Capítulo 44: Mala Noche

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Ya no quedaba mucho para que Roger y yo fueramos padres. Los últimos meses fueron un poco más llevaderos desde que descubrí que podía usar a Mox como amenaza para que Anthony y Niko se quedaran tranquilos buena parte del día.

A partir de los 7 meses, moverme era un martirio. Tanto, que Mox debía hacer prácticamente todo por mí.

—Madres primerizas —Dijo Mox.

—Odio quedarme sin hacer nada. Además, estoy cansada y no he podido dormir muy bien.

—Ya tiene poco más de 8 meses, señorita Kary. Ya no falta mucho. —Su expresión maternal me confundía un poco —Podría nacer en cualquier momento.

Estaba a punto de responder a Mox cuando la penetrante mirada de Niko del otro lado del sofá tomó toda mi atención.

—¿Qué quieres ahora?

—Cuando nazca ¿Me presentarás como su hermano mayor?

—Teóricamente Alex sería su hermano mayor porque es hijo de Roger.

—Pero soy tu demonio. Además...

—Anthony también lo es, igual que Evee, y Mox... —Suspiré y me masajeé el puente de la nariz —Yo diría que más bien son sus "Tíos".

—Am... teóricamente soy el demonio del señor Roger y...

—Ya te dije que no te acerques a Roger.

—Sí señorita —Continuó con lo que hacía.

—¡Hola! ¡Karyyy! —El escandaloso saludo de Evee me hizo saltar —Esto es para tí. Bueno, para el bebé cuando nazca.

—Gracias —Me impresionó ver que Evee me daba un regalo para el bebé. No esperé para abrirlo, la curiosidad me mataba —¡Wau! ¡Que lindo pijama es...! —Me quedé algo confundida al ver una parte extra caer por la parte trasera —¿Y eso?

—Una colita. Linda ¿No?

—Sí... Pero, no parece ser de decoración.

—No lo es.

Me quedé repasando el extraño momento hasta entender completamente la situación. Esto tenía que ser una broma.

—Sí sabes que el bebé no tendrá una cola ¿Verdad? No es un demonio.

—Uno nunca sabe. Además, tú y Roger optaron porque fuera una sorpresa.

—La sorpresa es para saber si es niño o niña, no si es un humano, demonio, extraterrestre u hombre lobo.

—Ay, por favor —Estalló en risas —Los hombres lobo no están cerca de este lugar. Si quieres uno solo tienes que ir a...

—No quiero saber en dónde puedo encontrar eso. Ya suficiente tengo con ustedes cuatro como para agregar uno de esos en mi lista.

—Pero son muy amigables. Como una mascota; pero con la capacidad de transformarse en una bestia que suelta pelo. Y son excelentes cuidando niños.

—Como sea, no te atrevas a traer eso a la casa.

—Está bien, como quieras.

Me quedé el resto del día recostada hasta que Roger llegó a casa con Alex. Se veía realmente cansado, por lo que le dije que fuera a dormir un poco. Por mi parte seguí recostada en el sofá.

Me desperté sintiéndome extraña. Era de noche y Roger estaba a mi lado ¿En qué momento vine a la habitación?

—¿Estás bien? —Preguntó Anthony.

Mi endemoniada vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora