Cuando Niko regresó de su trabajo, yo estaba sentada viendo la televisión y bebiendo Vodka con Anthony sentado a mi lado junto a una lata de atún.
— ¡¿Y esto qué es?! ¡¿Por qué sigue esa cosa aquí?!
— ¡Me llamo Anthony. Kary me puso ese nombre!
— ¡Kary! ¡¿Por qué eso sigue aquí?!
— No veo por qué no puede quedarse. Parece ser tan inofensivo como tú... Además, no sería justo echarlo a él y dejarte a ti...
— ¡Pero hará nuestras vidas miserables! ¡Ese demonio acabará con la paz de este departamento!
— Descuida, ya me acostumbré...
2 horas atrás...
El tiempo que estuve encerrada en mi habitación, tuve un ataque de pánico en el que ahogué un grito con una almohada, me hiperventilé por unos 10 minutos, probablemente lloré por 15 minutos; pero al final me recompense, entré en fase de aceptación, y salí de mi habitación en completa calma.
— ¿Estás bien? ¿Qué fue todo eso allá adentro? — preguntó Anthony.
— Nada — sonreí — creo que me sentaré a ver la televisión...
— ¡¿Dejarás que se quede así como así?!
— Si no te gusta puedes irte — dijo Anthony — Kary tendrá un demonio más experimentado, y que ya no necesita recurrir al manual... Por cierto, gracias por no delatarme, eso habría sido malo para los dos... Buen chico — Anthony maulló cuando Niko lo levantó de la piel del cuello. — ¡bajame de una vez! ¡¿Cómo te atreves?!
— Me pregunto si es verdad que los gatos caen de pie... — Anthony empezó a gruñirle a Niko — ...desde el piso 18... — comenzó a caminar hacia la terraza.
— ¡Suficiente! — me levanté.
— No querrás hacer enojar a un gato...
— No, solo quiero deshacerme de él...
— Basta los dos... — ambos me miraron.
— ¡Él empezó! — dijeron ambos.
— No me importa quién halla empezado. Más les vale comportarse o ambos iran a dormir afuera. ¿Fui clara?
— Sí, Kary... — dijeron ambos.
— Bien... Tengo hambre ¿Qué...?
— ¡Atún!
— ¡Helado de menta!
— Qué asco... — se dijeron.
— Si... Parecen un par de niños y... — sonó el timbre.
— ¿Venía alguien? — preguntó Niko.
— Mierda, olvidé que Roger vendría hoy. Limpien esto. — los apunté — no peleen. No se transformen. No intenten matarse. Y no se lancen por la terraza.
— Bieeeen...
— Niko, no le hagas favores a Alex.
— Bien...
— Anthony... Solo sé un gato común y corriente.
— ¿Es una orden?
— Sí.
— Sí, Kary.
Cuando abrí la puerta, Roger me saludó con un beso en los labios, y Alex me dio un beso en la mejilla.
Al entrar, Niko y Alex se fueron la habitación, mientras que Roger y yo nos quedamos en la sala.
— ¿Quién es él?
— Oh, él es Anthony. Lo traje hace un par de días. Lo encontré en la calle.
— Es un lindo gato. — acercó su mano a Anthony y él pareció cazarla. — tranquilo Tigre. — Roger rió. — son juguetones cuando pequeños. Es bueno tener una mascota cuando se puede — comenzó a rascarle la barbilla y Anthony empezó a ronronear fascinado. — es una buena forma de hacer que Niko se mantenga ocupado.
— No mucho, Niko no es una persona de gatos al parecer. Es más una persona de perros — vi que Anthony aguantaba la risa — ¿Quieres café?
— Claro.
— Kary... — susurró Anthony.
— ¿Qué quieres? — le respondí de la misma forma.
— Rasca de maravilla, debemos conservarlo.
Roger y yo acabamos haciendo algo para cenar. Cuando todos nos sentamos a la mesa, vi que Anthony se paraba en sus patitas mirándome.
— Cierto. Voy a...
— Descuida, yo lo hago — dijo Niko — tú hiciste la cena, dejame alimentar al gato... — lo tomó y lo abrazó.
— Más despacio perro estúpido — murmuró Anthony. Esto no iba a acabar muy bien.
— Veo que comienza a agradarte — dijo Roger.
— Sí... Es lindo tener un animal bobo para entretenerse... — sonrió.
Niko llevó a Anthony a la cocina para darle una lata de atún. Nada de esto me convencía en lo absoluto.
— Voy a ver... Si necesita ayuda con el abre latas... Con permiso. — Tal y como me esperaba, ambos estaban gruñéndose en la cocina. — les dije que no se pelearan.
— Aquí nadie se está peleando. — Dijo Niko, soltando a Anthony — solo voy a darle de comer al gato.
— Me llamo Anthony...
— Los gatos no hablan.
Niko sacó el abre latas y dejó caer todo el contenido en el plato haciendo que salpicara hacia todas partes. Una buena cantidad salpicó en lo cara de Anthony.
— ¿Lo ves? Alimento al gato — le rascó la barbilla. Anthony lo mordió — ¡Ay! ¡Condenado gato! ¡Suéltame! — comenzó a mover la mano con el gato en ella — ¡Que me sueltes maldita sea! ¡Kary...!
— ¿Todo bien? — preguntó Roger cuando volví a la mesa.
— ¡KARYYY....!
— Sí, todo bien. Solo es cuestión de tiempo para que aprendan a convivir... O que yo los mate... — tosí.
— ¿Agua?
— Gracias. — le sonreí.
— ¡KARY....!
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Mi endemoniada vida
HumorLa vida de Kary no podría ser peor. Luego de un hecho totalmente increíble y prácticamente ridículo, acaba viviendo con a un demonio llamado Niko, que tiene una obsesión por el helado de menta y las películas. Kary intentará no enloquecer viviendo c...