Girls

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Me despedí de Javi en la parada de autobús. Era bastante tarde teniendo en cuenta que llevaba todo el día fuera de la residencia. O eso parecía porque mis problemas de la residencia sí se habían venido conmigo.

Cuando llegué, Julieta y Maya estaban en la puerta de mi habitación. Como para escaparme de la sesión de terapia grupal, las chicas eran demasiado listas.

Les sonreí y saqué mi llave de repuesto de mi mochila. Eso me recordaba que tendría que bajar a ver si había llegado un paquete para mí. Les cedí el paso y ambas entraron analizando todo, era la primera vez que nos reuníamos en mi habitación. Julieta se sentó en la cama y dio varios botes y Maya solo se quedó de pie leyendo el título de mis manuales de clase.

- Poneos cómodas, mi casa es vuestra casa.

En menos de un minuto estábamos los tres en la cama. Maya y yo sentados con las espaldas pegadas a la pared y Julieta en mi regazo, mientras yo le acariciaba su sedoso pelo.

- Bueno, Fla. Como siempre, empieza el más pequeño.- me indicó Maya y me miró entre inquisitiva y preocupada.

- Estoy intentando cerrar unos asuntos que yo... No quería ni siquiera que se abrieran. Bueno, uno sí. El otro ha sido por culpa del alcohol. Por favor, sí me veis bebiendo alcohol, paradme.

Ambas se quedaron calladas, pero cruzaron una mirada. Una mirada cómplice. Se hablaban con solo mirarse.

- ¿Y alguno de ellos tiene que ver con Sammy, no?- me preguntó Maya.

- Tú que la conoces mejor...- empecé a decir pero me vi interrumpido un instante.

- Desde que nos conocimos sentí que nos conocíamos de antes. Quizás en otra vida ya nos hubiéramos cruzado, quién sabe.

- Pues más a mí favor. ¿Por qué es...- muchos adjetivos se me arremolinaron queriendo salir a la vez-... así?

- Define "así".- me pidió Julieta.

- Tan... Intensa.

- Ella es así. Se ha autodiagnosticado trastorno de la persona histriónica.- me comentó Maya.

- Bueno, también se excusa un poco en eso para llevar al límite las cosas. A veces.- aclaró Julieta.

- Perdonad mi incultura pero... ¿Histriónica?

Julieta lo buscó en su móvil y me leyó:

- Dícese de una persona cuando su comportamiento presenta patrones de teatralidad, dramatización y, en definitiva, de acciones y actitudes que buscan llamar la atención de los demás.

Conforme Julieta iba leyéndome la definición, yo iba viendo esos patrones en el comportamiento de Sammy.

- También te digo, que ella parece estar orgullosa de tener un trastorno de la personalidad.- añadió cuando acabó.

Me lo creía. Cualquier cosa que me dijera Julieta, yo me lo creía. Me parecía muy sabia, y me parecía que sabía leer a las personas muy bien.

- ¿Es solo eso? ¿Qué es muy intensa contigo? Porque con Gero no duró por esa misma razón.- me comentó Maya.

A veces me parecía tan... Irreal que ellos dos hubieran tenido su historia...

Pero realmente me escudaba en preguntar cosas por no contestar a lo que realmente me habían preguntado, así que me dispuse a contar, no sin antes recolocarme la camiseta:

- Pues con Sammy lo que ha pasado es que... Estaba borracho en fin de año y no sé cómo empezó la cosa pero acabamos enviándonos nudes.

Ambas se sorprendieron, cogiendo mucho aire, a la vez. Sí, es algo que yo tampoco esperaría de mí mismo, pero por lo visto, estando borracho soy otra persona diferente.

- ¿Y qué pasó?

- Cuando me desperté y vi la última foto con un mensaje... Subidito de tono... Me asusté y no le contesté más. Pero antes he huido de su habitación. Ella parecía tener intención de hablar algo, pero no soy capaz de gestionar esto... No hasta que solucione lo otro.

Ambas me miraron esperando a que desarrollara "lo otro". Cogí aire, me armé de valor y, por fin me parecía estar seguro de poder hablar esto con más personas que conmigo mismo. Y eso estaba bien porque estaba a punto de volverme loco.

- Creo... Bueno, no. He confirmado... Desde que estamos aquí, unas sospechas que tenía desde hace tiempo sobre mí... Orientación sexual.

Miré a las dos, pero no había alteración en sus rostros, las dos seguían serenas, esperando a que acabase lo que tenía que contar.

- Y, ¿cómo lo has confirmado, Flavio? Os preguntaréis. Pues, porque me ha empezado a gustar, muy fuerte, y desde el primer momento en el que le vi, un compañero de la residencia.

Maya me miró con una sonrisa pícara y me dijo:

- De Gero, ¿me equivoco?

Maya era tan inteligente... Bajo ese aire de chica zen, también era muy sabia.

Yo agaché la cabeza y asentí casi sin ganas. De pronto, tenía la mano de Julieta en mi cara, mirándome desde abajo, pues su cabeza estaba en mi regazo.

- ¿Y qué hay de malo con Gero?

- Pues...

Estaba por confesarles que escuché la conversación entre Maya y Gero, pero eso me haría quedar como una mala persona. Me lo pensé mejor y decidí saltarme esa parte.

- Lo malo es que, visto lo visto, nuestras orientaciones sexuales no son compatibles... Y qué está saliendo con Ana. Todos vimos cómo se le declaró con esa americanada.

- Me sorprende que lo menciones, ya que saliste corriendo de allí.- apuntó Maya, iba un poco a donde dolía, pero quizás si escocía ahora un poco, dejaría de doler antes.

- No podía ver cómo se besaban. No, no después del encuentro que tuvimos los dos en mi habitación.

Ambas volvieron a sorprenderse. Vale, había sonado como algo muy fuerte cuando solo se trataba de algo insignificante.

- No es para tanto, pero para mí... Fue algo. Llegó, entró, me arrinconó contra la pared y me pidió explicaciones de unos mensajes que le había mandado. Yo solo conocía la existencia del último, dónde le daba los buenos días con un apelativo cariñoso. Pero por lo visto, existían más, los cuales, mi yo borracho decidió borrar pero solo para mí. He tenido que recurrir a Sully y ahora le debo...

- Fla...- me interrumpió Julieta.- No es buena idea deberle nada a Sully. Es un poco...

- Perverso.- finalizó Maya.

- Pero necesitaba recuperar esos mensajes ya que Gerardo no me los quiso enseñar. Y después...

- Después vino a hablar conmigo.

Yo miré a Maya. Intentando hacer una actuación convincente de no saber que había estado escuchando su conversación, o parte de ella.

- Vino a hablar conmigo. Por lo visto soy una buena confidente. Y vino a preguntarme, si debía lanzarse, aunque estaba entre dos personas. Le daba miedo lanzarse y ser rechazado.

Yo ni la miré, estaba aguantando las ganas de llorar y un sollozo que luchaba por escapar de mi garganta.

- Y le dije que se lanzara a la piscina, porque yo... Yo ya me había dado cuenta de eso que nos has contado, Fla. Creía que se refería a ti, y no a Ana. Creía que Ana solo había sido su... Compañía en la cama. Yo también estuve muy sorprendida. Al principio pensé que te cantaba a ti, cómo estáis juntos en la banda, pensé que era un canción vuestra... Pero luego se acercó a Ana... Y luego te vi salir corriendo.

¿Maya lo sabía?

- ¿Lo sabías? ¿Tan obvio soy?

- Lo sabía, pero porque soy muy observadora. Se os veía súper bien juntos... Y me dije, harían una bonita pareja. Pero... Gero tenía a otra persona en la cabeza y lo he lanzado yo. Lo siento mucho, Fla.

- No tienes que disculparte por absolutamente nada.- le contesté inmediatamente.- Esto solo es culpa de alguien y es mía.- unas lágrimas se me escaparon.

Julieta tardó nada es abrazarme. Y Maya se unió en seguida.

Las había echado de menos. A mis chicas.

Paralelas | FlaviardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora