Halloween

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Sammy me estaba quemando el teléfono a mensajes. Me exigía inmediatamente que bajara a verla a su habitación. Y yo me negaba a salir de mi refugio. De pronto, llamaron a mi puerta, sobresaltándome.

Abrí con miedo. Estaba abriendo cuando empujaron mi puerta y a mí persona hacia el interior de la habitación. Solo me dio tiempo a distinguir una cabellera rubia.

La puerta se cerró y entre unas enormes bolsas distinguí la cabecita de Sammy.

- Si Mahoma no va a montaña, la montaña irá a Mahoma.- dijo y dejó caer las bolsas por el suelo.

- ¿Qué es la montaña, exactamente?

- ¿No has leído mis mensajes, Flavio? Hemos sorteado antes las parejas para el plan y te ha tocado conmigo.

- ¿Y Maya?

- El chico del comedor va a ir con ella. Pero céntrate. Tenemos que elegir unos disfraces.

- Pues cualquiera que pase desapercibido.- contesté.

Ella, que estaba rebuscando entre las bolsas, levantó la cabeza automáticamente y me miró con el ceño fruncido.

- No, no. Vamos en condiciones, hay una fiesta y yo voy a destacar.

Sacó dos sprays de bote de la bolsa y los colocó delante mía en el suelo.

No te estoy creyendo. Pero resistirse a Sammy era imposible. La había ignorado y ahora estaba en suelo sacándome todas sus cosas de disfraces.

Dos horas más tarde estábamos entrando en la sala. Ella cogida de mi brazo como si fuésemos una pareja. La sensación era extraña pero agradable. La sala estaba llena de personas con disfraces, algunas fácilmente reconocibles, otros disfraces muy buenos. Estaba ambientada con telaraña falsa y unas luces de colores tenues. Sonaba música de una playlist de Spotify, que no iba nada con la temática, pero realmente en España nadie se toma en serio Halloween, es sólo una excusa más para disfrazarse para salir y hacer el idiota.

Sammy me dirigió hasta donde se encontraba un vampiro. Me costó reconocer a Sully, que se había echado pintura negra en spray en el pelo y todo para el disfraz. Estaba muy conseguido. A pesar de tener sus ojos azules, llevaba unas lentillas de color rojo, los colmillos pegados y una capa que parecía pesada.

- Estás súper bien, Sully.- le dijo Sam y le besó la mejilla.

- Me gusta disfrazarme, en mi ciudad el carnaval es muy importante y yo me tomo los disfraces muy en serio.- nos explicó.

Tras él, estaba otro vampiro, con un aire menos clásico, sino más moderno, tipo The Vampires Diary. Tenía una mezcla de los dos hermanos Salvatore. Me costó darme cuenta de que ese otro vampiro no era otro que mi amigo Javi.

- ¿Javi?- le pregunté, temiendo haberme equivocado.

El chico, que estaba de perfil se giró hacia a mí y me sonrió enseñando los colmillos.

- Flavio, tío. Llevo una hora esperándote.- me contesta.

Hice que Sammy me soltase del brazo para ir a saludar a mi amigo con un abrazo.

- Así que, el Joker.- me dice y se sonríe.- Y tienes hasta una Harley Quinn.- me dice refiriéndose a Sammy.

- Esta está incluso más loca que la original.

Sammy tiró de mi brazo y me arrastró a por bebidas, que estaban en la mesita baja junto a los sofás.

- Estate atento a las señales de Hugo y Fali, ¿de acuerdo, Flavio?- me dice Sammy mientras se sirve una copa en un vaso de tubo.- ¿Tú qué quieres?

No estaba muy seguro de qué era lo que me gustaba, así que no quería quedar mal de ella.

- Nada, necesito concentrarme en las señales, si bebo va a estarás difícil.

Ella asintió antes de dar un largo buche, dejando el vaso casi a la mitad. De pronto unas manos de golpe se posaron en mis hombros, asustándome.

- Joder, Flavio. Eres muy asustadizo para ser Halloween. Eres carne de sustos.- me dijo Hugo mientras me daba unos golpecitos en la espalda.

Vi a Sammy aguantarse la risa. Cuando me giré vi el percal. Fali y él también habían optado por un disfraz en pareja. Fali iba vestido de pirata, con un garfio y una peluca de melena, me recordaba a el Capitán Garfio. Hugo, en cambio, se había colocado un vestido de campanilla verde, de tubo, muy pegado encima de una camisa y unos pantalones de vestir. Intenté no reírme, pero fue inevitable que una sonrisa se reflejara en mi rostro.

- He conseguido sacarle la sonrisa a Flavio.- se dirigía a Fali.- Me debes una copa en la discoteca la próxima vez que salgamos.

- Espera, ¿habíais apostado quién le sacaría una sonrisa a Flavio?- preguntó Sammy.

- Es que no expresa ningún sentimiento con la cara. Muchas veces no sé si quiera si está pendiente de lo que hablamos.

De pronto, así, sin previo aviso, Hugo acaba de tocar un tema que me dolía muchísimo. Eso de no expresar mis sentimientos, no exteriorizarlos. Pero no quise saber que me afectó.

- Voy a estar con Javi, que parece un poco aislado.- le susurré a Sammy.

Antes de irme de cerca de ellos escuché a Hugo preguntar:

- ¿Creéis que se habrá molestado?

- Pues claro que sí, tonto. Haberte esperado.- le dijo Fali.

Javi observaba toda la fiesta silenciosamente. Su vaso seguía igual de lleno que cuando me había pasado a saludarle.

- He vuelto. He conseguido escapar de las zarpas de mi bando.- le avisé.

Javi me sonrió mientras que miraba a alguien. O a algunas personas. El bando de las artes había optado, sorprendentemente para mí, por un disfraz grupal de Marvel, concretamente, de los Vengadores.

Les analicé lentamente con la boca abierta mientras entraron. No fui el único, muchas o casi todas las conversaciones pararon, ya que hicieron una entrada acompañada de música y un numerito. Si pudiera expresarme en un tweet: Artes>>>>Ciencias. Nos iban ganando por goleada, no quería ni saber el cabreo que tenía Sammy. No quería ni mirarla. Tampoco es que pudiera apartar la mirada de Gero, el Capitán América. Intentaba parpadear pero no podía. De pronto, Javi me dió un codazo en el costado, sacándome del embelesamiento al que me tenía sometido Gero sin saberlo.

- ¿Esos son los de Arte?- me pregunto y yo solo pude asentir.

De repente, Sammy estaba cogida en mi brazo y tiraba de mí. Miré a Javi desesperado, necesitaba que me salvase, no quería continuar con esto.

- ¿Dónde diablos está Maya?- me preguntó nerviosa.

- Ni idea, venía con el chico de la cafetería, Bruno.

De pronto un murmullo generalizado nos hizo mirar hacia la puerta y es que Maya y Bruno venían con un disfraz muy currado de zombies, parecían sacados de mismísimo elenco de The Walking Dead. Vinieron andando con lentitud haciéndose pasar por zombies hasta que llegaron a nuestra posición.

- Sammy, tú sabes que yo pienso que nos conocemos de toda la vida.- le dijo Maya, sin darle tiempo siquiera a asimilar nada.- Pues también pienso que debo ser sincera y que debemos acabar con esto. No somos críos y se nos ha ido de las manos. No quiero seguir con esto.

Dicho esto, se giró y se fue hasta donde se encontraba Julieta. Ambas empezaron a charlar animadamente, como las amigas que eran. Y poco a poco, sin darnos cuenta, ambos bandos las rodeamos.

- ¿Pero que haces, Maya?- preguntó Hugo con su marcado acento cordobés abriendo mucho las "e".

- He decidido acabar con esta pelea de niños chicos, somos adultos.

Y así de sencillo y fácil, fue cómo acabó Maya con el problema de los bandos.

Paralelas | FlaviardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora