Ya van casi 6 meses desde que me embriagué y llamé a un demonio por accidente. Y solo un par de semanas desde que metí a Anthony al departamento sin saber que era un demonio.
No es tan malo una vez que te acostumbras; pero varias veces me gustaría poder pasar un día como antes de que Niko y Anthony llegaran.
— Oye Kary. Los chicos del trabajo irán a la otra ciudad y me dijeron que te preguntara si me dejabas ir ellos. — me miró con una sonrisa inocente.
— ¿Por qué tengo que darte permiso? No eres un niño.
— Porque ellos piensan que soy un chico humano de 18 años con un trabajo peligroso y que tiene una hermana mayor muy irresponsable que dejó que trabajara con ellos.
— ¿Eso piensan?
— No. Eso pienso yo cuando los escucho hablar de sus familiares.
— ¿Los caza recompensas hablan de sus familiares en el trabajo?
— No. Eso es lo que dicen los tipos a los que atrapo.
— ¿Qué tanto de lo que dijiste es verdad? — me miró en silencio.
— Qué estaré fuera de la ciudad por un día...
— No es tan difíci ¿verdad? No tengo problemas. Realmente eres libre de hacer lo que quieras... — sonrió emocionado —... Siempre y cuando yo no me vea afectada de ninguna forma. — su sonrisa se deshizo.
— Bien... Me iré mañana temprano y volveré dentro de la noche.
— ¿Me dirás a dónde vas?
— ¿De verdad quieres saberlo?
— No.
Al día siguiente, Niko ya se había ido para cuado desperté. Era extraño tener un día para mí sola en el departamento. Aunque fue algo aburrido.
Durante el día me limité a ver televisión, leer libros, charlar con Roger por mensajes de texto, y limpiar un poco. De paso, aproveché y le dije a Anthony que saliera fuera a donde quisiera y que volviera en la noche.
El silencio ya no era algo normal en mi vida. Siempre estaba discutiendo con Niko sobre una cosa o regañándolo por otra.
No entendía muy bien lo que pasaba. Había esperado tanto por tener un solo día para mí sola, que ahora que lo tenía, no sabía cómo disfrutarlo.
— Creo que tomaré un baño de burbujas... — Hacía tiempo que no lo hacía.
Me llevé unas cuantas cosas al baño antes de sumergirme en el agua. Planeaba quedarme un largo tiempo ahí dentro.
A ratos bebía un poco de vodka y veía videos musicales en la computadora. Luego pasé a ver una película y me quedé así hasta la noche. Debo decir que el día se pasó bastante rápido sin esos dos peleando todo el tiempo.
Salí de la tina completamente relajada y envuelta en toallas. Había llegado a la cocina cuando escuché maullidos desde afuera.
— ¿Anthony? — lo miré.
— Ya es de noche ¿puedo entrar?
— Ah... Sí ¿Qué hacías ahí?
— Dijiste que fuera a donde quisiera. Y yo quería estar aquí contigo; pero como noté que querías tiempo para ti misma, decidí quedarme aquí afuera. — eso fue triste.
— ¡Hola Kary! ¡Volví!
— Miren quién volvió. El devorador de helado de menta más grande del inframundo.
— ¿Te divertiste durmiendo en la puerta toda la tarde?
— ¡¿Qué?! ¡¿Me viste afuera y no me abriste la puerta?!
— Te veías cómodo ahí. No quería molestar.
— ¿Desde qué hora estás aquí?
— Llegué 30 minutos antes de que salieras de la tina.
— Ok... Voy a cambiarme...
Apenas entre a mi habitación, Anthony y Niko comenzaron a discutir porque Niko había dejado afuera a Anthony todo ese tiempo.
Volvía a la rutina. Pero, supongo que esta rutina es mejor que la que tenía antes de conocerlos.
— ¡Que no peleen en la cocina!
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Mi endemoniada vida
HumorLa vida de Kary no podría ser peor. Luego de un hecho totalmente increíble y prácticamente ridículo, acaba viviendo con a un demonio llamado Niko, que tiene una obsesión por el helado de menta y las películas. Kary intentará no enloquecer viviendo c...