|F|r|a|g|m|e|n|t|e|d| Weasley Stories. (Bill Weasley)

|Sacrificium|

-Jossette!? – le gritaba mientras escuchaba como la bibliotecaria le llamaba la atención.

Mae estaba siendo su cable a tierra en esos momentos tan difíciles para ella, temía que el tiempo pasara peligrosamente y volver a casa era un riesgo inminente.

A nadie le estaba siendo indiferente el hecho de que Bill y ella ya no hablaran, se notaba a leguas que la amistad de ambos, esa amistad tan inquebrantable como su promesa de niños estaba siendo fuertemente sacudida por los problemas de adolescentes.

No podía mantener su cabeza en orden, porque no había nada en ella, Mae, luego de esa noche, intentó llevarla a la biblioteca para que por lo menos llenara su cabeza de estudios, le preocupaba el hecho de que ninguno se hablara, o que las miradas de ambos fueran tan tajantemente concluyentes.

La chica con el pelo corto y ojos grandes miraba a Jossette como perdida en el libro se notaba que no estaba leyendo, solo mantenía la mirada perdida en las letras ínfimas, ilegibles, por lo mismo ya no le importaba ser regañada otra vez por la señora Pince.

La necesitaba despierta, los peligros en Hogwarts estaban siendo preocupante para todos, las bóvedas malditas y una supuesta niña estaba en busca de ellas eran tema de pasillos constantemente, pero no para Jossette, que mantenía su silencio como un pacto.

Mientras Bill seguía compartiendo con los demás, seguía con el semblante cabizbajo, si bien podía ocultarlo bien hacia los demás, pero aun se podía ver como sus ojos se entristecían y se llenaban de ira al ver a la chica de cabellos negros.

Mae en si quinto intento del día de sacar de ese trance a Jossette, la llevaba al patio a tomar un poco de aire, encontrándose a Charlie conversando con sus compañeros de generación, animado compartía el buen día que tenían, con un sol débil y un poco de calor alumbrando sus diversas pecas, al momento de que los intensos ojos de Juliet encontraban los ojos color azul de Charlie

Ambos se sorprendieron al verse, desde el momento que Bill le había profesado su negatividad al no reconocerla en su familia, algo entre ellos, los hermanos mayores de la familia Weasley, se había roto de sobremanera.

Sin pensarlo mucho, sus pasos se volvieron sordos de las palabras que Mae le decía, acercándose a su hermano rápidamente, sin vacilar en las pisadas fuertes que daba en la piedra que les servía como suelo.

-Como estás? No te había visto - Jossette le hablaba con cariño a su hermanito.

Charlie como siempre, sonreía ampliamente al verla.

-Últimamente no ves mucho – soltaba una carcajada que era apagada con sus pensamientos.

-Que sucede? – le preguntaba preocupada.

El chico miraba hacia todos los lados viendo que nadie los estuviera observando, cauteloso de acercó a ella diciéndole algo al oído.

-Tengo que decirte un secreto – Jossette movía la cabeza asintiendo, dejando decirlo – Bill me prohibió volver a hablarte, perdón.

Charlie rápidamente, quitándole la mirada de su rostro que se quebraba al escucharlo, se despedía con una mirada triste y volvía a hablar con sus compañeros, tratando de volver a la normalidad su semblante.

Mae se acercaba a ella preocupada de la corta conversación que habían tenido ambos, le asombraba que Charlie se comportara así con ella cuando siempre fue muy cariñoso, y más de una vez les decía a todos que Jossette era su hermana favorita, obviamente advirtiendo que nadie le digiera a Bill entre risas.

-Que pasó? – Mae ponía su mano sobre el hombro de la chica.

Jossette había pasado de estar totalmente neutra y depresiva, a estar triste, todo lo que tenía lo estaba perdiendo y le dolía que fuese todo así, bajaba la mirada derrotada, llena de tristeza y cuestionamientos, tomaba una bocanada de aire que estaba impregnada en rabia.

Paso unos momentos donde, pensando bien las acciones que tomaría, levantaba el rostro con el ceño fruncido, apretando los puños con furia, se daba vuelta dejando a su amiga confundida en medio del patio.

Daba pasos largos, le quedaba mucho camino por delante, pero sabía rápidamente donde lo encontraría y aunque tuviera que recorrer la escuela mágica entera, no dejaría que la rabia bajara de su cien.

Luego de unos pasos rápidos, el cansancio se apoderó de ella, pero seguía su parada intacta, llegando a ese lugar prohibido para ella, decía la clave perfecta, se la sabía de memoria luego de engañar a un perfecto.

Se abría la puerta de par en par y la chica entraba fulminando con su mirada a la persona que estaba lavándose las manos tranquilamente.

Bill dándole la espalda, al levantar la mirada la vio por el espejo del baño como estaba parada atrás de él.

-No puedes estar aquí – le decía serio sin darse vuelta mientras sacudía sus manos.

-No puedes decirle a Charlie que no puede volver a hablarme, aunque tú digas que no soy parte de tu familia no significa que no pueda hablarle a mi hermano – le hablaba de corrido sin equivocarse en ninguna palabra.

Bill se daba vuelta enojado viéndola de cerca, aunque su nerviosismo al sentirla tan cerca de su rostro lo intimido un poco, seguía con la misma ira.

-Eres un peligro para Charlie, no dejaré que le metas ideas locas a la cabeza.

-Yo no fui la que lo obligo a ir al pasillo! – le gritaba.

-Pero dejaste que te acompañara, no crees que ya le has hecho mucho daño a mi familia como para que lleves a la muerte a un miembro.

-Acaso el juramento inquebrantable fue algo malo para tí? – esta vez le preguntaba con más misericordia en sus ojos que querían llorar.

-No menciones eso – le quitaba la mirada llena de culpa.

-Mírame – le tomo el rostro – no sé qué clase de persona crees que soy, y me extraña que lo pongas en duda cuando eres la persona que más me conoce en este mundo – suspiraba al perderse en sus ojos – pero daría mi vida por cualquiera de ustedes, esa noche estaba dispuesta a morir por Charlie.

Bill, sin decir nada apretó los labios tiritando un poco de la impresión mientras que Jossette soltaba su rostro totalmente descolocada, encendiendo su ira nuevamente.

-William – se daba vuelta para poder verlo antes de salir del baño – si dices que pongo en peligro a tu familia, recuerda – daba un largo suspiro antes de terminar su frase – que ambos somos igual de malos.

Jossette salía del baño recobrando el aliento que había perdido en aquel encuentro, cerraba los ojos con levemente para llenar sus pulmones de aire y pronto, una estudiante hufflepuff se acercaba a ella tomándole el hombro viéndole el rostro.

-Estás bien Morrié? – le preguntaba preocupada.

-Sí – le decía mientras recobraba su postura.

-Jossette, te estaba buscando – le regalaba una sonrisa – el profesor Dumbledore te busca.