Capítulo 22

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Kiara sabía muy bien el sentimiento que tenía Elías hacia ella. Y no porque lo hubiera vivido, sino porque lo había estudiado y visto en una de sus amigas: Elías estaba enamorado de ella. Y que la quisiera besar en aquel momento se lo confirmaba.

Elías acercó su cabeza poco a poco hacia Kiara mientras ella no podía dejar de mirar como se acercaba. Y no se alejó de él. Pero sabía que no estaba enamorada, o por lo menos no tanto como él. Así que allí estaba, a punto de recibir su primer beso de alguien que le importaba de verdad. Recordó la primera vez que vio a Elías, en como le había odiado por robarle la libertad, en como su mente estaba tan distorsionada por su padre, en como se había jurado que no tendría sentimientos hacia él. 

Y en las jodidas ganas que tenía de besarle en aquel momento.

Así que cerró los ojos y se acercó un poco más a él. Elías hizo lo mismo y levantó una de sus manos para pasarla por el pelo de Kiara, pero justo antes de tocarla, su móvil comenzó a sonar. Kiara abrió los ojos para ver como aquella llamada había hecho retroceder a Elías estropeando el momento.

–Es mi padre.– Dijo al ver la pantalla.

–Pues mejor que contestes, ¿no?

–Sería lo mejor, ¿verdad?– Elías la miró esperando que le dijera que lo mandase todo a la mierda y terminase lo que había empezado. Pero Kiara sabía lo que pasaría si no contestaba esa llamada.

–Pues si. Vamos contesta.

Elías contestó tras suspirar e hizo como si no estuviera apunto de tener la mayor erección de su vida hasta la fecha delante de su padre. Después de un par de cortas respuestas, Elías se levantó y subió al segundo piso dejando a Kiara sola. Ella aprovechó para respirar hondo un par de veces y deshacerse del calor que le había invadido en cuestión de segundos. 

Vio su ordenador a un lado y como había dejado una frase a medio escribir. Un buen tema no serviría de nada si no conseguía terminarlo, así que decidió dejarse de tonterías y seguir trabajando.

Cuando Elías volvió al salón después de enviarle una foto a su padre de los documentos que le había pedido, se encontró a Kiara trabajando bastante concentrada. Ahí se dio cuenta de que había perdido su oportunidad. A veces se preguntaba si su padre no habría instalado cámaras sin que se lo hubiera dicho.

–¿Qué quería tu padre?– Dijo Kiara al sentir que Elías había vuelto.

–Oh, eh, que le enviase unos documentos.

–¿Y lo has hecho?– Le miró.

–Si... me ha dejado bastante claro que eran importantes y que no podía esperar.

–Bien.

Kiara sonrió como si nada hubiera pasado y siguió trabajando. Elías se dió cuneta de que no haría mucho si seguía allí, así que decidió coger uno de sus libros e irse a leer a su paraíso particular. Necesitaba despejarse un rato.

Entrar allí siempre le relajaba y le ayudaba a desconectar del mundo. Pasado un rato en que nadie le molestó, escuchó unas pisadas acercarse y vio a Nani asomarse por la puerta.

–Oh, cielo estás aquí.– Dijo al verle y entró.

–¿Dónde creías que estaba?– Elías dejó el libro y la miró.

–No lo sé. Pensaba que estarías con Kiara, pero ella está sola.

–Ah... Es que tiene que trabajar. No quería distraerla.

–Que bueno eres.– Dijo revolviendole el pelo.

–Nani, ¿tú recuerdas tu primer beso?

–Mi primer beso...– Dijo con un tono nostálgico.– Si. Se lo di al chico que me llevó a mi baile de graduación cuando me llevó a casa. Fue bastante romántico, la verdad.

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