Epílogo

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Observó nuevamente su reflejo en el espejo, comprobando que lucía impecable. Su hermoso vestido se ajustaba a su curvilínea figura. Al terminar de arreglarse descendió de las escaleras para adentrarse al auto que la conduciría hacia la iglesia. Se hallaba muy nerviosa por el gran acontecimiento que estaba a punto de empezar, no podía negar la inquietud que se instalaba en su cuerpo.

Había transcurrido cuatro años desde que Sasuke recupero la conciencia. Desde aquel momento todo salió bien, eran felices a pesar de sus discusiones como la de cualquier pareja.

La vida les sonreía, por lo cual no existía razón alguna para quejarse. Admiro la esplendorosa iglesia al desmontar del auto, camino despacio con sus tacones altos, hasta encontrar esa mirada que la hacía sentir reconfortada.

Los ojos negros de Sasuke la recorrieron de pies a cabeza, se acercó lentamente para besar con delicadeza el dorso de su mano.

—Tardaste demasiado, agradece que la novia aun no llega —comento sonriente

Sakura contemplo a su novio, se veía apuesto con su traje formal. Ella no pudo evitar abrazarlo por la cintura, acercándose a él.

—¿Puedo ir a saludarlo? —pregunto curiosa. Sasuke asintió, cogiendo su mano, encaminándose hacia el altar.

Un joven conversaba con otro, ambos estaban de espaldas distraídos.

—¿Nervioso? —pregunto Sakura, logrando que ambos jóvenes se voltearan al oír su voz

Sai rio visiblemente tenso. Ella vislumbro su esmoquin negro, sus ojos negros estaban llenos de vida, listo para dar el gran paso. Sai asintió ante la pregunta hecha.

—No tienes idea, lo nervioso que me siento —murmuro agitado

—Relájate Sai, vas a espantar a la novia —bromeo Sasuke ante el ambiente tenso. Su amigo estaba demasiado turbado y sus bromas solo lograban empeorar su nerviosismo

—Creo que ha llegado la novia a la iglesia —comento Naruto ansioso

Sasuke y Sakura se ubicaron a los lados correspondientes de los padrinos. La música sonó clásicamente con la marcha nupcial, todos los presentes se levantaron de sus asientos para esperar a la novia, que caminaba por el largo pasillo acompañada de su padre.

Todos murmuraban lo hermosa y radiante que se apreciaba la novia, Sai se relajó al instante, mientras visualizaba a su resplandeciente futura esposa con su espectacular vestido blanco. Sus ojos brillaban al observarla, sonriendo como si estuviera diciendo con la mirada "Estas perfecta"

Los padrinos intercambiaron miradas al mismo tiempo que sonreían. El padre entrego a la novia, para que los novios se posicionaran al frente del sacerdote. Los invitados escuchaban las palabras que el sacerdote proclamaba.

Sai e Ino estaban en su propia burbuja, maravillados por su día especial. Sakura sonrió al presenciar cuanto se amaban, Sai pronuncio sus votos correspondientes en tanto miraba a Ino como si fuera el tesoro más preciado del mundo. Su mano temblorosa le colocaba el anillo en el dedo anular de la rubia. Luego fue el turno de ella, emplazó la argolla en el dedo de Sai mirándolo directamente a los ojos, mientras manifestaba sus votos matrimoniales.

—Los declaro, marido y mujer —pronuncio finalmente el sacerdote— puede besar a la novia

Sai sonrió a su ahora esposa Ino, se acercó lentamente, situando sus manos en su rostro con la finalidad de besarla con dulzura, minutos después se escucho el aplauso general de los invitados.

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