En los Jardines de Su Majestad

🍃Jardines 31🍃

JiMin iba consciente, debía hablar con YoonGi, no tenían mucho tiempo, además el proyecto estaba a punto de terminar.

Cuando llegó a la casa del jardinero real, Baek lo recibió y le dijo que YoonGi no es encontraba, pero que estaría de regreso para la noche, y que lo disculpara pues había sido un asunto imprevisto.

JiMin asintió y se encerró en su residencia. Pensando, sobre todo y nada a la misma vez. Recostado en su futón.

Lo recordaba muy bien. Amaba la historia de amor que hubo entre sus padres, como tuvieron que moverse de un lado a otro para evitar ser descubiertos, y lo dificil que fue levantar su casa. Su padre SeokJin fue rechazado por sus padres, él no conocía a sus abuelos. Sin embargo sus tíos apoyaron a su padre en todo momento. Lo recuerda muy bien, los dulces que recibía en sus cumpleaños, las diferentes celebraciones, esas miradas solo demostraban fraternidad.

Recordaba perfectamente cuando su padre NamJoon lo alentó a seguir practicando su escritura, cuando lo abrazó al ser el primero en un pequeño consurso dentro de la provincia, cuando trató de enseñarle a cazar. Recuerda perfectamente la emoción en los ojos de JungKook cuando supo que podía ser parte de la guardia real, sometiendose a diversos entrenamientos desde pequeño, y la forma en la que su padre NamJoon le decía "es todo JungKook, mañana empezaremos de nuevo", recordaba a la perfección cómo su padre NamJoon se emocionó cuando su padre SeokJin llevó a la pequeña MinHa a su hogar, envuelta en tantas mantas que se veían sucias.

Giró en su lugar y lloró en silencio.

Todo era diferente ahora. ¿Había llegado la hora de enfrentarse a su padre, el rey?

Su padre NamJoon nunca les explicó, sabían que era el hijo rebelde del rey anterior, y por lo tanto no tenía aspiraciones de ascender al trono. Escapó de uno de los tantos reclusorios a donde el rey anterior lo había enviado, y se encontró con su padre SeokJin, quien lo ocultó durante mucho tiempo, luego pensaron que había muerto. Al menos eso era lo que SeokJin le había dicho a sus hijos sobre el rey.

Se quedó dormido tratando de ignorar ese vacío que sentía, quería a YoonGi, lo quería y necesitaba demasiado en ese momento.

YoonGi regresó al atardecer, montado sobre su caballo negro, llevaba una mejilla roja que poco a poco iba oscureciendo su color.
No le había ido tan bien, su padre enfureció y la pelea empezó.

Él estaba decidido a no casarse con esa niña. Y no lo iba a hacer, entregaría el proyecto y huría junto a JiMin, claro que su plan tenía algunas complicaciones, no sabía si JiMin querría ir con él tan de repente.

- Mi señor- le saludó Baek en cuanto llegó a la casa- El joven JiMin vino hoy temprano y ha estado encerrado, no ha comido en todo el día- le expresó con preocupación.

- Lo veré de inmediato- dijo Min y cuando uno de sus criados iba a guardar su caballo, le detuvo- Dejalo, voy a dar un paseo mas tarde...

El chico obedeció y esperó en el lugar, mientras Min se acercaba a la residencia donde se encontraba JiMin. Baek le notificó que había llegado en la mañana y su semblante estaba decaído. Le pidió que empacara comida y agua y lo tuviera listo para cuando saliera. Baek obedeció y se retiró.

Entró sin hacer tanto ruido, y miró el cuerpo sobre el futón. JiMin vestía muy sencillo, para ser hijo de un noble, pero al igual que a él, su labor era realizada con mas comodidad teniendo ese tipo de ropas.

- Amor...- le llamó acostandose a su lado, y acariciando la mejilla ajena.
Observó con detalle el rostro de su amante, y besó su frente.

Un pequeño quejido salió de Park, acurrucandose al lado de Min, sintiendo calma en ese momento tan complicado.
Abrió sus ojos lentamente y miró a YoonGi. El mayor tenía las ojeras mas marcadas, su mejilla parecía haber sufrido un golpe, sin embargo le mostraba una sonrisa que lo tranquilizaba.