🍃Jardines 42🍃

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YoonGi miraba a JiMin.

- Sigo diciendo que esta loco- dijo Min acercandose a su pareja, quien se exhibía sin vergüenza alguna, haciendo lucir su piel de manera exquisita, de no ser por el día y la hora, YoonGi hubiera tomado a JiMin en ese mismo instante.

- YoonGi... hemos hablado de esto, jardinero real- JiMin habló suspirando comenzando a vestirse. Las marcas en su piel denotaban lo intenso que habían sido las noches pasadas. Su amante siempre le hacía disfrutar incluso al mas pequeño estímulo sobre su piel.

- JiMin...- la voz de YoonGi sonó diferente, se escuchaba preocupada, angustiada, ansiosa- Yo, tengo miedo, no podría soportar que algo malo le pasara- el jardinero real le abrazó aún cuando su amante no terminaba de vestirse.

- Estaré bien... no debe preocuparse mucho...- susurró devolviendo el abrazo. También estaba asustado, TaeMin intentó matarlo una vez, nadie le aseguraba que saldría vivo de esa situación. Pero no podía permitir que sus pensamientos lo consumieran de esa manera tan devastadora. Iba a ser fuerte, por YoonGi, por JungKook, por MinHa, por TaeHyung, por sus padres... SeokJin y NamJoon... por él mismo.

- Me asusta que algo pueda pasarle- JiMin sonrió y besó a YoonGi. No era un beso de despedida, JiMin no planeaba dejar a YoonGi, le había enseñado muchas cosas y planeaba seguir descubriendo otras mas a su lado.

JiMin esperaba que todo saliera bien, había revisado muchas veces el plan que le había comentado a JungKook, debían infiltrarse en el palacio y salir como si nada antes de que el alba arribara. No debían perder ningun segundo.

- Vendré para poder besarle y abrazarle, para que podamos ver las flores florecer de nuevo...- JiMin sonrió acariciando la mejilla de YoonGi, quien se inclinó a su tacto. Se aferró a su mano y la besó.

- Debe cumplir su palabra, hay muchas nuevas especies que seguro va a querer ver...- YoonGi lo atrajo y lo besó de nuevo, con rudeza, juntando sus lenguas de manera erótica, sabiendo que debían parar o terminarían por acoplarse nuevamente. Y no les molestaba, pero JungKook estaría llegando al anochecer a su encuentro en el bosque.

JiMin asintió, algo ido por las sensaciones que le provocaba el simple hecho de compartir un beso con YoonGi, acercandolo a su cuerpo lo mas que podía y dejando en claro que ese hombre era suyo.

No fue una despedida como tal, JiMin le aseguró a YoonGi regresar.
Porque sabía que ninguno podría vivir sin el otro, sin tenerse, sin abrazarse, sin besarse, sin mirarse por las mañanas y admirar a su amante.

YoonGi envió con JiMin a su mas fiel sirviente, BaekHyun seguiría a JiMin para segurarse de que ambos jóvenes regresaran con bien y enteros.

La noche llegó y una silueta que sabía definir a la perfección se hizo presnete en su rango de visión. JungKook estaba parado esperandolo.

- Haremos realidad mi sueño de jugar a los ladrones- dijo para que su hermano lo mirara. Cosa que consiguió de inmediato, junto a una risa que extrañaba mucho. Que le recordaba a su infancia y niñez.

Que le hacía sentir incluso en un hogar, estando a la interperie y con el frío de la noche rodeandolos, cubrieron sus rostros, solo dejando a la vista sus ojos, era un secreto que ambos hermanos guardaban, eran diestro con una espada, podían manejarla pues ambos, aunque JungKook era el mas inclinado a ser parte de la guardia real, JiMin no se había quedado atrás, siempre había querido ser capaz de defenderse, de hacerle frente a todos sus miedos y problemas. Y esa noche iban a hacer eso junto como hermanos.
Se abrazaron y emprendieron el camino. Su caminta fue a pie entre veredas que ya conocían, un caballo los esperaría en in lugar especifico a la hora del amanecer y salir de ese lugar que quiso retenerlos pero no pudo.

Después de todo, eran los hermanos Kim de quienes se trataba. Y su determinación no tendría límites...

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La penumbre de la noche los cubría. YuGyeom había dejado un cuadrante del palacio sin vigilancia, después de todo, era su ojo dentro de tal lugar. De manera diestra y como si fueran unos expertos, treparon el muro.

Con rapidez se mezclaron con las sombras que el mismo palacio proyectaba, haciendo todo de manera ágil, cualquier persona que los viera, podría afirmar que eran autenticos ladrones y no solo unos jóvenes que buscaban su libertad.
JiMim sintió un poco de nostalgia cuando el aroma a los cipreses llegó hasta él. Sin embargo se enfocó, JungKook lo notó y le dirigió una mirada firme, no podrían dejar que los recuerdos los embargaran de esa manera, de ser así, permitirían que TaeMin se aprovechara de su inestabilidad mental.

Llegaron a la residencia, tuvieron que ocultarse al ver varias escoltas pasar.

- La seguridad no era una broma- susurró JungKook, sorprendido, aunque no dudaba de su amigo no creía que su propio primo se sintiera como el rey.

- Según lo que sabemos es la tercera...- JiMin le dijo, de igual manera susurrando.

Se escabulleron hasta llegar una vez los guardias desaparecieron de su campo de visión.

Sin pedir permiso ambos entraron. TaeMin parecía revisar algo hasta que se percató de la presencia ajena y desconocida.

- No he pedido a ninguna concubina, llevensela, no estoy de humor- soltó sin apartar la vista de lo que hacía- Los hijo de Kim NamJoon son mi prioridad, largo...

Al no recibir respuesta se petrificó al ver a los dos mas buscados en el reino. JungKook por ser el heredero al trono y JiMin para ser muerto.
Era el destino, si ambos hijos disputaban el trono las cosas terminarían mal, por eso, uno de ellos debía morir...

- Espero que nuestra visita sea de su agrado, primo- JungKook habló con voz grave y baja. Reteniendo el deseo de partirle la cara a TaeMin en ese momento.

- ¿A quién planeabas matar primero?- preguntó JiMin y TaeMin supo que algo no andaba bien a partir de ese momento...

En los Jardines de Su MajestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora