🍃Jardines 40🍃

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YoonGi miraba a su hermoso amante dormir, luego de los días acampando en el bosque junto a los hermanos Park y de que JungKook lo amenazara con la mirada. Ambas parejas debían regresar a sus respectivos hogares.
Fue dificil el momento de verlos separarse de nuevo y mas aún cuando MinHa le pidió a JiMin ir con ellos. Pero JiMin la abrazó y negó, pero asegurando que se verían pronto, aunque quizás no podría cumplir esa promesa.

JiMin sin embargo al llegar a su hogar, lo besó con desespero y diciendole gracias entre los besos.

YoonGi solo sonrió y acarició la piel desnuda de JiMin, sus cabellos alborotados y las pequeñas marcas rojizas en su cuello y hombros, con labios abultados y pestañas pequeñas decorando su rostro. Sus dedos paseaban por el cuerpo de JiMin, solo rozando su piel, se acercó para dejar un beso en su hombro desnudo. Aun era de madrugada, el manto oscuro decoraba el cielo negandose a irse.

- YoonGi...- JiMin susurró y abrió sus ojos.

- Uno de mis sueños se ha realizado al verlo- le dijo Min con una sonrisa, y apartando los cabellos que caían por la frente de JiMin.- Siempre quise verlo desnudo en mis brazos...

JiMin se sonrojó y miró a YoonGi.
La piel del jardinero real siempre le pareció atractiva, sobre todo para ser alguien que trabajara la tierra y se expusiera al calor.
En un movimiento rápido, JiMin quedó sobre el cuerpo desnudo de YoonGi. Dejando ver su cuerpo de igual manera, aunque JiMin en un principio era tímido al momento de compartir su desnudez, YoonGi sabía como provocarlo para que perdiera todo rastro de cordura y se entregara completamente.

- Justo así...- susurró YoonGi acercando a JiMin para rozar sus labios.- Lo imaginé así...

JiMin sonrió y le miró jactancioso, era un juego entre ellos, YoonGi hablaba de manera baja y encendía todos sus focos de seducción. Y esa madrugada no fue la excepción.

- Me gusta cuando lo veo ser dominante, joven Park- YoonGi volvió a susurrar, sonriendo al notar el escalofrío en el cuerpo de JiMin.

Sus labios se juntaron, justo como la noche anterior, con desespero y pasión. Gritando lujuría cuando YoonGi comenzó a explorar la espalda baja de JiMin. Dejando que todos los miedos y preocupaciones se olvidaran en ese instante. Los jadeos y algunas maldiciones de parte de JiMin podían escucharse. La respiración agitada de ambos era evidente, los movimientos sutiles de las caderas de JiMin enloquecían a YoonGi. La presión que YoonGi ejercía con sus manos en sus piernas, le encantaban. Lo sujetaba fuerte y delicadamente...

Esa mañana pudieron decirse que se amaban como si fuera la última oportunidad que tenían en vida.

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Los días pasaban tranquilos, aunque el ambiente se sentía tenso en el palacio.

TaeMin daba vueltas de un lado a otro, su maestro el general Choi, le había encomendado una tarea y debía cumplirla, no podía fallarle a la memoria de quien fue su mentor en muchas areas.
A pesar que provenía de una familia noble y adinerada, TaeMin nunca se sintió parte de la misma. Su sueño era llegar a lo mas alto en los rangos.
Y de ser así, podría ser incluso el consejero personal del mismo Rey.

TaeMin no sentía ninguna remordimiento o arrepentimiento por todo lo que había hecho. Choi le había dicho que la debilidad por las personas fraternales o la empatía lo dejarían sin nada al final. Nadie lo recordaría, sería otro ser que no valió la oena su nacimiento. Nunca obtuvo el visto bueno de su madre, pero su padre se sentía orgulloso por lo que había logrado. Pero algo, la poco humanidad que le quedaba le recordaba que todo lo que había hecho estuvo mal.

Su enojo, resentimiento, ira, orgullo... lo fueron cegando cada vez mas. No soportaba a los hijos de su tío, JungKook y JiMin eran parte de uno de sus mas grandes rencores. Al ser menor que él, obtenían toda la atención, las mejores comidas y les cumplían todos sus caprichos. Esos niños le robaron el lugar que le correspondía. Le quitaron la atención de su tío SeokJin, la de su padre, la de los criados, la de su hermano menor... todo.
TaeMin los odiaba por igual, que no se tentó a pensar el dolor que provocaría la muerte de alguno de ellos, probando la suerte al tirar a JiMin al río aun cuando solo eran unos niños, sabiendo que el menor no podía nadar.
Retaba a JungKook de manera absurda, y le parecía un insulto que no quisiera seguir su juego, para tener algo con que acusarlo frente a los mayores. JungKook colmaba su paciencia. Al salvar a JiMin, ese día, recibió halagos de todos, incluso de las escoltas que llevaban. Contaron con fervor como JungKook se arriesgo para salvar la vida de su hermano menor. TaeHyung no le hablaba desde entonces e hizo su examen, para entrar al palacio como parte de los cronistas. Su apellido le daba para mas pero decidió probar con algo pequeño. La vida en el palacio eran lujos y placer. Podía emborracharse todo el tiempo que le diera la gana y nadie podría decirle algo, pues incluso sus subordinados le tenían miedo.

TaeMin iba a probar que él era mas de lo que creían, y si era necesario asesinar a quienes le estorbaban, él no se tentaría el corazón para hacerlo... no podía.



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Hola...
En la vida vamos a encontrar personas como TaeMin, que quieren hacer la vida de otros infelices solo porque ellos no pudieron ser felices...

Yo les pido que no se desanimen ni se dejen vencer. Siempre podran encontrar una salida, no será nada fácil y quizás lloren y se sientan dolidos, pero no se den por vencidos...

Yk....

En los Jardines de Su MajestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora