Capítulo 53

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–Lo he hecho fatal.– Se quejó Elías cuando la sesión terminó y pudieron salir de aquella sala que tanto dolor de cabeza le estaba provocando.

Su madre y Kiara le siguieron intentando calmarle, pero parecía estar casi más nervioso que antes de entrar.

–No ha sido tan horrible.– Le dijo Kiara.– Él juicio no se decide solo hoy.

–¿Has visto las caras del jurado?– Elías se giró para mirarla.– Le daban la razón a Gideon.

–Cielo, no te preocupes.– Le dijo su madre acercándose a él.– Hay mucha gente que ha declarado en su contra. Estoy segura de que ese hombre irá a la cárcel.

–Pero lo que he dicho hoy...– Hizo una pusa.– No es ni una cuarta parte de todo.

Se hizo un pequeño silencio en el que  nadie sabía cómo animar a Elías hasta que su padre volvió.

–Hay un montón de periodistas ahí fuera que quieren hablar contigo.

–¿Conmigo?– Dijo Elías confuso.– ¿Por qué? ¿Qué quieren?

–Quieren información.– Dijo Kiara cruznadose de brazos.– Asaltan a cualquiera que tenga que ver con este caso.

–Ah, no.– Dijo Elías.– Yo no hablo más. Seguro que si lo hago lo mando todo a la mierda. Aún más.

–No pasa nada.– Le tranquilizó su madre.– Si no quieres hablar, no hables.

–Eso es, ya hablo yo.– Dijo Kiara y todos la miraron algo confusos.– Vengo todos los días y me siento en esa sala esperando el momento en el que ese hijo de puta caiga.– Kiara se cruzó de brazos.– Ya intentaron hablar conmigo y no quise. Pero hablaré por ti. También les interesa mucho la versión de la chica que sobrevivió.– Elías sonrió un poco.

–¿Ahora eres Harry Potter?

–Más o menos.

Y así lo hicieron. Los padres de Elías le sacaron de allí mientras todos los periodistas le gritaban preguntas y le rogaba un segundo para hablar. Fueron unos de los momentos más agobiantes de sus vidas. Pero por suerte, Kiara salió seguidamente y ella sí que se paró a hablar.

No es que ella estuviera acostumbrada a aquella clase de cosas, pero había sido delegada de clase varios años y aquello era pareció a cuando pedía orden en un aula llena de testosterona e implantes de pecho.

Contestó a la mayoría de preguntas que le hicieron aquel día. Y el siguiente y el siguiente. Así los dos meses que duró el juicio. No faltó ni un solo día. Y de ahí iba directa a casa de Elías para contarle como evolucionaba todo.

–Nani te manda recuerdos.– Le dijo aquel día después de informarle, ya que se había encontrado con ella en el juzgado.– Dice que le gustaría pasarse algún día a verte.

–Oh, si. Estaría genial volver a verla. ¿Estaba sola?

–No. La acompañaban su marido y sus dos hijos.– Dijo Kiara con una sonrisa ante la cara de incredulidad de Elías.

–Todo este tiempo... ¿Nani tiene marido e hijos?

–Sí.– Elías no daba crédito.– Sus hijos son un poco más mayores que tú. Pero son muy majos.

–Ya...

–¿Sabes? Están encantados de que su madre haya vuelto a casa después de este tiempo.

–Pero...– Intentó sin éxito articular una frase.– Es que no entiendo nada...  ¿Cómo era posible?

–Pues siendo muy valiente bajo las amenazas de Gideon.– Elías gruñó.

–¿Cuánto más se va a alargar esto?

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