1.

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Sus manos temblaban notoriamente,
su pie marcaba un ritmo con ferbor en el piso, su corazón latía fuertemente y la ansiedad se apoderaba de su cuerpo con ahinco.

Claro, él no era el unico joven nervioso. Todos los presentes lo estaban excepto por aquel chico. Baja estatura, cabello rosa y un rostro angelical.

Se veia confiado, como si hubiera hecho lo mismo varias veces, a diferencia de SeokJin cuya confianza en sí mismo lo observaba de brazos cruzados desde el otro lado de la habitación.

SeokJin, el tipo de chico que prefería quedarse en casa a salir, que se levantaba todos los días esperando que algo interesante le sucediera, y que simplemente buscaba cumplir sus sueños.

-Por favor, guarden silencio y tomen asiento, las audiciones para Fide entertainment están por empezar- Habló un hombre, parte del personal de aquella empresa.

Entre el público habían un
alrededor de cien personas.

Usualmente las audiciones no involucraban un público, sin embargo, aquella empresa era nueva y la publicidad no le hacía daño.

El pelinegro observó y en uno de los asientos de la tercera fila vio a su madre, estaba ahi, apoyandolo.
Pero no era a ella a quien buscaba con la Mirada.

-¿Esperas a alguien?- Preguntó el pelirosa a sus espaldas- tu novia, imagino- Seokjin rió suavemente volteando en su dirección.

No se conocían sin embargo, no había dejado de observarlo en toda la noche, su seguridad era intimidante, aún cuando parecía un joven dulce.

-Quisiera- respondió con algo de timidez.

-Soy Jimin, un gusto- se presento el pelirosa con una sonrisa.

-Seokjin, Kim Seokjin.

Jimin sonrió de manera cálida.
Notaba su nerviosismo de lejos, probablemente era de sus primeras audiciones.

-Seokjinnie, ¿los ves?- señaló a los jueces- ellos huelen el miedo, relajate.

-Gracias- devolvió la sonrisa.

-No hay de que.

Él esperaba a su padre, después de todo había prometió llegar, sin embargo él no estaba ahí y el evento ya habia comenzado.

Aún cuando las palabras del joven lo calmaron, algo se removió en su estomago, como un presentimiento o una sensación,
tenia una necesidad extraña de salir de ahí en ese momento, como si el aire le estuviera faltando y las paredes se estrecharan de a poco.

Tomó su cuaderno de color rosa en donde se encontraban sus canciones y salió de los camerinos, dirigiéndose hacia el pasillo de la entrada principal donde estaba
casi vacio y solo era alumbrado por un par de lamparas de tenue luz amarilla que yacian en la pared.

Llevaba la cabeza gacha, le daba vergüenza que vieran sus ojos llenos de lágrimas, no eataba acostumbrado a presentarse frente a tantas personas y era normal que sus nervios lo controlaran.

De pronto, sintió un golpe en su cabeza y cuerpo en general, cayó al piso, había chocado con algo, o alguien.

-¡¿Que te pasa?!- fue lo siguiente que escuchó.

La voz masculina era fuerte y amenazante.

¿Quien se creía para hablarle así?

Quiso levantar la mirada y encarar a aquel joven, sin embargo la vergüenza no le permitió levantar siquiera la mirada.

Por otro lado, el otro joven, fastidiado respiró profundo para levantarse.
Y antes de que pudiera ponerse de pie, sus ojos se abrieron como platos y su corazón se detuvo un segundo.

Scent of a hoodie (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora