Capítulo 27: Mis Guardianes

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Ya era hora de irnos al lugar de encuentro con Rebecca. Estaba nerviosa; pero Roger estaba peor.

— Tranquilo... — tomé su mano — saldrá bien. Ya lo verás...

— Gracias por acompañarme — me besó.

— No iba a dejar que hicieras esto tú solo.

Roger condució hasta llegar a una especie de bar - restaurant, del cual se escuchaba música mexicana.

— Interesante lugar para hablar de un tema de tan delicado... — Dije.

— Ahí está — señaló a una mujer para en la entrada del restaurante. — ya es hora... — se bajó del auto.

— Te alcanzo en un momento — estaba buscando mi teléfono para que Anthony me dijera que todo estaba bien. Esperaba que Anthony estuviera bien. — ¿Y eso? — había una pulsera en mi bolso. Me pareció bonita así que la coloqué en mi muñeca y salí del auto. — Más les vale tener una buena explicación para no contestar...

Roger ya había llegado junto a Rebeca. Traté de alcanzarlo rápidamente; pero bajé la velocidad de mis pasos cuando vi que ella se había abalanzado sobre él y lo abrazó con fuerza. Creo que sentí celos de ella.

Terminé por acercarme totalmente insegura de mis pasos hasta llegar junto a Roger. Rebeca me miró de pies a cabeza.

— No sabía que tenías esas mañas, Roger. Ella es mucho más joven que tú. — Realmente me había intimidado — ¿Cuántos tienes? ¿24? ¿20? — Roger me tomó de la mano con firmeza.

— No venimos a hablar de mi relación. Vayamos al grano de una vez.

Terminamos entrando al local para pedir una mesa. Al parecer ella esperaba estar a solas con Roger, porque había hecho una reservación para 2.

En la mesa, Roger se sentó entre las dos. No quería que yo estuviera tan cerca de Rebeca. Aunque me sentí un poco incómoda al quedar de frente con ella.

— Soy Rebeca — estiró la mano hacia mí — la madre de Alex.

— Karina... — correspondí el saludo

— ¿Algo para tomar? — nos ofreció.

— No, estoy conduciendo. — Roger estaba muy tenso.

— No, gracias...

— ¿Podríamos ahorrarnos todo esto e ir directo a lo que quieres?

— Bien. Quiero estar en la vida de Alex. Simple. — Ambos la miramos por la tranquilidad con que decía eso.

— ¿Simple? — Roger estaba muy enojado — ¡Te fuiste sin decir nada dejándome a mí y a un niño de apenas unos meses de nacido! ¡¿Y ahora pides estar en su vida así como si nada?!

— Roger... Cálmate...

— Deja que se desahogue ¿para qué quieres que se lo guarde? — su tono fue muy burlesco.

— Déjala en paz. — le dijo Roger. — Rebeca. Hace 6 años abandonaste a tu hijo de la forma más desgraciadamente posible. — Se puso de pie. — Alex creció sabiendo que su madre murió cuando él era un bebé. No voy a decirle ahora que resucitó de entre los muertos para que en algún momento te vuelvas a ir. No dejaré que le rompas el corazón a ese niño. — me tomó de la mano — Vámonos. No hay nada más de qué hablar con ella.

— ¡¿De verdad crees que voy a dejar todo esto así nada más?! — nos siguió hasta afuera — ¡Alex es mi hijo también! — Roger se enfadó por completo. Me asusté un poco al verlo reaccionar de esa forma.

— Escúchame bien, Rebeca. No te atrevas a acercarte a MI hijo por tu cuenta o...

— O qué...

— La única que saldrá perdiendo serás tú. — Se adelantó al auto.

Intenté seguir a Roger; pero Rebeca me sujetó de la muñeca. Sentí pánico porque no sabía como debía reaccionar con ella.

— Ni creas que voy a dejar que ocupes mi lugar — dijo con rabia — Si quieres quédate con Roger; pero Alex es mi hijo y no voy a dejar que una niña como tú venga a querer ser mejor que yo. Interviene en esto, y te juro que...

— Que osadía al tratar de esa forma a mi amiga... — escuché la voz de Evee — te dije que la pulsera era una buena idea...

— Está bien, te daré crédito por eso. — Niko también estaba aquí.

De la nada, Evee y Niko estaban sentados en cada uno de mis hombros como si fueran de papel. Rebeca los miró con asombro.

— ¿Quién te crees para tratar de esa forma a nuestra Kary? — preguntó Evee bajándose de mi hombro.

— Descuida, — dijo Niko, bajándose y apoyándose en mi hombro — no te va a morder si te vas ahora.

Rebeca no dijo nada. Las palabras se le quedaron atoradas al ver a Evee y a Niko aparecer así como así. Arregló su bolso, y se fue muy rápido.

— Eso fue divertido — dijo Evee — me hizo gracia el que le dijeras que no la mordería...

— ¿Qué están haciendo aquí? — dije un poco confundida. Niko levantó mi brazo.

— Anthony tuvo un mal presentimiento. Evee te dio esa pulsera para que supiéramos si estabas en problemas. — me soltó — por lo visto funcionó bastante bien...

— ¡¿Kary?! — Roger se acercó — ¿Pasó algo? ¿Estás bien? Perdón por dejarte atrás. No debí dejarte con ella. ¿Te hizo algo? — me abrazó y besó mi frente. Para cuando me di cuenta, Evee y Niko ya se habían ido.

Eran un dolor de cabeza la mayor parte del tiempo. Pero nunca me esperé el que se preocuparan tanto por mi realmente. De alguna extraña forma, me hizo feliz el que estuvieran conmigo.










Nota:
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Mi endemoniada vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora