Capítulo 25: El Disfraz Perfecto

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Luego de que Evee y Niko tuvieran esa extraña confrontación, Anthony me tomó bajo su brazo y me llevó a mi habitación con la bolsa de Evee en la mano.

— Dejemos que ellos lo arreglen... Por lo pronto, busquemos un disfraz.

— ¿Cómo es que puede caer un gato ahí dentro?

— Es un bolso de inframundo. Está conectado un espacio "no terrenal" — explicó — Así que lo que metas en él acabará en otra parte — abrió el bolso — solo hay que meter la mano y buscar dentro.

Me asombré mucho cuando vi que del bolso, Anthony sacó un gato. Era gordo, con pelaje anaranjado con franjas oscuras.

— Es bonito — dije.

— No me gusta. — lo dejó en el suelo y volvió a meter la mano. Sacó otro gato, un siamés muy bonito — no — siguió buscando.

— ¿Por qué no sólo tomas uno y ya?

— Porque tiene que ser perfecto. El otro era perfecto. Este tiene que ser igual.

No sé cuántas horas pasaron desde que nos habíamos encerrado en la habitación con Anthony. Para entonces, creo haber contado 63 gatos dentro de la habitación.

— ¿Piensas verlos a todos?

— Sí. Si puedo hurgar en el bolso de gatos de Evee, lo voy a hacer. ¡Ay, Satán!

— ¡¿Qué?! — Anthony me enseñó al gato que había sacado — devuelve eso a la bolsa — no era un gato muy lindo que digamos. — Ese se parece al anterior... — Lo miré bien — casi...

— Es... — lo estaba mirando de frente. Parecía encantado — es perfecto... — lo volteó.

— Okey... ¿Seguro de que quieres ese? ¿No quieres uno más "normal"?

— Este es perfecto. Me encanta... — se veía como un niño con un juguete nuevo. No podía decirle que no escogiera a ese gato. Aunque fuera algo extraño. — sostenlo. Meteré a los demás a la bolsa.

El gato que había encantado a Anthony era algo extraño. A simple vista parecía ser idéntico al que había muerto; pero este tenía unos "pequeños detalles" que lo hacían diferente.

En primer lugar, los ojos de este gato eran de un color verde intenso que resaltaban la pupila. Segundo, tenía unos colmillos exageradamente largos, por lo que podía verlos aún con la boca cerrada. Y tercero, pero no menos importante, ese gato tenía 2 colas funcionales.

— Extraño...

— Nunca había visto uno vivo. Siempre los matan cuando nacen. No esperaba encontrar uno en el bolso de Evee.

— Sí... Hablando de Evee. ¿Qué tanto estarán haciendo esos dos allá?

— ¡Eres muy injusto! — escuchamos a Evee.

— ¡Entonces no habrá trato!

— ¡Debes cumplir! ¡De seguro ya escogieron un gato de mi bolso!

— Será mejor ir antes de que pase algo más — me levanté.

Cuando salimos de la habitación, vimos a dos perros gruñéndose con rabia en la sala. Debía de suponer que uno era Niko y que el otro era Evee. Eran idénticos; pero uno era más pequeño

— ¿Escogieron algo? — Anthony le enseñó el gato — ¡¿En serio quieres esa cosa?!

— Estaba guardándolo para después... — dijo Evee — más te vale pagar.

— ¿Qué acordaron? — pregunté. — ¿Niko...?

— Anda Niko, dile a Kary lo que acordamos...

— ¿Niko? — no me gustó como sonó eso.

— Evee exige un precio alto por ese gato... — Chasqueó los dedos y apareció una especie de contrato — "Yo Evee, por mis servicios de "venta" de una de mis "botanas", exijo que se me pague de forma inmediata por parte de la señorita Kary, ya que ella es la titular del demonio. Por lo que bajo la negociación con el demonio Niko, he decidido NO tocar el alma de esta misma; y que en lugar de eso, se me pague teniendo un pacto con ella." — terminó de leer.

— ¿Eso es todo? — pregunté confundida — ¿Qué dice en las demás hojas?

— Un poco de lo mismo. — Lo hizo desaparecer. — En resumen... Evee quiere ser una más en este lugar.

— Ni hablar. Ya vivo con dos demonios. No viviré con tres en el departamento.

— Descuida... — dijo Evee — no me quedaré aquí para siempre. A diferencia de estos dos. Solo estarás aceptando que yo pueda ir y venir las veces que quiera a este lugar.

Guardé silencio por un rato. Si era tan tramposa como Niko, era posible que hubiera una trampa en todo esto. Debía jugar bien mis cartas.

— Antes de cualquier cosa, quiero poner condiciones.

— Está bien. Adelante.

— Primero, no quiero que este lugar se vuelva un infierno, hablando literalmente. Segundo, no quiero que ni Roger ni Alex sepan que eres un demonio, en especial Alex. Y tercero, no quiero que comas gatos en este lugar...

— Me parece justo... — estiró su mano — ¿Cerramos el trato? — su mirada me inquietaba un poco.

— Bien... — estreché su mano.

— ¡Genial! ¡Ahora seremos mejores amigas y la pasaremos super! ¡Dormiremos juntas, veremos películas, saldremos de compras...! — dijo mientras entraba a mi habitación.

— ¿Sabes? — dijo Niko — Pudiste rechazar el trato y ella simplemente se habría ido. — Miré a Anthony, que ya había poseído al gato ese. Se veía muy feliz.

— Cierra la boca...

Mi endemoniada vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora