|F|r|a|g|m|e|n|t|e|d| Weasley Stories. (Bill Weasley)

|Ecce| |emendatio|

Y contemplando las estrellas, una noche totalmente despejada, sentía el aire chocar con su rostro, aquellos ojos claros que podían ser un mar profundo de desesperación para él, en sus pupilas que se dilataban con el paso de los minutos, se podía visualizar lo mucho que estaba quebrado, roto y muerto por dentro, cada vez que respiraba, podía sentir el suave perfume a vainilla de la chica, y dentro de él se formaba ese vacío que lo hacia tiritar del nervio incesante.

Llevaba varios meses sin hablarle y se cuestionaba constantemente si la decisión que había tomado era la correcta para él y su familia, podría desatar una ruptura para todos y la posibilidad de verla de cerca volver a reír comenzaba a acercarse, era inminente el hecho que las vacaciones serían difíciles y por quinta vez en la noche dejaba de leer y estudiar para los T.I.M.O. queriendo levantarse y correr a su habitación para arreglar todo, pero era más terco que sensible.

El tiempo corría velozmente, fugaz caían en su cien, le dolía mientras entraba a la clase de Sprout, otro T.I.M.O. más y explotaría, moría de pena de saber que tendría que alejarse de todo lo que sentía suyo, pero no tan suyo ya que desde que Bill la había negado como su familia, algo dentro de ella se había alejado de Hogwarts y de los Weasley's, unas respuestas rápidas y olvidando todo lo que había estado estudiando, por el rabillo de su ojos podía espiar como se iluminaba la habitación y volvía a apagarse, todo estaba siendo muy confuso, tanto que habían noches de insomnio que pensaba salir de Hogwarts y no volver jamás.

La única familia que había conocido en su vida, la estaba dejando y siempre le había parecido un poco tonto el hecho de la dependencia emocional de las personas, hasta que se veía en la situación que no podía vivir sin su familia, era bastante anticlimático tanto para ella, como para los demás que tenían que presenciar como ambos se habían dejado así, sin nada más.

Sucumbir ante los horrores del abandono, la tenía despistada, ida y así, sin darse cuenta, había respondido y hecho todos sus T.I.M.O., era tiempo de empacar, era tiempo de irse.

-Ya te dije, tengo que ir a Francia – soltaba una sonrisita débil – pero no quiero que andes diciendo donde me fui, tienes que prometérmelo.

-Jo, no todo en esta vida tiene que ser mediante promesas – reía mientras ponía sus manos en su cintura – como crees que te fue en los T.I.M.O.?

-Ay!, ni siquiera quiero contestarte, porque vendrás con que "tenemos que estudiar para los EXTASIS"- le decía imitando una vocecita graciosa.

-Entonces – se sentaba en su cama para verla mejor – te preguntaré otra cosa, que pasara con príncipe azul en la madriguera.

-"Príncipe azul" – hacia comillas con sus dedos – no me a hablado en 5 meses, aparte, no sé si iré a Ottery St. Catchpole – hacia una mueca extraña con su boca.

-Estás diciendo que pasarás todo el verano en Francia? – se estiraba hacia atrás – que aburrido.

-Aunque sea aburrido, no quiero que mamá me obligue a hablar con William cuando él no quiere hacerlo – le contestaba mientras cerraba la maleta – sería incomodo para todos y no deseo ser más una carga para los Weasley.

-No porque un Weasley te levantó bandera de guerra significa que todos los demás Weasley no te quieran Jossette – le decía cansada de la situación.

-Lamentablemente, si William le cuenta lo que hice con Charlie, creo que sí estarán muy enojados.

-Este año ha sido muy extraño, prométeme que volverás a Hogwarts! – le estiraba el dedo índice molesta.

Y por fin en días, Jossette sacaba una sonrisa sincera, esa preocupación que no había visto hace un rato, la hacía sentir nuevamente, querida.

Jossette sin decirla nada más, la abrazaba y se lo prometía sin decirle nada, desde su corazón, sabía que tendría que volver alguna vez.

Salía en silencio y mirando para ambos lados procurando que nadie la viera salir de la habitación, corría rápidamente hasta la oficina del director, que la estaría esperando para ir en su largo viaje, que se sentiría de dos segundos solamente, aunque no quedaba lejos, su corazón palpito rápido al darse cuenta de que podrían verla, quería mantener todo lo de "leer mentes" en secreto, ya tenía una reputación bastante mala, como para que fuera una adición a sus habilidades peligrosas.

Subía la escalera que se deslizaba hacia arriba, rápidamente se daba cuenta que Dumbledore la estaba esperando junto a la chimenea que ardía con fiereza, la llamaba para que se acercase a su lado sin quitar la vista del fuego.

-Alguna vez has viajado con los polvos flu? – el director le preguntaba curioso.

-Sí – miraba al suelo evitando dar explicaciones.

-Volverás a hacerlo – esta vez la miró - saluda a Madame Olympe de mi parte Jossette, que tengas un buen viaje y recuerda, Hogwarts siempre será tu hogar.

Al terminar esa frase, tiraba los polvos flu a la chimenea, donde rápidamente Jossette entraba cerrando los ojos, al sentir el frio, supo que ya era momento, el momento que la alejaba de todo, donde le daría las respuestas que necesitaba.