Capítulo 36: La Propuesta

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Ya en el departamento, Roger, los chicos, y yo; y... Mox... Tuvimos una charla sobre todo lo que había ocurrido.

— Wow... — dijo Evee — así que sí es cierto lo que dicen sobre que el amor es ciego ¿no?

— Desde el momento en que intentó agredir a Kary me pareció una persona capaz de cualquier cosa — dijo Niko.

— ¿Disculpa? — preguntó Roger.

— ¿No lo sabías? — preguntó Evee — oh, ups... — se cubrió la boca aparentando inocencia.

— ¿Cómo es que ellos lo saben? No estuvieron ahí — Todos, incluyendo Mox, miramos a Roger por lo que dijo.

— Yo se lo digo — dijo Niko — Roger... — puso su mano sobre su hombro y le dio unas palmaditas — Somos demonios... Sirmpre estamos en alguna parte y a la vez no.

— Eso no tiene sentido... — le dije algo confundida.

— No... Pero suena bien — los demonios asintieron con la cabeza. 

— Está bien — dijo Mox — Creo ya es hora de irme. Espero que nos veamos cuando el amo haga su visita — desapareció y aparecio entre Roger y yo — Mucho cuidado con lo que hacen — guiñó un ojo — Estoy en un 69% seguro de que no pasará nada malo por revelarle al señor Roger que estos tres son demonios.

— Ammmm Mox — dijo Evee — de hecho... tú fuiste el primero en presentarte ante él.

— Es cierto — dijo Anthony — te presentaste ante un humano inocente para castigar a otro y le dijiste todo. 

— Asi que será mejor que ese 69% cambie a un 100%, — dijo Niko — ya que... 

— Tú rompiste la regla número 1... — dijeron los tres,

Estaba segura de que no era así como había pasado eso. Mox no le había dicho a Roger que eran demonios. Esa fui yo. Pero por su expresión, deduje que era un demonio bastante fácil de engañar. Llegué a sentir un poco de lástima por él; pero no lo suficiente como para ayudarlo. Esa era mi venganza por haber puesto su mano en el trasero de Roger pensando que no me daría cuenta. Lo noté porque vi a Roger poner una expresión incómoda y mirarme sin saber que hacer.

Mox pareció sufrir un pequeño ataque de ansiedad por lo que Niko y los demás le dijeron. Respiró por una bolsa de papel, lloró por unos minutos, nombró todo lo que posiblemente le haría Lucifer cuando se enterara, me abrazó con ojos brillantes y me rogó que lo dejara quedar para salvarse.

— Saquenlo de aquí — le dije a los chicos.

— Señorita Kary... — lloriqueó.

— Lo siento; pero estoy bien con tres demonios. Cuatro sería demasiado — sonreí levantando los hombros — Además, no te quiero cerca de Roger...o de Alex...

— Sáquenlo de aquí ahora — dijo Roger al oírme mencionar a Alex.

— Claro — respondieron los tres.

Bastó con que chasquearan los dedos para hacer que la puerta de la habitación de Niko fuera la puerta al inframundo. Sostuvieron a Mox y lo lanzaron hacia adentro, cerrando la puerta rápidamente.

— Listo — dijo Niko.

— La cabra se fue. — dijo Evee.

Los miré extrañada. Solo habían dos.

— ¡Maldito hijo de perra! — Anthony salió de la habitación de Niko y lo lanzó contra el suelo con fuerza.

— Aun no entiendo bien ese "insulto" — dijo Niko tirado en el suelo.

— ¡Me empujaste con Mox...! — reclamó Anthony.

— Tenía que intentarlo — respondió Niko.

— Suficiente... — Anthony y Niko se pusieron de pie — no puedo creer que diga esto pero... Sí que lo extrañé... — Me acerqué a ellos y los abracé — supongo que ahora son parte de mi vida...

— De tu... ¿Endemoniada vida? — dijo Niko.

— Supongo... — Respondí entendiendo el juego de palabras.

— Bueno, me alegra que hayan regresado, chicos — dijo Roger — confesaré que aún estoy algo sorprendido por todo esto de que son demomios y eso; pero creo que es algo que puedo manejar. — sonrió — si Kary puede vivir con ustedes tres... ¿Por qué yo no? — todos lo miramos.

— Este tipo es un ángel... — dijeron.

— Kary, chicos — dijo — he pensado en esto desde hace mucho tiempo; y el hecho de la revelación de este último momento no ha hecho que me arrepienta. Esto los incluye a todos — respiró profundo — Kary... ¿Te gustaría mudarte conmigo y Alex?

No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Vivir con Roger? ¿Qué tan bien resultaría eso a la larga? ¿Y si se arrepentía después de un tiempo? ¿Alex se sentiría incómodo conmigo ahí? Quería responderle; pero no me salían las palabras.

— Aceptamos — dijo Niko, colgándose de mi hombro.

— Qué divertido, casa nueva — dijo Evee — espero hayan gatos en ese lugar...

— ¿Cesped y peleas sobre el tejado? Me apunto — dijo Anthony. — Podría enseñarle a esos gatos quién manda...

— ¿Kary? — Roger esperaba mi respuesta.

— ¿De verdad quieres a tres demonios y a una posible loca dentro de tu casa y en tu vida? — le pregunté.

— No querría nada más... — me besó.

Roger no era exactamente un experto en el romance, o con las palabras; pero me encantaba su forma de ser. Me encantaba que fuera tan diferente a todas las personas que conozco o que conocí alguna vez.

— ¿Cómo lo haremos con la mudanza? — le pregunté — no es que tenga tantas cosas pero...

— Descuida — dijo Niko — nosotros podemos encargarnos. Señor gato estúpido Anthony ¿querría ir a casa de Roger para recibir las cosas?

— Olvídalo, de seguro enviarás todo de una y me apalstarás con ellas. — respondió Anthony con desprecio.

— Para nada... — sonrió — Pensaba en enviarte las cosas de a poco. Empezando por los artículos de cocina.

— ¡No es...! Necesario — intenté calmarme — Quizás no sea necesario mover todo. El departamento es mío desde hace unos meses — había conseguido comprarlo pensando que nunca me iría de ahí —, así que podría arrendarlo y obtener una ganancia extra — levanté los hombros.

— Suena bien — Dijo Roger. — Por lo pronto... Podríamos empezar a mover tus cosas personales.

— ¿Qué hay de Alex? — me había quedado esa pregunta desde hace un buen rato.

— ¿Sabes? — sonrió — Alex fue el de la idea...

Los tres demonios acabaron siendo un mar de lágrimas por lo que Roger había dicho. A mí también me conmovió la noticia. Pero esos tres lo llevaban todo a otro nivel.

— ¡Es un niño tan bueno...! — dijo Niko.

— ¡Su inocencia haría llorar hasta al mismísimo Lucifer...! — siguió Anthony.

— ¡A mí a penas me conoce y me regaló una pegatina de gato...! — la enseñó — ¡Es tan bonita y no puedo comerla...!

— Roger... — dijo Niko sorbiéndose los mocos — Aceptamos tu propuesta...

— Qué asco — le dije — ve a limpiarte. No eres un niño... — Roger solo atinó a reírse con toda la situación.

Así que la propuesta era irnos a vivir con Roger. Realmente estaba emociona por eso. Aunque tenía una que otra inquietud. Se imaginarán cual.

Mi endemoniada vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora