48. 마흔여덟

3.4K 701 320
                                    

Comenten por fis.












Miró con atención cómo encerraban a SeokJin.

El mismo no puso resistencia. Sólo estaba allí pensando qué podría hacer.

-Seguro Jungkook no lo sabe. - dedujo sosteniendo entre sus manos su cabeza. - es demasiado para mí. -

Taehyung inclinó su cabeza. ¿Por qué estaba tan angustiado?

Se esperó un par de horas en lo que los guardias disminuían de número. Hasta que sólo quedó Dean.

-Sal de aquí, por favor. - Pidió el de ojos azules.

El guardia asintió, dejando el pasillo que en realidad estaba vacío en la mayoría de las celdas. A excepción de SeokJin.

Desenfundó su katana, pasando el metal por los barrotes camino hacia la celda de SeokJin.

Pero aquel pelinegro se miraba demasiado cansado de todo.

-Hola. - saludó con una sonrisa.

-¿Qué quieres? ¿Vas a matarme? - dijo sin muchas ganas.

-No, eso le quitaría lo divertido. - dijo Taehyung sosteniendo un par de barrotes y recargandose en uno, casi tiernamente.

-Sólo necesito que me respondas una pregunta. - dijo el castaño, sintiendo de pronto su cabeza querer punzar en dolor.

Estar en el área de calabozos le hacía sentir mal. Le traía malos recuerdos.

Su madre alguna vez, cuando era más pequeño le metió allí. Cuando había tenido un ataque en práctica y quería golpear a todos.

Sin más azotó dolorosamente su cabeza en uno de los barrotes de metal. Haciendo que SeokJin se soprendiera.

-S-sólo responde mi pregunta. - dijo colocando una mano en su frente donde había sido el impacto.

Feliz de que incluso se mareó, su cabeza dispersa no podría traerle malos recuerdos.

-¿cuál? - preguntó SeokJin confundido.

-¿Cómo se suicidó? - preguntó cerrando sus ojitos ante lo aturdido que quedó antes de sacudir su cabeza.

-se ahogó en el arroyo -- contó con pesar.

Taehyung asintió. - Bien. Adiós. - y con eso caminó fuera del calabozo.

Empuñó a Jer con su cabeza comenzando doler de nuevo y ellos molestándolo otra vez.

-¿no pueden dejarme por un segundo? - dijo en alto. Mirando en distintas direcciones.

Corrió hacia su habitación huyendo.

-¿vieron eso? - preguntó Yeji.

-Pobre príncipe. - dijo Kai con pesar. A lo que los otros asintieron.

Tomó un cuchillo de uno de sus cajones, apuntando a varias esquinas de su habitación.

-¡Déjenme! - pidió, antes de sostener su cabeza entre sus manos.

Y antes de poder notarlo, escuchó la puerta de su habitación ser cerrada.

-¡no! - dijo corriendo hacia la puerta, golpeando mientras la mucama cerraba.

-¡Estoy bien! ¡Lo juro! ¡Déjeme salir! . - pidió casi de manera desgarradora.

La mucama abrió, mirándole asustada. - ¿s-seguro que está bien? -

-S-si... Sólo tuve... Ya sabes, estrés. - dijo antes de salir, con la cuchilla detrás de su espalda.

Retrocedió bajo la mirada de la otra antes de escabullirse entre los pasillos y una vez que nadie le vio, salir del castillo.

The Dark Hanbok. -다크 한복. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora