🍃Jardines 7🍃

609 92 7
                                    

Aun no terminaba de aclarar el cielo, pero aun asi decidió levantarse.
Y caminar un rato por la habitación que le habia sido otorgada.
Observó diferentes pinturas que jamas habia contemplado o visto algun ejemplar familiar.

- ¡Apura JiMin!- decia una voz afuera de su habitacion

- ¡Ya voy!- respondía el chico que ni siquiera se habia terminado de colocar sus zapatos

- ¡No quiero perderlo, rápido!- la otra voz se escuchaba emocionada

Su curiosidad fue mayor y salió a ver la razón del bullicio. Y vio a los dos hermanos corriendo.
El mayor llevaba papel y pinceles y el otro le seguía con pequeños recibientes que suponia llevaba pintura dentro de ellos.
También observó al padre de ambos jovenes que les miraba con una sonrisa mientras negaba y recorría los pasillos de manera tranquila.

- ¡Se va a ir JiMin!- gritó el mayor haciendo una especie de berrinche.
Min YoonGi observaba todo.
Le sorprendía que esos fueran los mismos hermanos que lo trataron de manera hostil el día anterior.

- ¡Tienes mas de veinte pinturas así!- gritó JiMin riendo por la cara de su hermano.
Entonces comprendió que los cuadros era obras del hijo mayor, aunque su ceño se frunció pues el chico presentaba cualidades y caracteristicas dignas de un soldado de la guardia real. Tenía la altura y la fuerza que requeria un soldado sin olvidar que era hijo de un noble.

- ¡JiMin! ¡JungKook!- una pequeña voz cantarina le distrajo de ver a ambos hermanos, para luego ver a una pequeña corriendo aun con sus ropas de dormir hacia los mayores mencionados.
Ambos al ser llamados se giraron.

- ¡Buenos días Min Ha!- dijeron los hermanos al mismo tiempo agitando la mano

- ¡Mira!- dijo la pequeña a JiMin quien se agacho para ver de cerca lo que su hermana le enseñaba.
Min YoonGi seguía admirando a los tres. Dedujo que podian intimidar si así lo quisiesen, pero todos tenían un aura mas alegre y jovial.

- Deberías de ponerlas en el jardín...

- Buen día señor Min YoonGi. ¿Le fue comoda la habitación?- se sorprendió y giró para ver al padre de los hermanos que le miraba sonriente.

- Si, muchas gracias, ha sido muy amable...-dijo carraspeando un poco.

- ¿Querrá usted agua para lavarse?- le volvió a preguntar el hombre mayor, a lo cual solo asintió- Le pediré a uno de los criados que se la traigan en seguida. Después puede ir al salón central para que pueda desayunar y luego hablar con mi hijo...

- Muchas gracias...-hizo una pequeña reverencia- ¿Tiene algún jardín en su casa señor?

- Si...JiMin es quien trabaja en el- sonrió- Y me imagino que en estos momentos ha de estar poniendo los adornos que Min Ha hizo o tal vez las piedras que le parecieron bonitas y encontró en el río el día de ayer- rió levemente y se encogió de hombros

- Su hijo mayor podría ser parte de la guardia real, mas aun sabiendo que viene de una familia noble- mencionó mirando al joven que trazaba y trazaba sobre el lienzo

- Eso no es importante- dijo el hombre viendo los ojos brillando de JungKook- Lo importante es que mis hijos se sientan bien, al principio quería que trabajaran en el palacio pero ello me haría feliz a mí no a ellos... Usted, ¿por que es jardinero?

- Me gusta...- respondió no sabiendo que decir

- ¿Se sentiría igual de comodo siendo ministro real o comerciante?

YoonGi parecía meditarlo. Ser ministro requería mucha mas responsabilidad, agregando el hecho de que nunca podría salir del palacio y tendría que escuchar lo mismo todos los días; en cambio ser comerciante habrían días buenos y días malos, todo era mas incierto, fruncio el ceño pues no se sentiría a gusto desempeñando ese tipo de trabajo.

Una carcajada le hizo detener sus pensamientos.

- ¿Lo ve? Prefiero que mis hijos decidan lo que quieren hacer...

Iba a hablar cuando una voz se lo impidió

- ¡Padre! ¡Padre! ¡Mira! ¡Lo he conseguido!- el joven, que le ignoraba totalmente, saltaba euforico mientras le mostraba el lienzo de un amanecer con su hermano y la pequeña redecorando el jardín.

- ¡Es asombroso JungKook!- el hombre le contestó de igual manera a su hijo.

Y ahora quizá lo entendía, si su hijo no tuviera ese brillo en sus ojos no valdría la pena lo que estuviese haciendo.
Miró un poco mas allá y vio a JiMin junto con la pequeña, ambos parecían complices de alguna travesura. Suspiró, pues su hermano no tenía ese brillo que veía en los hijos del señor Park cuando lo nombraron gobernador...

En los Jardines de Su MajestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora