de la ciudad por un día...

— No es tan difíci ¿verdad? No tengo problemas. Realmente eres libre de hacer lo que quieras... — sonrió emocionado —... Siempre y cuando yo no me vea afectada de ninguna forma. — su sonrisa se deshizo.

— Bien... Me iré mañana temprano y volveré dentro de la noche.

— ¿Me dirás a dónde vas?

— ¿De verdad quieres saberlo?

— No.

Al día siguiente, Niko ya se había ido para cuado desperté. Era extraño tener un día para mí sola en el departamento. Aunque fue algo aburrido.

Durante el día me limité a ver televisión, leer libros, charlar con Roger por mensajes de texto, y limpiar un poco. De paso, aproveché y le dije a Anthony que saliera fuera a donde quisiera y que volviera en la noche.

El silencio ya no era algo normal en mi vida. Siempre estaba discutiendo con Niko sobre una cosa o regañándolo por otra.

No entendía muy bien lo que pasaba. Había esperado tanto por tener un solo día para mí sola, que ahora que lo tenía, no sabía cómo disfrutarlo.

— Creo que tomaré un baño de burbujas... — Hacía tiempo que no lo hacía.

Me llevé unas cuantas cosas al baño antes de sumergirme en el agua. Planeaba quedarme un largo tiempo ahí dentro.

A ratos bebía un poco de vodka y veía videos musicales en la computadora. Luego pasé a ver una película y me quedé así hasta la noche. Debo decir que el día se pasó bastante rápido sin esos dos peleando todo el tiempo.

Salí de la tina completamente relajada y envuelta en toallas. Había llegado a la cocina cuando escuché maullidos desde afuera.

— ¿Anthony? — lo miré.

— Ya es de noche ¿puedo entrar?

— Ah... Sí ¿Qué hacías ahí?

— Dijiste que fuera a donde quisiera. Y yo quería estar aquí contigo; pero como noté que querías tiempo para ti misma, decidí quedarme aquí afuera. — eso fue triste.

— ¡Hola Kary! ¡Volví!

— Miren quién volvió. El devorador de helado de menta más grande del inframundo.

— ¿Te divertiste durmiendo en la puerta toda la tarde?

— ¡¿Qué?! ¡¿Me viste afuera y no me abriste la puerta?!

— Te veías cómodo ahí. No quería molestar.

— ¿Desde qué hora estás aquí?

— Llegué 30 minutos antes de que salieras de la tina.

— Ok... Voy a cambiarme...

Apenas entre a mi habitación, Anthony y Niko comenzaron a discutir porque Niko había dejado afuera a Anthony todo ese tiempo.

Volvía a la rutina. Pero, supongo que esta rutina es mejor que la que tenía antes de conocerlos.

— ¡Que no peleen en la cocina!

Mi endemoniada vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora