🍃Jardines 26🍃

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La costrucción marchaba demasiado bien, YoonGi estaba sorprendido por lo conciso y estricto que era Park JiMin. Con una personalidad autoritaria que nadie podía llevarle la contraria. A una distancia considerable observaba a su amante dar indicaciones a los obreros que le ayudaban a mover los diferentes materiales. YoonGi no se imaginaba ver a JiMin con su frente despejada y esa expresión al dar indicaciones, se sentía excitado ante esa imagen, tenía el deseo de tenerlo debajo de su cuerpo como justo venía haciendo desde hace varios días... pasó su mano por su cuello, y trató de enfocar su vista en el diseño, pero la voz de JiMin lo desenfocaba, quería ir a decirle que sí seguía así iba a tener que tomarlo en plena construcción.

En un principio reconoce que no fue el mejor anfitrión. Le desagradó, mas sin embargo de esa misma forma le interesó, Park JiMin era muy diferente a todos los demas, de un momento para otro, después de querer entablar una conversación, comenzaron a besarse, a tocarse, a desearse mutuamente. En su vida no había sentido tanto deseo o placer en un encuentro sexual. Con Park JiMin le encantaba y se sentía satisfecho al rozar su piel con sus dedos, le era suficiente escuchar sus suspiros cuando acariciaba sus muslos, era demasido placentero escuchar su nombre ser pronunciado con placer, y quería creer que comenzaba a crecer algo similar al amor; no había necesidad de mas. Park JiMin despertaba en él algo que le hacía desear verlo todos los días, algo tan fuerte, el segundo hijo de los Park movía su piso con solo dirigirle la mirada. En ese mes conviviendo juntos había notado que en torno a JiMin todo dejaba de estresarle o de preocuparle. Con Park JiMin se sentía en paz...

Su primera noche juntos fue espectacular. Al menos esa es la palabra que encuentra perfecta para describirla, y desde esa vez no puede mantener sus manos lejos del cuerpo del menor, no solo por el deseo, sino que también disfruta sentir la piel suave bajo la yema de sus dedos.
Volvió a fijar su vista en el plano y pasó sus dedos por la sección donde en un futuro muy proximo, estarían plantados los cipreses que descasaban en la entrada de la construcción.

Sintió unas manos deslizarse por su pecho y abrió los ojos, sin darse cuenta que los había cerrado conforme se hundía en sus pensamientos.

- Espero que haya estado pensando en mí...- sintió el aliento chocar contra la piel de su cuello, haciendole sentir una corriente electrica correr por su columna. Dejó caer su cuerpo hacia atrás, tomando a Park como su apoyo y miró a su alrededor notando que se encontraban solos en el lugar de la construcción.

- Creame que sí...- suspiró y tomó las manos que se deslizaban peligrosamente por su abdomen- JiMin...- jadeó al sentir los labios en su cuello, dejando caricias suaves y que enviaban señales a todo su cuerpo.

- ¿Sí...?- preguntó inocente, y volvió a besar la piel pálida solo que esta vez detrás de la oreja. YoonGi estaba fascinado y exitado, no tenía por qué negarlo, esas manos recorriendo su cuerpo lo volvían loco. Esos labios besando su piel encendían sus focos de deseo hacia el joven que lo estaba provocando.

Sin previo aviso, se levantó y estampó sus labios con los de Park. A pesar que su cuerpo comenzaba a reaccionar, besó sus labios con pasión y ternura, como si fuese el último beso que le daría, aunque para él no sería el último. A pasos lentos comenzaron a retroceder hasta que la espalda de JiMin quedó justo apoyada en uno de los pilares de la construcción, el pilar sostenía el área lateral de una de las escalinatas.

JiMin llevó sus manos arriba de su cabeza, mientras dejaba que Min explorara su cuerpo con detenimiento, despacio, como si fuera la primera vez que las manos pálidas recorrían la piel canela, tocando con delicadeza. YoonGi solo podía fundirse en esas caricias que proporcionaba al cuerpo ajeno, sus manos iban profanando la belleza de la piel de JiMin, sintiendose afortunado de poder ser quien produjese esos suspiros y jadeos en el menor. Apreciando que JiMin le cediera el control de la situación, porque intuía que Park confiaba en él, a pesar de que ambos eran muy diferentes.

- ¿No importa si el rey nos ve?- preguntó YoonGi en un susurro sobre los labios de JiMin, los cuales lo llamaban a seguir besandolo.

- ¿Acaso eso importa?- preguntó en un jadeo, aún manteniendo la posición del principio- Solo siga besandome, beseme como si nunca mas volverá a hacerlo...- susurró igual, y con cada palabra pronunciada rozaba ligeramente los labios de Min.
YoonGi negó.

- Creo que querré besarlo el tiempo que me quede en esta vida...- dirigió sus labios al cuello de JiMin- En esta y en cada una de las que me queden por vivir...

Bajo el atardecer de ese día, ambos amantes se entregaron como sí esa sería la última vez. La ropa comenzaba a sobrar, se volvía insignificante ante el calor que ambos cuerpos producían al estar juntos, entre suspiros y jadeos, con sus cabellos alborotados y sus cuerpos unidos, dejaron que las primeras gotas de rocío cayeran sobre ellos para luego regresar a la residencia Min. Donde ambos, como si fuera natural y de manera espontanea, se dirigieron a la habitación del jardinero real...

Con una pequeña sesión de besos perezosos, y siendo sostenidos por los brazos ajenos cayeron rendidos.

En los Jardines de Su MajestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora