Kiara se dio la vuelta asustada y se apoyó contra la puerta mientras Gideon se acercaba poco a poco. Elías seguía de rodillas en el salón con una mano en el estómago observando lo que pasaba.
–He preguntado que qué está...
–¡Sois una familia de psicópatas!– Gritó Kiara interrumpiendo a Gideon.– ¿¡Con qué derecho secuestra a chicas para regalárselas a tu hijo!?
–¿Y tú que derecho tienes para hablar de lo que no sabes?
–¿Acaso no es la verdad?– Kiara se encaró a Gideon.
–Cierra la boca antes de que...
–No.– Dijo Elías interponiéndose entre su padre y ella.– Papá, deja que yo me encargue.
–¿Has sido tú quien la ha dejado salir?
–Si, pero lo tengo todo controlado.
–¿Esto es tenerlo controlado?– Dijo levantándome un poco la camiseta y viendo la herida que le había hecho el atizador. Kiara no se había dado cuenta de lo fuerte que le había dado hasta entonces.
–Solo necesito un poco más de tiempo.– Elías se bajó la camiseta.
–¿Tiempo? ¿Dónde está el collar?
–¿Qué collar?
–Quiero que esta vez sea diferente.
–Pues empiezas bien.
–¿Qué collar?– Repitió Kiara más alto.
–Anda, vete a que Nani te cure la herida. Yo me encargo de ella.– Dijo Gideon cogiendo a Kiara del brazo.
Elías se quedó observando como su padre se llevaba a Kiara medio a rastras. Ella levantó la mirada para ver qué Elías tampoco estaba de acuerdo con lo que estaba pasando, pero no podía hacerle frente a su padre. Gideon llevó de nuevo a Kiara hasta su cuarto y la empujó dentro.
–Más te vale que esto no se vuelva a repetir.– Le advirtió.
–Sois unos putos locos.– Kiara intentó alejarse, pero Gideon la agarró con fuerza de la mandíbula y le levantó la cabeza.
–Vuelve a hablar así de mi hijo y te juro que haré que te arrepientas.– Dijo con un tono mucho más lúgubre que hizo que a Kiara le temblaran las piernas.
Cuando Kiara empezó a sentir que necesitaba un poco más de aire, Gideon la soltó de golpe y ella se cayó de espaldas. Gideon la miró como si ella fuera inferior a él y después se marchó, volviéndo a encerrar. Kiara no había tenido mucho contacto con Gideon hasta ese momento, pero en aquellos minutos le había demostrado que no era como Elías.
Gideon imponía mucho más, era más fuerte, más alto y daba mucho más miedo.
Kiara no tuvo noticias de ninguno de los dos durante el resto del día. Su intento de fuga había resultado ser un desastre. No sabía que más hacer. Intentó no pensar mucho en lo que había hecho, pero la cara de horror de Elías tardaría en desparecer de su memoria.
–¿Cómo está Elías?– Le preguntó Kiara a Nani cuando le llevó la cena.
–¿Ahora te interesas por él?– Dijo sin mirarla.
–Tienes que entenderme.– Dijo Kiara poniéndose frente a ella y cogiéndola de los hombros.– Esto no está bien. Tengo que salir de aquí.
–No puedes. Si Gideon Foster te trae aquí...– Hizo una pausa.– Ya no puedes marcharte.
–Tiene que haber alguna...
–No, cariño.– La interrumpió.– Asume que no la hay.– Kiara se quedó callada.– Lo siento.
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Yours
FanfictionDespertarse en una habitación que no conoces, sin apenas recuerdos de la noche anterior, y con ropa que no es la tuya, asusta. Pero que, a través de un cristal, un chico te diga que eres su último regalo y que ahora eres de su propiedad, asusta aún...