|Semsum|

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Jossette levantó las cejas mirándolo y sonriéndole, el silencio se apoderó iluminando la habitación más que la chimenea encendida.

Bill carraspeo su garganta nerviosa, rascándose una picazón falsa en la cabeza.

-Tengo que decirles a que huele? – entrecerró los ojos.

Charlie que lo miraba juguetón sacó una risa expectante.

-Osea que si huele a algo!? – le preguntó impaciente su hermano.

-Claro, pero no es nada...

-Como nada!? – Mae saltó de la intranquilidad.

Todos la quedaron mirando impactados, su cara había cambiado y sus ojos estaban tan abiertos que espantaban.

-Cálmate Mae – le decía Jossette tirándose hacia atrás y volteando su cabeza – vamos William, dinos a que huele tu Amortentia.

Bill sabía que era lo que estaba tramando Jossette, cuando estaban entrenando, él la puso nerviosa y era hora de pagar sus pecados, y en su estomago estaba naciendo la cúspide de las consecuencias.

-A nada particular, puede oler distinto siempre... - Charlie lo miró arqueando una ceja – puede oler a veces a madera de nogal, a cabello recién lavado – Mae lo miró sospechosa de su respuesta.

-Eso no es verdad Bill! -Jossette le reclamó – estás diciendo cosas al azar.

-Si tú puedes hacerlo... - llevó sus ojos al cielo.

-Pero yo dije que era mentira, ¡tú solo estás inventando sobre la marcha!

Charlie se levantó riendo por la pelea tonta.

-Me voy a dormir, porque si espero que Bill nos diga a que huele su Amortentia, moriré sentado allí.

-Yo también me voy – Mae les decía un tanto molesta – que pérdida de tiempo...

Ambos caminaron hasta detrás del sofá, pero Mae se detuvo al ver que Jossette ni Bill se levantaban con ellos, dio un vistazo a la hora, que ya casi levitaba sobre el limite de estar fuera de la cama.

-Jo – llamó la atención de su amiga que se dio vuelta para verla, pero levemente – vamos?

La chica que aún seguía sentada en el sofá levantó la taza de té que tenía en sus manos dándole a entender que iría cuando terminara de tomárselo, Mae dándole una mirada asertiva dándole a entender que le preguntaría sobre esa conversación cuando ella volviera a la cama.

Cuando se encontraron solos en la sala común, Jo tomó de su taza de té sonriendo y mirando el fuego mientras que Bill pasaba su mano arreglando su cabello.

-Te odio – le decía divertido – porque tenías que ponerme en esas?

-Te la devolví Will – le respondió la chica también sonriéndole – no juegues conmigo...

-Por que o sino me quemaré? – le preguntó haciendo referencia al antiguo refrán – no somos unos niños Jossette, no te comportes como una – cambió su semblante.

-Yo soy la que se comporta como una niña? – le preguntaba ofendida – no me faltes el respeto Will, yo no soy la que miente.

Todo el ambiente gracioso se había apagado, como el fuego que había en la chimenea que cada vez bajaba aún más a medida que pasaba el tiempo.

-Perdón, pero me puse nervioso, creí que realmente me iban a descubrir.

-No soy tonta William, no me trates como una.

Ambos se quedaron mirando la chimenea que en sus últimos respiros aun podía irradiar un poco de calor, como el que podían sentir dentro.

-A cabello recién lavado – le tomó la mano que estaba puesta sobre el sofá – siempre traes el cabello limpio, como si lo lavaras todos los días – Jossette lo miró sorprendida – a madera de nogal, que es la madera de tu varita, como la mía y – levantó la mano de la chica para besarla suavemente – a ese olor de perfume costoso de Francia, jamás he sabido como se llama.

|F|r|a|g|m|e|n|t|e|d| Weasley Stories.           (Bill Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora