A la mañana siguiente, la lluvia seguía igual de fuerte como el día anterior, hacía frío, y Roger seguía dormido junto a mi. Me agradó despertar de esa forma.
De pronto, mi teléfono comenzó a sonar por la llamada de "Tía Alis". Contesté rápido para que Roger no fuera a despertar. Aun era temprano, y era domingo.
— ¿Hola? — mi tía empezó a hablar. Apenas se le entendía — ¿cuándo? — siguió hablando — Comprendo... Yo... Hay un temporal aquí... No sé si podré ir... — comenzaba a trabarme al hablar — de verdad quisiera estar ahí ahora... Quisiera haber... — mi tía me interrumpió. Intentaba calmarme — sí... Está bien. Adiós y gracias...
Me quedé un largo rato en silencio intentando procesar lo que mi tía me había dicho mientras miraba el número de papá en el celular. Marqué al número.
— Vamos, contesta... — El teléfono sonaba — por favor...
— ¿Kary? — Roger despertó — ¿Estás bien?
— Solo un momento... — esperaba inútilmente a que contestaran.
— ¿Qué pasa? — preguntó más preocupado.
— Mi tía Alis llamó y dijo que mi papá... — volví a marcar por cuarta vez al número. — que mi papá... — salió el mensaje de que el teléfono estaba apagado. Roger se acercó a mi y me abrazó — y yo no...
— Tranquila. Respira.
— Debió pensar que lo había olvidado...
— Claro que no. Para un padre, no hay malos hijos. No te sientas culpable. — no quería que Roger me viera llorar; pero no pude evitar llorar con fuerza.
Minutos después de que empezara a llorar, Niko entró dando una patada a la puerta con un rifle de juguete con aspecto realista que no quería saber de dónde lo había sacado.
— Bien amigo, las manos donde las vea, todo lo que digas puede y usaré en tu contra ocasionando que apriete el gatillo, o no, de esta arma de juguete, o no, ocasionando la muerte instantánea de tu persona, o no.
— Niko, lo siento tanto — dijo Roger sin prestar mucha atención a todo el numerito que Niko había hecho.
— Un lo siento no va a salvarte... — le apuntó con el arma que, comenzaba a dudar de si era falsa o no.
— Niko... — le dije como pude — papá murió... — la mirada de Niko fue extraña.
— Roger ¿nos dejas un momento a solas?
— Sí, claro — se puso sus pantalones y salió de la cama — voy a... Preparar el desayuno.
Al salir, Niko cerró la puerta y caminó hasta quedar parado junto a mí. Nunca me había visto llorar de esa forma; y nunca lo había abrazado de la forma en como lo hice.
— Sí... No entiendo mucho los sentimientos humanos, así que no diré que entiendo por lo que estás pasando. — se movió un poco. — No creas que no me agrada estar así... Pero ponte algo de ropa, puedo sentir tus bubis...
— Roger cree que él también era tu padre... ¿Podrías fingir que sí lo era?
— Sería una buena oportunidad para hacer esto, ya que nunca lo he hecho... — sacó su libro para demonios novatos, lo leyó un poco, y luego lo hizo desaparecer — Está bien... Por las siguientes 72 horas sentiré absolutamente todo lo que tu sientas. — sacó un alfiler y me pinchó un dedo.
— ¡Au...! ¡¿Por qué...?! — se llevó el dedo a la boca y lamió la gota de sangre — ¿Qué fue eso?
Pasaron al rededor de 30 segundos después de que se tragara la gota de mi sangre, cuando de repente, Niko estalló en llanto y me abrazó.
— ¡Ay por qué....! — me impresionó mucho verlo así; pero verlo llorar solo me hizo llorar más. — ¡esto se siente horrible...¿Por qué se me ocurrió hacerlo?!
Roger entró en la habitación y nos vio a los dos hechos un mar de lágrimas. Entró con un rollo de papel higiénico y me lo ofreció.
— ¿Hay algo que pueda hacer por ustedes?
— ¿Puedes... Puedes hacer que deje de sentir esto? — preguntó Niko.
— Me Temo que no... Pasará con el tiempo.
— Entonces no... — le respondió.
— Es posible que debido a la tormenta no pueda estar en su funeral... — le dije.
— Lamento eso...
— Voy a vestirme... — Niko no me soltaba y no paraba de llorar — Niko suéltame... Necesito ponerme ropa...
— Pero estoy muy triste y todo es tu culpa... — Roger se vio confundido.
— Está igual o un poco peor yo, supongo...
— Entiendo.
— Si él lo entiende por qué dejaste que lo hiciera...
— Ya... Ya... Tranquilo, Niko — me sentí ridícula al tener que consolarlo — esto solo durará un tiempo...
— Te odio... — murmuró.
Luego de vestirme, Roger me llevó una taza de café y un par de tostadas. Niko se quedó acostado a mi lado hecho un "bolita sollozante".
En fin, no pude ir al funeral de mi padre, por lo que me sentí muy mal; y eso afectó bastante a Niko.
La lluvia cesó al día siguiente. Roger volvió a su casa, le dije que lo llamaría en caso de cualquier cosa para que se fuera tranquilo.
— ¡Kary ya basta!
— Déjame en paz... — le dije recostada en el sofá con una caja de pañuelos al lado, mientras veía fotografías antiguas con mi padre.
— ¡Deja de sentirte triste o saltaré por la terraza! — estaba tan sensible que eso me hizo llorar; y en consecuencia, también a Niko — ¡Ah.... Lo siento, no era enserio...! — se tiró al suelo. Luego se levantó, sacó helado de menta del refrigerador, y caminó hacia su habitación — Solo 45 horas más... Solo 45 horas más...
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Mi endemoniada vida
HumorLa vida de Kary no podría ser peor. Luego de un hecho totalmente increíble y prácticamente ridículo, acaba viviendo con a un demonio llamado Niko, que tiene una obsesión por el helado de menta y las películas. Kary intentará no enloquecer viviendo c...